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El enfermo ha recaído y la recuperación parece alejarse

El enfermo ha recaído y la recuperación parece alejarse

domingo 07 de agosto de 2011, 17:27h
Muchos ciudadanos se preguntan qué está sucediendo en la economía mundial, o por qué está costando tanto –en Estados Unidos como en España, donde no terminan de cumplirse los pronósticos de crecimiento sostenido-,  recuperarse de la crisis, tras padecerla tres años. Incluso se anuncia que pudiéramos estar al borde de una nueva recesión sin habernos librado aún de la anterior. ¿Quién lo que sucede? ¿Quién  lo sabrá explicar? Nos anuncian que el  G7 hará un comunicado tras la conclusión de una conferencia telefónica en la que se ha debatido el estado de la crisis financiera mundial, según ha informado el Gobierno japonés. A su vez, otro funcionario del Ministerio de Hacienda de Brasil indicaba que los viceministros de Finanzas del G20 participan en otra conferencia telefónica en Brasilia para intercambiar información y opiniones. Y aún hay una tercera “cumbre” urgente del momento: El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo realiza este domingo una teleconferencia para analizar los últimos acontecimientos relativos a la crisis de la deuda soberana de países de la eurozona y estudiar la posible compra de bonos italianos. Según parece, el Consejo se encuentra dividido entre partidarios y detractores de la compra de deuda italiana. Incluso quienes apoyan la compra de bonos están divididos entre los que exigirían al Gobierno italiano medidas adicionales de ajuste antes de la intervención. En resumidas cuentas, hay una generalizada preocupación mundial por la decisión adoptada por la agencia de calificación de crédito Standard & Poor's de rebajar la calificación de los Estados Unidos de AAA a AA+. Se teme que la novedad vendrá a empeorar la situación del panorama financiero mundial. Ese sería el motivo por el que todos los grupos –G7, G20, UE-, quieren analizar la situación de manera previa. Hubo un momento, hace ahora un año, en que parecía que la pesadilla financiera mundial terminaba. Aunque lentamente y de forma desigual, las economías de los países desarrollados volvían a crecer, y las medidas de estímulo adoptadas con tanto esfuerzo por los Gobiernos para salir de la recesión comenzaban a dar sus frutos, pues bien, todo aquello parece ahora un espejismo. La economía mundial ha comenzado a dar de nuevo señales de extrema debilidad a ambos lados del Atlántico. El enfermo ha recaído, y la esperada recuperación se aleja. Dicen los expertos que, más allá de las dudas sobre la solvencia de España e Italia y de las disputas sobre fiscalidad en el Congreso de EE UU, la cuestión más preocupante es la incapacidad de los países llamados ricos para crear empleo y volver a crecer. Hace tan solo unas semanas a muchos les hubiera parecido una insensatez pronosticar una nueva recesión en Europa o en EE UU. Ahora, en cambio, hasta los más optimistas coinciden en que estamos en el peor momento desde 2008. Nada menos. Según los mencionados expertos. no es probable que los países centrales de la unión monetaria, como Alemania o Francia, caigan en recesión, pero sí lo es en economías periféricas como España o Italia, especialmente si la crisis de la deuda empeora. Se estima que la economía del conjunto de la UE sufrió un brusco frenazo en el segundo trimestre, comparado con el crecimiento del 2,5% interanual registrado entre enero y marzo. La propia Comisión Europea pronostica que el dato estará en torno al 1,5%. En España ya se nos ha avanzado un crecimiento de unas pocas décimas, bastantes menos de las inicialmente previstas. Otro experto ha explicado que la ralentización de la actividad en Europa debe analizarse en el contexto de una recuperación lenta y difícil tras una crisis financiera de do que de crecimiento de España e Italia conocidos el viernes, confirman esa tendencia. Pero es que en EE UU, el panorama es aún peor que en Europa. La primera economía mundial ha crecido en los últimos seis meses apenas un 0,8% en términos interanuales, un ritmo claramente insuficiente para crear empleo. El consumo sigue sin remontar y la producción industrial está estancada. La tasa de paro, que lleva 30 meses por encima del 8%, está en el 9,1%. El semanario The Economist, que cita El País, cifra en un 50% las probabilidades de que EE UU entre de nuevo en zona negativa en los próximos seis meses. De modo que hay razones para estar preocupados ante las perspectivas del crecimiento económico mundial, aunque se precisa que los inversores no deben lanzarse a vender a toda prisa: "No estamos en 2008, y muchas empresas tienen una salud mucho mejor que cuando cayó Lehman Brothers. Habrá una reducción de los beneficios, pero las perspectivas de dividendos siguen siendo buenas". Una primera autoridad en la crisis, Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York, apodado Doctor Catástrofe por sus oscuros presagios, se pregunta también ¿qué ha ocurrido para que la situación se haya deteriorado tanto y tan rápido? Y observa que las autoridades, tanto políticas como monetarias, se han quedado sin munición para combatir la crisis. Los tipos de interés están en niveles históricamente bajos (cerca del 0% en EE UU y en el 1,5% en la zona euro). Los Gobiernos, enormemente endeudados y bajo tremenda presión de los mercados, recortan gastos y aplazan inversiones que serían de gran ayuda para reanimar la actividad. Los bancos no prestan dinero porque ellos mismos no tienen nada fácil acceso al crédito, y las empresas, muy castigadas por la falta de préstamos y la debilidad de las ventas, recortan plantillas y rebajan sus expectativas de beneficios. A su vez, los ciudadanos, agobiados por las hipotecas y alertas ante la posibilidad de perder su empleo -si no lo han perdido ya-, limitan el consumo a lo imprescindible. Conclusión de Roubini: "Vienen años dolorosos por la resaca del alto endeudamiento público y privado en el mundo rico. La buena noticia es que podemos evitar una recaída en la recesión. La mala es que no se puede hacer mucho más que eso". Roubini, uno de los pocos economistas que pronosticaron la crisis financiera de 2008, cree que el BCE debería haber bajado los tipos de interés para ayudar a España e Italia a salir del atolladero. El Banco Central Europeo, que no tocó los tipos de interés en su reunión del pasado jueves, ha subido dos veces el precio del dinero este año a pesar de la debilidad de los datos de la eurozona. Su presidente, Jean-Claude Trichet, insiste en que su objetivo es frenar la inflación, actualmente del 2,5%, para acercarla a su objetivo del 2%. Otra autoridad mundial, Paul Krugman, premio Nobel de Economía y profesor de Princeton, ofrece un remedio keynesiano para salir de la crisis: aumentar la inversión pública para crear empleo, aprovechando que los tipos de interés siguen siendo históricamente bajos. Gastar hoy para recoger mañana, aun a pesar de que el déficit público crezca. Otros siguen insistiendo en recetar austeridad ante todo; confían en que los mercados recuperarán la confianza una vez que los Gobiernos hayan puesto sus cuentas en orden. Sólo hay buenos datos entre los países emergentes. China sigue creciendo a un ritmo espectacular, aunque ha comenzado a notar que los europeos y estadounidenses tienen el cinturón apretado. Su economía empieza a perder fuelle. Todo indica que las grandes economías van a tardar en recuperar la prosperidad perdida, y que mientras tanto seguirán perdiendo poder e influencia en favor de naciones emergentes como China, India, Rusia o Brasil. Tal vez está sucediendo que el reequilibrio de fuerzas Norte-Sur se acelera…
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