Romper o no romper, ‘that is the question’

No pretendo frivolizar con el enunciado de este reflexión, pero es que no hay ninguna frase que refleje mejor el sin vivir que deben de tener en estos momentos el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su ministro  del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ante el tremendo mazazo que ha sufrido el anhelado proceso de paz. No les envido por ello.

El atentado perpetrado este sábado por ETA, que ha cogido por sorpresa y a contra
pié al Gobierno, abre un nuevo y terrible escenario que, no por previsible - con gente  tan poco “racional” como ETA, dixit Rubalcaba, nunca se sabe a qué atenerse-, deja de ser muy preocupante.

¿Qué debe hacer ahora Zapatero? ¿Romper el proceso de paz y dejar que todo vuelva a ser como ‘antes’? Es decir, a cuándo ETA mataba, con premeditación y alevosía , y a bocajarro, a políticos, miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, militares, y civiles? ¿A cuándo colocaba coches bombas en lugares estratégicos con ánimo de hacer el mayor daño posible?. ¿Ha sido el de éste sábado un acto de estas características?. ¿Pretendía ETA hacer una ‘masacre’?. Muchas son las preguntas que, de momento, quedan en el aire y que corresponde ahora al Ministerio del Interior despejar.

El dilema es complicado. El ejemplo de lo qué pasó en Irlanda con el IRA -que en pleno proceso de paz cometió un sangriento atentado con numerosos muertos y heridos- puede servir a Zapatero de guía, pero no es un calco de la situación. Entre uno y otro caso hay muchas diferencias políticas y sociales.

Zapatero, para bien o para mal, por su cargo y responsabilidad, es el único que tiene ahora en sus manos la decisión del camino a seguir. Una responsabilidad histórica terrible. ¿Rompe o no rompe el proceso?. ‘That is de question’. Confiemos en que con la decisión que adopte, acierte. Y deseémosle suerte. Es lo único que nos queda, al margen de la actitud  incomprensible, a mi juicio, por supuesto, del PP.