Bajonazo hipócrita de nacionalistas y socialistas catalanes a la Fiesta

La religión compulsiva y laica que es la Fiesta de los toros se queda sin oficiantes en Cataluña a partir de 2012. Dos grupos de 'coletudos políticos', que actúan en el 'coso' del Parlament, uno de ellos enfermo de nacionalismo y complejo de superioridad -en realidad,de inferioridad-, y otro, el de los socialistas con la brújula política y de sentido común estropeado, han logrado impedir la celebración de festejos en esta región, comunidad, nación o lo que ustedes o ellos quieran.  Era la crónica de una muerte anunciada, que se ha oficializado en la votación de este miércoles, por 68 a 55 -PP, Ciutadans sobretodo- y 9 abstenciones. Porque si ERC, ICV y parte de los diputados de CiU se sabía desde el inicio de la tramitación de la ILP antitaurina que estaban a favor de la misma, con lo que el resultado quedaba en el alero y podía ser muy igualado, todo viró a favor de la prohibición con el cambio del PSC.

Porque este grupo, que en principio prometió que iba a votar unido en defensa de la libertad de que sigan las corridas de toros y acudan a ellos los espectadores a los que les guste -y en tal sentido dice haber votado su jefe y president de la Generalitat, José Montilla-, cambió hace una semana para dar la libertad de voto. Y uno, con ingenuidad, se pregunta ¿para qué entonces los partidos, si cada parlamentario vota lo que quiere? En definitiva que en una acción de enorme bajeza -un bajonazo que se dice en el riquísimo lenguaje taurino- se bajó los pantalones sin que a instancias del cordobés Montilla -inspirado por el antitaurino Zapatero- impusiera la disciplina de voto.Una forma de vengarse de la sentencia del Constitucional sobre el Estatut en las espaldas de los aficionados a los toros.

Mas lo peor no es eso. Sino la mentira y la hipocresía rayana en el cinismo que nacionalistas y socialistas contrarios a la Fiesta utilizan para la prohibición. Que si el ecologismo,que si el sufrimiento del toro, que si no es un espectáculo del siglo XXI. Todo falso. Están en contra de las corridas porque ellos,en su incultura supina, la vinculan con (el resto de) España, de la que sólo quieren las ventajas. No saben o no quieren saber que la entrada y difusión de correr el toro -las corridas- incluyó muy decisivamente a Cataluña, donde ha formado parte de sus tradiciones como en (el resto de) España. Su odio, como mínimo político, a España les lleva a semejantes actitudes.

Porque si fuera por ecologismo, sabrían que el único lugar donde existe el 'bos taurus,' ese animal de extraordinaria belleza, es en los países con festejos. ¿O hay toros en Islandia, Inglaterra, Estados Unidos, Australia etc.? De modo que ellos, los defensores del 'bos taurus', si se impusieran sus tesis, lograrían todo lo contrario a su protección: su desaparición. Pura hipocresía. Porque si fuera por evitar sufrimiento a los animales, también prohibirían ese espectáculo tradicional de algunas zonas de Cataluña, el corre-bous, en el que se les burla hasta la extenuación de un festejo en otro y al final, cuando pierden velocidad los animales, se les envía al matadero.Además, en la Monumental de Barcelona se lidian poco más de un centenar de toros al año; o sea que hay muchísimos casos de muerte de animales en cantidades superiormente infinitas que no parece ocuparles y preocuparles -a veces ni la de las personas- a estos sufrientes y sensibles personajes. Pero,claro, esta tradición, la del corre bous, es catalana. Pura falsedad. Porque si fuera porque las corridas no son para el siglo XXI, estarían condenando desde una teórica superioridad moral al resto de personas a las que sí les parece adecuado:muchas de ellas catalanas, muchas de ellas auténticos intelectuales catalanes, del resto de España y de Francia. Por cierto,señores nacionalistas y aún más señores socialistas, pregunten a sus colegas franceses porqué no sólo no se oponen a las corridas, sino que presumen de ellas pese a no ser originales de allí. Puro cinismo.

De modo que este bajonazo perpretado con alevosía sólo deja en evidencia a sus hipócritas autores, sólo perjudica a los catalanes amantes de la Fiesta a los que se cercena esta libertad.Y a todos los catalanes, que tendrán que pagar del dinero de sus impuestos un promedio de 60 euros cada uno para cubrir las indemnizaciones a que tiene derecho la empresa propietaria de la Monumental. Vaya faena, ¿verdad?. Eso sí, señores nacionalistas y socialistas catalanes a los que nada parece preocuparlos auténticos problemas del pueblo, la crisis y el paro mayormente: en Cataluña no habrá espectáculos taurinos similares a los del resto de Españay sólo los suyos, los corre bous. Todos los problemas reales de Cataluña ya están solucionados de Cataluña: ya no hay toros. Un bajonazo inculto e hipócrita ha acabado con ellos. Y olé.