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La otra cara de 37º Congreso del PSOE (domingo)

domingo 06 de julio de 2008, 11:44h

El discurso final de Fernández Vara

El presidente de la mesa del congreso, Guillermo Fernández Vara, también presidente de la Junta de Extremadura, fue quien hizo el discurso -mini-discurso, en realidad- final: antes de declarar clausurado el congreso, pidió a los compromisarios que mantengan la unidad. Y que, en sus viajes de regreso a sus lugares de origen, no perdiesen puntos en carretera “y que los ganemos en las elecciones de Galicia y Euskadi”. Fue muy elogiada su labor como árbitro y moderador desde la mesa presidencial, donde pidió “economía en los aplausos”, se negó a cualquier autocomplacencia y estuvo sobrio y atento a mantener los tiempos del congreso.


Zapatero: “Gracias por haber venido”

Menuda cuenta de teléfono va a llegar a Ferraz, a la sede del PSOE, a finales de este mes de julio. Primero fue la llamada de Pepe Blanco para anunciar a los periodistas y a los delegados de las federaciones socialistas que ya estaban acreditados en el 37 Congreso Federal, a los que deseaba “buen Congreso y buena suerte”. Después la de Zapatero dando la bienvenida nada más pisar el recinto ferial donde se ha celebrado el cónclave. Pero ahí no ha acabado la cosa. Una vez finalizado, suena el móvil y una nueva llamada del líder socialista te sorprende dándote las gracias por haber asistido al Congreso, haciendo propaganda de lo acontecido durante estos tres días y animándote a que sigas trabajando por el bien de España. Pues ya podían empezar los de Ferraz por ahorra teléfono.


La 'vice' influyó en el nombramiento de Leire

Al final Zapatero se decantó por la joven secretaria de Estado de Cooperación. Su decisión estaba hace varios días tomada aunque el nombre de Elena Valenciano, una mujer con muy buena imagen, experiencia y gran conocimiento del 'aparato', pujó alto, muy alto. Valenciano es un persona de confianza de José Blanco a quien le hubiera encantado que fuera la designada. Pero aquí el que decidía era Zapatero y eligió a Leire.

Sin embargo, quien también puso su 'granito de arena' para que Pajín saltara a un cargo tan importante fue la vicepresidenta primera, Fernandez de la Vega. Ambas se han hartado a viajar juntas. Han conectado y simpatizado. Cuentan quienes las acompañan en los viajes oficiales que la 'Vice' aprecia mucho a Leire, a la que ayuda y aconseja. Y habló en su favor a Zapatero, que pide pocas opiniones a la hora de tomar sus decisiones.


El puño en alto para la Internacional

Justo al acabar el discurso de clausura de Zapatero, sonó con fuerza en el auditórium la Internacional, himno representativo común para socialdemócratas y comunistas. Hacía mucho que no se escuchaba en actos así del PSOE, y entre la militancia tuvo mucha acogida. Otra cosa era la Ejecutiva, claro está.

Zapatero, Chaves y compañía estaban despidiéndose y charlando amigablemente mientras sonaba en la megafonía. Sólo dos miembros de ese órgano de dirección levantaron emocionados sus puños: Álvaro Cuesta, secretario ejecutivo de Libertades Públicas y Derechos de Ciudadanía, y José Andrés Torres Mora, secretario ejecutivo de Cultura.


Bono, con corbata y a lo loco

No cede ni un milímetro el presidente del Congreso de los Diputados. ‘Antes muerto que sencillo’, parece que parecería que dijera. Y en su peculiar guerra con la corbata que mantiene con el ministro Sebastián, Bono ha dado ejemplo -genio y figura-: se ha plantado en el 37 Congreso Federal que el PSOE clausura este domingo en Madrid todo compuesto y encorbatado, como señala la tradición.

Viene a colocación este chau-chau porque Bono, efectivamente, ha sobresalido entre todos los delegados e invitados: sólo él y Javier Solana han acudido encorbatados. Ni Felipe González, que allí estaba, ni ningún otro invitado o delegado -presidentes autonómicos, o el mismo presidente del Senado, Javier Rojo- han utilizado tan martirizante prenda en verano. Miguel Sebastián, sentado detrás de Bono, iba, naturalmente, sin corbata.


¿Y la señora presidenta?

Llamó la atención la ausencia de Sonsoles Espinosa, la mujer de Zapatero, en el acto de clausura del XXXVII congreso del PSOE.

Inusual ausencia, porque la esposa del presidente suele acompañar a su marido casi siempre en este tipo de actos. ¿Nuevo protocolo en actos socialistas?



¡¡¡Pero qué lindo es!!!

