El médico anestesista es indispensable para multitud de operaciones quirúrgicas, pues muchas de ellas precisan de anestesia o sedación. Un procedimiento complejo que requiere una preparación importante para brindar la mayor seguridad durante la intervención y que así finalice con éxito.
Además de la pericia y experiencia de los cirujanos que llevan a cabo las operaciones, el papel de los anestesistas es crucial. Pero desde el gremio denuncian que las comunidades están restando importancia a su papel y están autorizando a realizar intervenciones con fármacos sedantes sin la supervisión de anestesistas, algo que incrementa los riesgos.
Critican que se está produciendo un crecimiento exponencial del número de intervenciones quirúrgicas, así como de procedimientos diagnósticos invasivos (endoscopias, exploraciones radiológicas, etc.) que precisan anestesia y sedación autorizan a que se lleven a cabo por personal que no es anestesista: enfermeros, dentistas o médicos de otras especialidades.
Existe la tentación de minimizar la importancia y los riesgos que puede implicar la sedación durante los procedimientos diagnósticos; una sedación que siempre debe ser realizada siguiendo estrictos principios de seguridad. Así, el médico anestesista tiene que ser un profesional distinto al que realiza el procedimiento diagnóstico o invasivo, debe estar dedicado exclusivamente a la sedación del paciente y, en todo momento, controlando sus constantes vitales y vigilando su seguridad.
Especialidad médica
“Estos principios se reconocieron desde los mismos orígenes de nuestra especialidad médica (1950 -primeros médicos especializados en España en anestesia-) como garantía de eficacia y seguridad”, ha explicado el Dr. Javier García, presidente de SEDAR y Jefe del Servicio de Anestesiología, Cuidados Críticos, Quirúrgicos y Dolor del Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Han resaltado que dentro de su responsabilidad, como sociedad científica, deben advertir de la falsa creencia de que la sedación es una práctica “muy sencilla, que cualquiera la puede hacer”, ha destacado el Dr. Antonio Planas, secretario general de SEDAR y Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario de la Princesa.
Desde la asociación quieren trasladar a los pacientes, y a la población en general, el conocimiento de las competencias reales de la especialidad médica en Anestesiología, que requiere un mínimo de 4 años de formación específica en Servicio de Anestesiología y Reanimación acreditados por los Ministerios correspondientes.
La sedación profunda y la anestesia general forman un proceso continuo que requieren, ambas, las mismas condiciones de seguridad para garantizar unos resultados eficaces y sin daño para el paciente.
La sedación con agentes anestésicos (propofol o gases anestésicos) es un acto con potenciales complicaciones graves, ya que este tipo de fármacos provocan, a dosis terapéuticas, depresión cardiovascular y respiratoria. Efectos que son controlados, con total seguridad, por los médicos anestesistas competentes en el manejo de estas situaciones.
De ahí que la campaña se haya centrado en este mensaje: ‘¿Dónde está mi médico anestesista? Quiero conocerlo’. “Buscamos que todos los pacientes que requieran realizarse alguna prueba similar pregunten por su médico anestesista, le consulten sus dudas, sepan que estamos ahí para cuidarles”, han coincidido.
La especialidad trae altísimos márgenes de seguridad
Asimismo, el hecho de que hoy en día, la práctica de la anestesia y de sedaciones profundas tenga un altísimo margen de seguridad, no es una casualidad. Si revisamos la literatura científica, la mortalidad atribuida a la anestesia en el año 1960, era de 1 fallecimiento por cada 1.000 anestesias realizadas. Sin embargo, en la década de 2020, la mortalidad de causa anestésica se ha reducido a menos de 1 fallecimiento por cada 100.000- 150.000 anestesias.
¿Por qué se ha conseguido reducir tanto la mortalidad? El gran cambio viene determinado porque en las primeras décadas la anestesia la practicaba personal sanitario, sin formación específica. La creación de la especialización médica de Anestesiología hizo que hubiera una primera gran caída de mortalidad (décadas de 1960-70).
A partir de ese momento, la especialidad continuó desarrollándose, incrementando sus competencias y el nivel de formación de los médicos anestesistas mediante el sistema MIR (1978). Pronto la formación en anestesia pasó de 2 a 3 años, y a 4 años como es actualmente en España. No existe, en el mundo desarrollado, un plan de especialización como médico anestesista que no dure un mínimo de 3 años, siendo lo más recomendado actualmente en Europa, incrementarla a 5 años.
Por estos motivos, desde la SEDAR recomiendan a la población que pida conocer a su médico anestesista y confirme que va a haber un anestesista a su lado que vele por su protección y seguridad mientras dure todo el procedimiento, tanto dentro del quirófano como fuera del quirófano.
Tienes derecho a conocer a tu médico
El Dr. Tomás Cobo, anestesiólogo y presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), ha querido “enfatizar en la importancia de que los pacientes conozcan a su anestesiólogo y le pregunten cuáles son los detalles del procedimiento anestésico que utilizará para esas pruebas diagnósticas o quirúrgicas que necesita”.
Según la Ley General de Sanidad 2, que regula los derechos de los pacientes, todo paciente tiene el derecho a conocer quién es el médico que le va a tratar y debe ser informado adecuadamente de todos los riesgos y alternativas del procedimiento, obteniendo así el debido consentimiento informado.
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