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El César, Bruto y los aduladores

El César, Bruto y los aduladores

martes 01 de febrero de 2011, 14:02h
La hipérbole, es la forma más rudimentaria de hacer el ridículo: la exaltación desproporcionada de las cualidades de a quien se quiere apuñalar, una vez establecido que en España sólo se habla bien de los difuntos. En este caso, muertos políticos.

   La reunión de Zaragoza fue patética en la exaltación del líder. La palabra incondicionalidad, referida a la adhesión al jefe, es sencillamente teocrática y antidemocrática. La fe, que es el sentimiento de adhesión a lo que no se puede demostrar por la razón, no tiene cabida en los comportamientos democráticos. En la reunión del PSOE de Zaragoza, superó el ridículo.
Zapatero es sólo dueño de la mitad de su decisión sobre su continuidad. Puede decidir marcharse y no ser candidato; pero para apostar por serlo tiene que contar con el partido: incluso con una organización en la que la adulación a desplazado a la crítica.

   En España, la peculiar concepción que se ha instalado sobre la política hace impracticable la autocrítica. Se ha establecido que al enemigo no se le puede conceder ninguna ventaja y eso incluye la ignorancia activa de los propios defectos. De esa forma, el líder se convierte en César. La historia demuestra que el paso siguiente a la incondicionalidad es la traición, salvo que sea innecesaria.

   Los mismos que adularon hasta la extenuación a Zapatero en la reunión de Zaragoza, hablan de su terrible mediocridad a sus espaldas. Si pretendiera continuar, en el uso de unas atribuciones que sólo le corresponden al partido, sería acuchillado por un Bruto que todavía no se ha destapado.

   Revertir la caída de un liderazgo es probablemente la iniciativa política más difícil que existe. José Luis Rodríguez Zapatero es un lastre para su partido y mientras las siglas "PSOE" tengan la identificación de su cesarismo en la forma de concebir la política, los socialistas españoles no conseguirán iniciar la remontada. Está por saber si este césar se va a ir voluntariamente o tendrá que ser empujado por las escaleras del senado. No sabemos quien es Bruto, pero estamos seguros de que existe.


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