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Un ‘proaborto’ infiltrado entre los ‘provida’

Un ‘proaborto’ infiltrado entre los ‘provida’

sábado 17 de octubre de 2009, 22:16h

Antes que nada tengo que ser sincero: defiendo el derecho de la mujer a decidir sobre la interrupción voluntaria del embarazo y estoy de acuerdo con la nueva ley que permitirá abortar a las mujeres a partir de los 16 años sin permiso paternal. Con estas ideas bien claras me presento este sábado en la manifestación contra la reforma que plantea la ministra Bibiana Aido.

De nuevo las organizaciones ‘provida’, entre las que se encuentra la ultraderechista Hazteoir.org, demuestra su poderío. Toda una gigantesca concentración de un corte muy familiar. Desde antes que comience veo centenares de autobuses en las calles aledañas a la Puerta de Alcalá, Colón y el Paseo de la Castellana. Murcia, Valencia, Aragón… de todos los puntos de España. Y me pregunto quién pagará todo esto.

Según me acerco a la Puerta de Alcalá, desde donde decido esperar a la cabecera, las banderas de España me muestran el camino. Una vez en la manifestación el perfil de los asistentes se repite. Grupos de señoras entradas en años, matrimonios también maduritos, miles de familias con niños pequeños y grupos de jóvenes con pinta de parroquianos con pegatinas de la radio episcopal con la leyenda ‘COPE con la vida’.

Me pregunto por qué la vestimenta marca tanto la clase social-ideológica a la que perteneces. Ellos: camisas en tono pastel, pantalones chinos, jerséis anudados al cuello y flequillo perfecto. Por supuesto con mucha caballito en la camisa. Ellas: perlas en las orejas, camisas, pantalones ajustaditos, bolsos ‘bien’ y gafas de sol de marca. Todos ellos vestidos como a una madre le gustaría que fueses a misa.  Y  yo con mi barba demasiado larga, vaqueros y mi sudadera negra con capucha. Vamos, que me siento como las hijas de Zapatero en la Casa Blanca.

Me fijo especialmente en los peinados y caigo en que no entiendo por qué la derecha social tiene el pelo más claro que el resto de los mortales. Niños rubios por doquier a tono con el de sus mamás. Cuando yo voy a otro tipo de manifestaciones me parece que el perfil de la gente es más heterogéneo, pero reconozco que visto desde fuera también podremos parecer un grupo de iguales. Otra cosa que me llama especialmente la atención es el ratio por cabeza de cochecitos para bebé, más incluso que en un centro comercial un sábado por la tarde.

Niños, padres, abuelos y algún alzacuello. Miro y vuelvo a mirar: a la manifestación le falta una generación entre 20 y 50 años que acuda simplemente por que cree en los ideales provida. Los convencidos son familias metidas en autobús, o en AVE o en coche, las que inundan Madrid para manifestarse en vez de ir al parque de atracciones. Eso sí, con miles de típicas señoras maduras del barrio de Salamanca (que los madrileños conocemos tan bien) y jóvenes de colegios religiosos como testigos.

El ambiente es casi festivo. Pocos gritos y pancartas contra Zapatero, aunque sí hay algunas con lemas como ‘Ni Hitler ni Zapatero, la vida lo primero’. Muchas más banderas con ‘La vida lo primero’ y rojigualdas, incluso pintadas en la cara de los adolescentes como quien va a un estadio de fútbol.

Javi Nieves, presentador de la episcopal Cadena 100, anima el cotarro desde un macroescenario en la Puerta de Alcalá. Por todo el recorrido se puede escuchar perfectamente a través de megafonía e incluso ver a los que van subiendo al escenario a través de pantallas gigantes.

El nivel de las declaraciones de los asistentes a los periodistas están al nivel de quien sabe que no tiene que argumentar porque todos los de su alrededor opinan como él. Se repite constantemente los términos como asesinato, matanza... Siento discrepar: se trata de derecho a decidir cuándo se quiere ser madre, pero no es cuestión de liarla. Como diría Alfonso Guerra: a esta gente nadie le ha explicado que el aborto no es obligatorio. La nueva ley es necesaria para acabar con la hipocresía de que las mujeres se tuvieran que acoger al tercer supuesto de despenalización para poder abortar.

Está visto que la manifestación no es contra la reforma planteada si no contra el aborto en sí mismo. Que asista entonces José María Aznar, quien gobernó durante ocho años sin rechistar por la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, me parece inexplicable, a no ser que su verdadera razón sea utilizar su presencia para desgastar al Gobierno.

La presencia de los dirigentes populares sirve para descubrir el fin último de la protesta: mantener movilizado contra el Gobierno a las bases de la derecha, que se muestra muy poderosa a través de las asociaciones de padres católicos y de las parroquias. Un núcleo de los muy convencidos contra cualquier Gobierno socialista y que sacan a la calle para demostrar la fortaleza de la base electoral del PP. Ya sea contra el aborto, por la lucha antiterrorista o por el matrimonio homosexual.

Al terminar la manifestación descubro cómo se paga toda la movilización, a parte de las formas más clásicas como huchas. Javi Nieves anima a enviar un 'sms' con la palabra “vida” a un número de teléfono. Más de un euro por persona. Y las familias piadosas y obedientes sacan en masa su móvil.

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