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Una estudiante gana un juicio a la UCM que puede crear un gran precedente

David contra Goliat en versión universitaria

David contra Goliat en versión universitaria

lunes 28 de septiembre de 2009, 19:06h
David no suele vencer a Goliat en la vida real, pero a veces la Justicia pone las cosas en su sitio. Cristina Moreno, una estudiante de Trabajo Social que decidió hacer un Título propio de Experto en Terapia familiar psiquiátrica de la Universidad Complutense, denunció a la institución por lo que consideraba un abuso de poder y el juez le ha dado la razón. Su solicitud fue rechazada de una forma "caprichosa" y "arbitraria" por lo que la sentencia resolvió devolver a la estudiante los 50 euros de preinscripción, a pesar de que la normativa establecida sólo contemplase el reingreso del depósito si "no se llegara a celebrar el curso".
La Universidad Complutense tiene 31 centros que imparten títulos propios y sólo en la facultad de Medicina se ofrecen hasta 25 variantes de estudio. En concreto, el año que Cristina Moreno decidió presentarse sólo había 20 plazas, pero se presentaron más de 80 solicitudes. Esto hace una idea de la cantidad de universitarios (varias decenas de miles al año) que pueden verse afectados por la cláusula de la Complutense que recoge en su Art. 4.2.5, que en "ningún caso el candidato tendrá derecho a la devolución de la preinscripción depositada en concepto de gastos de administración, de gastos de candidatos y de selección de candidatos salvo que no se llegara a celebrar el curso". Todos los estudiantes que presentan el dinero estipulado para la preinscripción de los cursos y no obtienen plaza para realizar los estudios se quedan sin él, pero ahora existe un precedente jurídico para reclamar la devolución. El juez Francisco Serrano Arnal, del juzgado de primera instancia de Madrid, considera que esa cláusula es "abusiva" tal y como recoge en la sentencia, que pueden ver en pdf pinchando aquí

    No obstante la normativa de la Universidad Complutense sigue en vigor, así que sólo aquellos alumnos que decidan hacer valer sus derechos ante un juez tendrán la oportunidad de que les sean devueltos esos 50 euros en concepto de preinscripción, las costas y los intereses generados. 

En junio de 2008, Cristina Moreno acudió al departamento de Psiquiatría de la facultad de Medicina de la UCM interesada en el título propio que impartían los profesores Tomás Ortiz Alonso y Alfonsa Rodríguez Rodríguez, le dieron un número de cuenta bancaria en el que realizar los 50 euros en concepto de preinscripción y al cabo de una semana la llamaron para realizar una entrevista personal. La misma, únicamente duró 10 minutos por cada estudiante convocado (eran más de 80) y se basaba en entregar el currículum. No volvió a recibir notificación alguna del departamento, a pesar de que en la normativa queda establecido que "la dirección del Título Propio, envía las cartas de admisión o denegación a los estudiantes". En ningún momento llegó carta alguna para denegar el curso. 

    Ya en septiembre, la estudiante decidió tomar la iniciativa y llamar a la facultad. Es entonces cuando se encargan de anunciarla que no ha sido seleccionada, según lo escrito en un tablón: "Su preinscripción ha sido rechazada por el director del departamento". Esta es la única explicación que recibe la solicitante, por lo que decide en ese momento reclamar los 50 euros de preinscripción. La universidad alude al ya citado artículo 4.2.5 de la normativa para negarle este derecho y Cristina acude al juzgado. "No me gustaría que a más estudiantes les pasara esto", explica la estudiante. "Ya se lucran impartiendo el propio curso como para cobrar 50 euros extras por una entrevista de 10 minutos", añade. Hay que pensar que el curso para el que se inscribió cuesta 2.000 euros y sólo se dan cuatro clases al mes durante dos años.

'Hasta que se cansen'

Llegados a este punto, el juzgado se pone en contacto con la universidad y ésta responde enviando una notificación en la que se defiende intentando llevar el caso por la vía contencioso-administrativo, una estrategia que a juicio de la demandante no pretende sino "alargar el proceso" durante años para que finalmente se retire la demanda, pero la Fiscalía lo rechaza y el proceso sigue por vía civil.

    El juicio verbal se celebra el 8 de marzo de 2009 en el juzgado de primera instancia nº16 de Plaza Castilla y sin que Cristina tenga siquiera que declarar, el juez directamente insinúa a la Universidad Complutense que devuelva los 50 euros. La letrada de la institución se niega remitiéndose a la normativa. En menos de 20 minutos queda visto para sentencia un caso con el que se ha dejado constancia de que "la ley no ampara el abuso de derecho o el ejercicio antisocial del mismo", por mucho que una gran institución quiera establecer unas normas "abusivas".

   "Algo importante que hemos conseguido con esto ha sido sentar un precedente para que ningún alumno se sienta indefenso por este tipo de abusos amparados dentro de una gran institución", manifiesta una orgullosa esta estudiante que intentará ahora hacer llegar su caso a las decenas de miles de alumnos que pueden verse afectados cada año y a los que la Universidad Complutense utiliza para 'hacer caja'.

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