Hallado en su coche el cadáver de uno de los desaparecidos en el atentado de la T4

Los bomberos estimaban a la hora del hallazgo que tardarían al menos dos horas en sacar los restos de Carlos Alonso Palate, de 35 años, del vehículo en el que se encontraba en el momento de la explosión producida por el atentado de ETA del pasado día 30 de diciembre, según informaron fuentes de Emergencias Madrid.

Asimismo, dijeron que los bomberos encuentraron los restos de Palate dentro del vehículo, lo que confirma que podría estar durmiendo en su interior y no hablando por el móvil mientras paseaba por el párking del aeropuerto como en un principio se especuló.

El vehículo no ardió y estaba en el mismo lugar donde estaba aparcado, por lo que no fue desplazado por la onda expansiva, según los datos facilitados por Emergencias Madrid. El coche de Palate se encontraba en la plaza número 423 de la planta cero del módulo D del aparcamiento de la Terminal 4 de Barajas.

El coche estaba aplastado

Para acceder a los restos, los bomberos abrieron una cavidad entre los escombros y entre varios vehículos aplastados, donde encontraron el coche del ciudadano ecuatoriano y en su interior su cadáver. Asimismo, las fuentes citadas indicaron que el equipo de rescate utilizó un soplete para abrir el vehículo y, después, esparcieron agua para que el equipo de rescate pudiera llegar a los restos.

  En este momento, están trabajando subcontratas de demoliciones, la Guardia Civil con perros, la Policía Científica, equipos de rescate y Samur. Según Emergencias, el coche estaba totalmente aplastado y por la posición que se encontraba el cadáver todo indica que se encontraba durmiendo.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez, se desplazó a última hora de la tarde de este miércoles al hotel Auditorium para visitar a la familia de Carlos Palate, y a la de Diego Armando Estacio, que sigue desaparecido.

Zapatero adelanta su regreso de las vacaciones

El jefe del Ejecutivo llegó pasadas las 20.30 horas al hotel Auditorium, donde se encuentran alojadas las familias de los dos desaparecidos tras el atentado, y pasadas las nueve de la noche continuaba reunido con los familiares de Carlos Palate.  Según explicó el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, el presidente del Gobierno decidió trasladarse personalmente al hotel nada más conocer la noticia del hallazgo del cadáver para trasladar sus condolencias a los familiares y allegados del fallecido.

   Zapatero se reunió con la familia de Palate en una sala del hotel, en la que había un grupo de diez personas, entre ellas el director del Gabinete del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, José Manuel Rodríguez Uribes, el subsecretario de Estado del Ministerio del Interior, Justo Zambrano, y la delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre.

   Asimismo, conversó con los familiares del otro desaparecido, Diego Armando Estacio, que se encontraban en una sala contigua. El presidente del Gobierno se interesó por el origen de los dos ciudadanos ecuatorianos. Moraleda destacó que, pese a la ausencia del embajador ecuatoriano en España, Antonio Parra Gil, el Gobierno se encuentra en contacto "permanente" con las autoridades de Ecuador.

El secretario de Estado de Comunicación también explicó que Zapatero ya se ha puesto en contacto con el Gobierno de Murcia para comunicarles la anulación del viaje que tenía previsto realizar mañana a la región y, aunque en principio se aseguró que se suspendía su visita al parking del aeropuerto de Barajas, Moraleda dijo que "no se descarta" que el presidente acuda a la 'zona cero' del atentado a pesar de haber visitado hoy a las familias de los ecuatorianos.

Trabajos sin descanso

Rubalcaba comparecía este mismo miércoles ante los medios para informar de que se habían sacado "hasta este momento 144 coches, cerca de 3000 toneladas de escombro". Explicó que, según el relato de las personas que le acompañaban, probablemente en el momento de la explosión "no se encontraba en la plaza 423 del nivel 0, y encontrar la plaza no significa ni encontrar el coche ni encontrar a la persona desaparecida".

Miembros del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid y de la Policía Científica, junto con operarios de la empresa 'Dragados y Construcciones', trabajan sin descanso con el objetivo principal de hallar el paradero del último desaparecido. El estallido de la furgoneta-bomba provocó el derrumbamiento de una gran parte del módulo D de la T4 donde unos 600 vehículos quedaron enterrados y convertidos en chatarra tras el estallido y el posterior incendio, que alcanzó una temperatura de 1.000 grados.

El Gobierno ha ofrecido a los parientes de los dos ciudadanos a los que se busca que "si es su voluntad" visiten a diario la zona del atentado y observen en primera persona la marcha de los trabajos "suponiendo que se retrase la aparición de los restos mortales, dadas las circunstancias del siniestro".

Primera víctima de ETA desde mayo de 2003

Carlos Alonso Palate se ha convertido en la primera víctima mortal de ETA desde el 30 de mayo de 2003, día en el que fueron asesinados en Sangüesa (Navarra) los policías nacionales Julián Embid y Bonifacio Martín. Embid y Martín, de 53 y 56 años, respectivamente, fallecieron por la explosión de una bomba-lapa que los terroristas habían adherido a los bajos del vehículo del Cuerpo Nacional de Policía que utilizaban como oficina móvil del DNI.

   Desde entonces, la única persona que había perdido la vida víctima del terrorismo fue la empresaria zaragozana Ana Isabel Herrero, a quien un 'comando' de los GRAPO descerrajó varios disparos cuando intentaban secuestrarla junto a su marido el 6 de febrero pasado.

¿Más desaparecidos?

Por otro lado, familiares de un ciudadano de nacionalidad uruguaya han denunciando su desaparición ante el servicio 112 de la Comunidad de Madrid. Esta persona tenía que haber volado el pasado día 30 desde Madrid hasta Uruguay. Sin embargo sus familiares denunciaron este miércoles que no lo encuentran ni en Madrid ni en su país de origen. Los responsables del 112 han puesto los hechos en conocimiento de la Policía Nacional, aunque tanto ésta como AENA negaban tener conocimiento de estos hechos.