Zapatero en el bunker (con Rubalcaba)

miércoles 20 de octubre de 2010, 12:14h

Suele ser habitual en casos como éste referirse a la figura retórica del bunker, en alusión al derrotado Adolf Hitler, cuando ya tenía perdida la II Guerra Mundial pero seguía soñando con la victoria final, en contra del criterio de toda su gente, y planeaba en su bunker de Berlín sus próximos movimientos en la guerra. No es que Zapatero se parezca a Hitler. No haré nunca comparaciones de políticos elegidos democráticamente con dictadores. Pero es clara la semejanza de ambas situaciones.

Zapatero está derrotado. Queda año y medio de legislatura y tiene que levantar algo más de 10 puntos de diferencia respecto al PP en intención de voto, algo que varias encuestas de un amplio espectro ideológico han señalado. Sin embargo, como buen político, no se da por vencido y cree que su deber es continuar hasta el final.

Ahora bien, queda por analizar lo que implican y significan realmente los cambios efectuados en su gabinete. Y hay un hecho por encima de todos: que Rubalcaba pasa a ser el hombre fuerte del Gobierno sólo superado por el propio Zapatero. De la Vega es fulminada -dicen que a petición de la misma- y se queda sin representación alguna en este Ejecutivo. Así que Pérez

Rubalcaba queda como vicepresidente primero, sigue como ministro del Interior y asume la portavocía del Gobierno.

Eso puede significar dos cosas: o que Ferraz, el PSOE, vaya, le ha obligado a Zapatero a que alguien tan bien valorado por la ciudadanía asuma un cargo principal en este Gobierno para enderezar el rumbo, o bien que se prepara ya el relevo en la presidencia. ZP se ha negado a confirmar si presentará candidatura para ser reelegido en 2012, y eso ha abierto el debate sobre la sucesión. Y en esa sucesión parece que los mejores situados son el propio Rubalcaba y la ministra de Defensa, Carme Chacón.

Y más allá de las recompensas que obtienen Trinidad Jiménez -por haberse pringado en las primarias socialistas madrileñas-, Leire Pajín -por su trabajo sucio en el PSOE- y Rosa Aguilar -por haberse manchado políticamente al dejar IU y la alcaldía de Córdoba para pasarse al gobierno andaluz del PSOE-, lo que destaca también es otra cosa: la supresión de dos ministerios.

La oposición ganó una moción parlamentaria al Gobierno y al PSOE, que se quedó solo, y obligó a Zapatero a reducir carteras con el fin de ahorrar ante la crisis económica. Se pedía suprimir Igualdad y Vivienda y fusionar otros en ministerios más grandes, como es el caso de Ciencia e Innovación. Pues bien, meses después Zapatero cede y suprime dos: Igualdad y Vivienda, los más controvertidos y peor valorados por los ciudadanos.

Lo que no puedo dejar de señalar es que el bunkerizado presidente acomete el mayor sinsentido en un miércoles 20 de octubre en el que, al tiempo que deja que se aprueben sus Presupuestos para el año 2011, anuncia la supresión de dos ministerios que ya tenían partidas económicas en dichas cuentas públicas. El mayor absurdo posible y concebible...

¿O hay alguno mayor? Puede que sí: resulta que para cubrir el hueco que deja Corbacho en Trabajo, nombra para el cargo a Valeriano Gómez, quien como se demuestra en Diariocrítico, estuvo presente en la manifestación principal de la jornada de huelga general el pasado 29 de septiembre. Protestaba con energía contra la reforma laboral, precisamente la que tiene ahora que dar forma como ministro de Trabajo. Además, salió por decisión propia del Gobierno en 2006 cuando era secretario de Estado de empleo porque no estaba de acuerdo con los planes de esa reforma laboral que comenzaron a circular por dicho ministerio. Realmente esperpéntico. No menos inquietante que él mismo asuma el puesto...

Pablo M. Beleña
Director Diariocrítico.com