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Cardiff, la ciudad que despierta con un partido de rugby

Cardiff, la ciudad que despierta con un partido de rugby

lunes 02 de junio de 2008, 13:06h
Cardiff es la capital de Gales, una provincia más de las tres que forman el Reino Unido de la Gran Bretaña. ¿Hay algo que decir de Gales? Claro, que es la tierra de los castillos. Vayas a donde vayas, en cada rincón puedes encontrar las ruinas de un castillo derruido por el paso de los años, una torre, una muralla... a Cardiff esto no le falta.
Nada más llegar a esta ciudad, lo primero que ves son las murallas de color cobrizo que rodean el Cardiff Castle que se encuentra en el interior. Sin embargo, el castillo no es lo más emblemático de Cardiff. La ciudad es mundialmente conocida como la capital del rugby. Frente al castillo se despliega el monumental Millennium Stadium (Stadiwm y Mileniwm) con capacidad para 74.500 personas y donde se disputan numerosos partidos de carácter internacional.

    Normalmente, Cardiff es una ciudad oscura, no sólo porque anochece antes, y sobre todo en el invierno, sino también porque las luces de la calle no desprenden un destello precisamente lo bastante luminoso que te permita apreciar los contornos de las típicas casas británicas. Además, el tiempo obliga a la gente a quedarse más en casa, al menos durante el día, aprovechando para trabajar o estudiar, para luego hacer un paréntesis a la noche. Esto hace que, a ciertas horas, Cardiff esté totalmente desierta.

    ¿Qué decir del tiempo? Que cambia cada dos por tres. Aquí se pueden disfrutar (o no) de muchos fenómenos atmosféricos... la lluvia, el sol, las nubes, la nieve, el granizo (cuyas piedras de hielo llegan a ser más grandes que canicas), todo en un solo día.

Una isla sin pasos de peatones

Después, claro está, Cardiff goza de las típicas peculiaridades que tiene toda la isla. Por ejemplo, el hecho de que los coches se conduzcan por la izquierda. Sin embargo, no he visto nunca una ciudad en mi vida que tenga tan pocos pasos de peatones como Cardiff; de hecho, creo que sólo he visto uno. Aquí, para poder cruzar de una manera segura, es mejor fijarse en los semáforos que tienen una especie de botón que activa un mecanismo para que el semáforo cambie de color... porque eso de las rayas gruesas y blancas dispuestas de manera horizontal que le indican a uno que tiene preferencia, "no se lleva". Podrías encontrarte una especie de cuadraditos en vez de rayas.

    Pero todo cambia cuando hay un partido de rugby en la ciudad. La principal calle comercial de Cardiff, Queen St, se llena de gente, de mimos, de grupos tocando música, de pequeñas tiendas improvisadas donde puedes encontrar desde camisetas y banderas hasta gorros y guantes... Cardiff se llena de aquellos que acuden al Millennium Stadium para ver su deporte favorito en primera fila, o de aquellos otros que prefieren verlo en un típico pub galés.Las principales calles se llenan de aficionados (y también de no aficionados) que visten la camiseta roja de su equipo y que presumen de su flor nacional (daffodil o narciso), ya sea natural o hinchable. Los escoceses con sus faldas, los franceses con su bandera y sus caras pintadas, entre otros, han paseado por la capital galesa en estos últimos meses con motivo de  la celebración del Six Nations (competición de rugby anual internacional en la que participan Italia, Francia, Inglaterra, Escocia, Irlanda y Gales). Terminó con la victoria de Gales, que además consiguió el llamado "Grand Slam", lo que quiere decir que ha ganado el Six Nations sin perder un solo partido. Por esta razón, el partido disputado contra Francia la semana pasada no era un simple partido de rugby para los galeses, era El Partido, con mayúsculas. A pesar del mal tiempo, la lluvia, el viento y el frío, la calle estaba llena de gente entusiasmada con los ojos puestos en las pantallas de los pub y con su pinta de Brains (la cerveza galesa por excelencia) en la mano.

Una hora antes del partido, los pubs estaban completamente llenos y era imposible entrar. Aun cuando el partido se inicia a las cinco de la tarde, la jornada empieza por la mañana, y continúa hasta la noche. ¿Algo más? Sí, más que un partido de rugby en donde hay dos equipos enfrentados que se disputan un premio, en la calle parece una gran fiesta, donde partidarios de un equipo y otro se toman las pintas juntos sin ningún tipo de problema. Nunca había visto un partido en un pub, y sin saberlo escogí el más importante y ¡el último de todos! y lo mejor es cuando en medio del mogollón de galeses, siete franceses entonan la Marselleise con un ímpetu sorprendente. Sin embargo, cualquier sonido queda silenciado cuando los galeses, una multitud en el pub, cantan su himno. No obstante, se respira un ambiente de respeto total de unos hacia otros. Los galeses solo hacían muecas simpáticas cuando marcaban un tanto los franceses, o cuando la cámara enfocaba al príncipe William.

    Cardiff es también conocida por su larga tradición minera y pesquera, que le ayudaron durante el siglo XIX a desarrollarse económicamente. A una hora del centro de la ciudad se encuentra la Cardiff Bay. Sinceramente, no es una bahía impresionante, pero la verdad es que da gusto poder ir allí y ver el mar ( aunque esté totalmente quieto y sea de color gris). En Cardiff Bay puedes encontrar comida tradicional de numerosas partes del mundo. Puedes disfrutar de rollitos primavera cantoneses, queso francés, tapas españolas, pollo portugués y pizzas italianas. En la bahía pueden encontrarse escenas tan peculiares como la del pasado domingo: tres británicas, muy refinadamente vestidas y con su cóktel en la mano, cantaban en la puerta de un restaurante y tres perros las acompañaban animadamante en los coros. Esto sólo pasa aquí.

    Volviendo a la comida: no solo en la bahía se pone de manifiesto la riqueza cultural que prolifera en esta pequeña ciudad, hay calles enteras repletas de restaurantes diferentes que representan diversas culturas y que ayudan también a integrar a las diferentes comunidades de inmigrantes que viven aquí. Cuando vas andando por la calle en Cardiff es fácil apreciar la cantidad de gente que hay de fuera, de otros lugares, y siempre se bromea con las cifras: de los 316.800 habitantes, aproximadamente, que tiene Cardiff, la mayoría no son británicos.

    Bueno… y qué decir de la Universidad de Cardiff?. Exceptuando algunos edificios modernos, la universidad está compuesta por las típicas casas británicas: altas, de dos o tres pisos, esconden en su interior un entramado de pasillos cubiertos de moqueta y puertas que hacen que te pierdas en tu propia facultad.

    Por último decir que a pesar del tiempo y de la oscuridad que la envuelve , al contrario que mucha gente, me encanta Cardiff. Y me gustaría volver aquí algún día después de este año, aunque sólo sea para ver un partido de rugby en el Millennium Stadium.

Crónica publicada el 2 de junio 2008
Vera Ríos Carrillo
21 años
Origen: Facultade de Ciencias Políticas e Sociais de Santiago de Compostela
Destino: European Studies, Cardiff University, Cardiff, Wales, Reino Unido
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