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¿Estamos locos o qué?

La columna de Gema Lendoiro: Machistas

La columna de Gema Lendoiro: Machistas

martes 24 de marzo de 2009, 16:16h
Todos los políticos, sin excepción, en algún momento de su vida meten la pata. Es inevitable. Es lo que tiene exponer tus pensamientos de manera pública y notoria. Trinidad Jiménez no es una excepción. Trini suele ser una mujer bastante diplomática. Es más, domina el arte de hablar y hablar y no decir nada como la mayoría de nuestros políticos. Pero a veces dejan de lado la no claridad y entonces dicen frases como la que la socialista ha dicho: que meterse con Carme Chacón es machista, que la critican por ser mujer. Hombre pues no, Trini, no es así del todo, chica. SI se la critica es porque parece que la muchacha ha metido la pata. Estoy de acuerdo en que fue una tontería criticarla por haberse vestido de pantalón en la gala de la Pascua Militar, pero mucho me temo que las críticas ahora no van por los mismos derroteros.
El machismo es una cosa muy seria que además no está, ni de lejos, erradicada de nuestra sociedad por mucho Ministerio de Igualdad que tengamos y muchos avances sociales que tengamos. Tiendo a repetirme y si es por una causa que me importa, no me arrugo. Machismo es muchas otras cosas que nos rodean cada día: que hombre y mujer con idéntico trabajo cobren diferente, él más. Machismo es que un hombre con carácter tiene un par y una mujer con la misma naturaleza es una histérica. Machismo es que un tío le suelte a su pareja en medio de una cena: tú cállate que no tienes ni idea o que si llega media hora tarde la llame de todo y termine la faena con un guantazo.

Cada día encuentro decenas de ejemplos a mi alrededor. En mis amigos, en los novios de mis amigas, en los compañeros de trabajo. Es cierto que tiende a remitir en ciertos ámbitos y a ciertas edades pero no es menos cierto que persiste y de qué manera. Todas las medidas para atajarlo son pocas y además las que existen son infructuosas. Así que me parece loable que Bibiana Aído esté al frente de un ministerio que en principio está destinado a combatirlo pero que creo que no consigue demasiado.

Por eso Trini, se te agradece que te preocupes por defendernos del machismo pero no que mates moscas a cañonazos. Las grandes gestas se consiguen poco a poco y en silencio. Los progresos no pasan por darle patadas al diccionario, (Bibiana esto va para ti por las miembras que manda narices) ni por hacer unas leyes que ejercen un discriminación positiva por ser mujer. Ser mujer o ser hombre no tiene que ser un motivo de mejora o de desventaja en una ley. El ser humano es lo que importa pero se nos olvida.
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