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Mal empezamos

sábado 30 de diciembre de 2006, 19:44h
Mal empezamos la nueva etapa que sin duda se abrió este sábado negro con el atentado de ETA. Porque nada menos que cuatro oportunidades, cuatro, tuvo el presidente del Gobierno, en su breve comparecencia informativa en la tarde de esta jornada,  de declarar roto el proceso de negociación con ETA, ante el que tan optimista se había manifestado apenas unas pocas horas antes. Quizá tuviese razón, o razones, para no ser tan concluyente como acaso le pida una parte significativa de la opinión pública -lo que pudimos escuchar radios y tertulias, inmediatamente después de la aparición de Zapatero en La Moncloa, parecía bastante indicativo en este sentido: la gente quiere que el proceso se rompa, no que se suspenda-. Lo cierto es que llamó la atención que, tras el tono enérgico empleado por el principal responsable de la puesta en marcha del  proceso de paz, se escondiese un fondo en realidad no tan definitivo. ZP parecía querer salvar los muebles de la casa que ha ido levantando tan trabajosamente.
 
Está claro que lo ocurrido este sábado derribó cosas mucho más importantes que las cuatro plantas de un parking en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Derribó los sueños del presidente del Gobierno y de una parte sustancial de la sociedad española, que pensaba que estábamos tocando con los dedos la gloria del fin de una pesadilla de casi cuarenta años. Y ahí estaba el error de todos nosotros, comenzando por quien creía poder inducirnos al optimismo: puede que ETA no sea solamente, ni siquiera principalmente, la persona o personas que mantenían una cierta interlocución con el Gobierno español, es decir, el huído -pero muy localizado- Josu Ternera y sus más cercanos. Al final, si estas tesis manejadas desde hace semanas por la polícía son certeras, habrían ganado, una vez más, los más duros, los partidarios del 'cuanto peor, mejor', es decir, Teroki, Dienteputo y su camarilla de enloquecidos totales. A ver cómo se resuelve ahora esa patente lucha interna en ETA que el presidente Zapatero y sus responsables públicos en la lucha antiterrorista negaban.
 
En el colmo de sus tristezas, un Zapatero serio y circunspecto tuvo que desmentirse a sí mismo: "Hoy estamos mucho peor que ayer", dijo, cuando dieciocho horas antes había dicho que ahora estábamos mucho mejor que hace un año, y que dentro de un año estaremos mejor que ahora. Cuánto nos gustaría que, al menos en esto último, acierte el presidente. Ahora tiene que rearmar todo el edificio en el que estaba basando lo mejor de su estrategia de gobierno. Nada menos que eso. Y ahora algunos tendrán que tragarse palabras de no hace mucho, como el señor Mesquida, director de la policía y de la guardia civil, para el que actos como la quema de autobuses, o determinadas provocaciones de Batasuna, no parecían tan graves. Así de mal inicia Zapatero el año 2007 que ya está cruzando el umbral.
 
Pero aquí perdemos todos. También los proetarras. Había en el seno del Gobierno de Zapatero, lo decían fuentes seguras del Ejecutivo, bastantes cosas en cartera destinadas a lubricar un posible proceso de paz con ETA. Ahora, todo eso se ha ido por la borda. Ahí estaban, por ejemplo, los tribunales europeos, que Batasuna, que llevó el caso a estrasburgo y a donde pudo, confiaba que algo sugerirían en cuanto al derecho de la coalición proetarra a presentarse en las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Pero había más conejos en la chistera: antes de primavera estaba previsto acercar a los presos políticos a cárceles del País Vasco. Y discutir un nuevo Estatuto de autonomía, con una visión que se proclamaba 'generosa' en la tramitación a su paso por el Congreso de los Diputados.
 
Puede que no hubiese muchos más pasos previstos (nada de entregas de Navarra, de concesiones de independencia, de liberación de presos sanguinarios, como querían las gentes próximas a Francisco José Alcaraz, por ejemplo), pero esto se consideraba, al menos desde los prados del Gobierno, un buen comienzo. Nada de eso será ya posible. No a corto plazo, al menos. Batasuna se quedará sin concurrir a las elecciones, de acuerdo con todos los indicios: hasta los jueces y observadores más miopes han podido comprobar su escasa voluntad crítica -a la declaración de ayer de Otegi nos remitimos- ante los desmanes de los 'hermanos mayores' de ETA. Malas, muy malas noticias, pero también para ellos, aunque no pueda servirnos de consuelo para el terrible desencanto, ante el tremendo mazazo, que ha sido lo ocurrido este sábado en la aún flamante terminal 4 del aeropuerto madrileño.
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