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ZP se juega su 'futuro social'

Día clave para el diálogo social, con enfrentamientos previos

Día clave para el diálogo social, con enfrentamientos previos

miércoles 22 de julio de 2009, 09:36h
Todo comenzará esta tarde, pero culminará por la noche, en el transcurso de una cena en Moncloa, con el presidente Zapatero de anfitrión, y como comensales el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, el de CEPYME, Jesús Bárcenas y los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y Comisiones Obreras, Ignacio Fernández. Es el último intento de cerrar un acuerdo más testimonial que otra cosa, que, para el Gobierno servirá para inyectar confianza en los agentes económicos y financieros del país. Pero nada más. El Diálogo Social ha quedado, en esta ocasión en un par de raquíticos puntos que no resuelven nada de la grave situación que atraviesa España.
Salvo que aparezca la varita mágica que salve los muebles "in extremis", y eso sólo sucedería en la cena, y no en la reunión previa que se prevé tormentosa, los puntos de la negociación que han llevado a cabo los agentes sociales, no convencen a nadie. La rebaja de las cotizaciones de la Seguridad Social, recordemos, propuesta de un punto y medio, no convence a nadie. A los empresarios les parece insuficiente y  los sindicatos, en coincidencia con la izquierda progresista del país, advierten que el coste de la medida, 4.500 millones de euros, supone cargarse el equilibrio financiero del sistema público de pensiones precisamente en un momento en el que, en otro foro, el político, la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo, se mira con lupa y se analiza punto por punto ,as posibilidades de futuro de dicho sistema justo en un momento en el que se espera una avalancha de jubilaciones para los próximos quince años, que se van a "comer", prácticamente,  todos  los recursos que se han ido acumulando en estos últimos años, en especial el Fondo de Reserva.



   Zapatero ha intentado tranquilizar los ánimos señalando que, en caso de déficit, se "pondrían en marcha mecanismos correctores para evitar situaciones que conduzcan al sistema de pensiones a la quiebra". Pero tales garantías se miran, de reojo, con mucha desconfianza. Demasiado se está empeñando el País por todos los lados como para también empeñar el único activo que queda del Estado de bienestar Social: las prestaciones para nuestros mayores, y los que vengan de aquí al 2020.

Parados

   El caso de los 420 euros que, durante seis meses, podrían llegar a cobrar los parados que se queden sin recursos una vez hayan agotado la prestación por desempleo tampoco convence a nadie. Todo lo contrario: irrita especialmente al líder de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández, quien considera que no resuelve el problema estructural del empleo en el país, y tiene mucha razón.

   Y lo peor de todo es que, como esta noche la varita mágica no dé un giro a la situación, ésta se torna conflictiva de cara al otoño. No habrá acuerdo entre los agentes sociales. Algo que hace muchos años que no pasa. El enfrentamiento entre empresarios y sindicatos estará servido. Y los sectores duros de ambos colectivos serán los verdaderos triunfadores con las consecuencias que ello puede acarrear como pueden ser las movilizaciones. Incluso Rodriguez Zapatero puede sufrir en sus propias carnes lo que han sufrido sus antecesores en el cargo. Una huelga general. Una movilización que los sindicalistas dice que sólo se producirá "en caso de agresión a los trabajadores" y que en los sectores mas duros de Comisiones u UGT se dice que está a punto de producirse.



   Por parte de Toxo no habría problema. "Si hay que convocar huelga, se convoca y en paz", dice un miembro de la Comisión Ejecutiva de Comisiones Obreras, vinculado al sector crítico, es decir, a los duros, con los que los "oficialistas" de Toxo parecen haber entrado en un periodo de relaciones mucho mas fluido que en la época de Fidalgo al frente del sindicato.

   Pero en UGT las cosas son diferentes. Cándido Méndez admira a Zapatero y tiene cierto grado de influencia sobre él. No hay que olvidar que  algunos de sus peones están bien situados en mandos intermedios del Gobierno. Al líder ugetista le costaría más secundar una huelga general contra los socialistas en estos momentos. Pero, según  comenta a Diariocritico de la Economía un alto dirigente sindical, muy conocido por sus actitudes radicales y que pide permanecer en el anonimato, Méndez  empieza a adoptar cierta actitud crítica que puede desembocar en algo parecido a lo que sucedió entre Nicolás Redondo y Felipe González a mediados de los ochenta. Ruptura de relaciones personales, huelga general y el mayor enfrentamiento sufrido por las dos "organizaciones fraternales"  cuyas relaciones, desde entonces, ya no fueron iguales.
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