¡Que tropa!

La derrota es huérfana pero su fúnebre bronce convoca a los cuervos. El espectáculo de la derecha mediática española es valleinclanesco: los mismos que durante cuatro años han estado envenenando el agua que bebían los dirigentes del PP con la versión gótica del 11-M, los mismos que pedían abiertamente el voto para Rajoy, han sido los primeros en salir a la plaza a exigir la jubilación del dirigente gallego reclamando, ¡ahora¡ un candidato "más centrado" ¡Manda "carallo"! que dirían en Pontevedra.

Que nadie se equivoque: tengo para mi que habría ocurrido lo mismo entre las tribus mediáticas entregadas a Zapatero sí el líder del PSOE hubiera perdido las elecciones. En la España de nuestros días, en el registro de la adulación hacia el poder y los poderosos, son legión los dispuestos a acudir en socorro del vencedor mientras que, como digo, la derrota es todo mohína y denuesto; el denuesto que precede al reparto de los despojos.

Hablo de medios, pero para el caso podríamos extender la lente hacia el mundo de los políticos. ¿Qué pasaría por la cabeza de Mariano Rajoy al ver por televisión cómo Ángel Acebes -el "fiel escudero"- escurría el bulto cuando le preguntaban por el futuro de su jefe? ¿Y de todos los demás que llevaban años haciendo la ola al político gallego? ¿Alguien ha visto en las últimas horas al otrora "omnimediático" Eduardo Zaplana?

¡Joder que tropa¡ que diría Romanones.