La llegada en loor de multitudes al Palacio Municpal de Congresos de Zapatero, ya reelegido secretario general, fue, como siempre, el broche final de la fiesta. Zapatero eligió para la ocasión un traje en tonos grises con camisa informal algo más clarita haciendo juego y sin corbata!, por supuesto. Cientos de militantes e invitados le aguardaban y mientras hacía el paseillo hasta el estrado del plenario no dejaron de palmearle y de hacerle fotos. Y de piropearle. "¡Pero que lindo eres!" le espetó una jovencita con entusiasmo.


Felipe no paró de dar abrazos

El otro triunfador de la clausura del Congreso fue Felipe González. El ex secretario general del PSOE, que también vestía informalmente sin corbata, no paró de abrazar a unos y otros mientras desfilaban los miembros de la nueva Ejecutiva y tomaban asiento en el escenario. El primer gesto de 'cariño' lo tuvo con Zapatero, al que no le acompañaba en esta ocasión su esposa Sonsoles Espinosa, que no suele faltar a estos importante momentos de la vida política de su marido. Pero el abrazo más fuerte y prolongado fue para Alfredo Pérez Rubalcaba, su 'colega' y amigo con el que ha compartido toda la historia del PSOE. Pero también hubo abrazo especial para Carmen Chacón, que iba con una chaqueta rojísima. Y para Leire Pajín y hasta para Pepe Blanco.


Ovación para Felipe y Guerra

Los dos acudieron al acto de clausura. Estuvieron, por tanto, juntos, pero no revueltos, para contrariedad de los fotografos a los que les hubiera encantado captar la foto del abrazo entre ambos. Pero no pudo ser pese a que dicen que se han reconciliado.

Los dos recibieron el reconocimento de la militancia. Cuando el extremeño Fernandez Vara, en su calidad de presidente del 37º Congreso, nombró a los dos dirigentes más emblemáticos que ha tenido el PSOE, el auditorium casi se vino abajo. Sobre todo, bien hay que decirlo, cuando dio la bienvenida a González. Pero también se llevó una autentica salva de aplausos Guerra hasta el punto que tuvo que ponerse de pie y saludar a la concurrencia. Y él, encantado, claro.


El 'aplausómetro' en marcha

Más de uno entre los periodistas tenía su ‘aplausómetro’ para medir la duración e intensidad de los aplausos a cada nuevo miembro de la dirección del PSOE, según iban siendo anunciados por el micrófono del presidente del congreso, Fernández Vara. Es decir, que la duración de los aplausos y vítores iba siendo cronometrada. La ovación dedicada a Rubalcaba, que viajó de su asiento al estrado repartiendo y recibiendo abrazos, fue de las más sonadas. También Chacón, Elena Valenciano, y, por supuesto, Leire Pajín, estuvieron entre las ‘estrellas’ más vitoreadas. Otros rostros, nuevos, eran lógicamente más desconocidos y recibieron aplausos apenas de compromiso. Pero, en fin, aplausos hubo para todos. Por cierto, que todos los nuevos saludaron a Guerra, sentado en medo de la delegación andaluza, a Javier Solana -que también iba encorbatado, como Bono-, a Felipe González y, claro, a Zapatero.


Rubalcaba-González, el abrazo de los osos

Todo escenografía, todo coro, todo sonrisas, todos abrazos en este cierre del Congreso, pero entre los abrazos destaca uno: el que se han dado Alfredo Pérez Rubalcaba y su anterior ‘jefe’ en el partido y en el Gobierno, Felipe González. Se han ‘apretado’ bien, y bien es cierto, bajo la complacida mirada de Zapatero, que le decía a Rubalcaba un algo así como ‘aquí lo tienes’. Rubalcaba, ministro del Interior, es vocal de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, y con Carme Chacón, son los dos únicos ministros que han entrado en la nueva Ejecutiva con la que Zapatero quiere afrontar los próximos cuatro años.


Zapatero, incontestable

En la jornada del sábado, Zapatero salía elegido casi por el 99% de los votos. Un auténtico ‘congreso a la búlgara’, que podría decirse. Pero eso no es nada en comparación con lo que ha ocurrido en la jornada de clausura con la votación de la Comisión Ejecutiva Federal (CEF) y el Comité Federal. Desde luego, Zapatero está que se sale: la CEF que ha propuesto ha sido cuestionada sólo por el 1,08% de los delegados, y el Comité Federal sólo por el 0,65 por ciento, que esos fueron los votos en blanco. Lo dicho, ZP está que se sale... al menos entre los suyos.


Apoteosis en el PSE con el 'cupo vasco'

Estaban eufóricos en el Partido Socialista de Euskadi con el resultado del Congreso del PSOE, y no es para menos: han conseguido introducir nada menos que seis representantes vascos en los órganos directivos federales. Es una prueba de que Zapatero apuesta fuerte por Euskadi en un momento muy difícil -amenaza de consulta separatista de por medio- y con cercanía de elecciones autonómicas.

En la Comisión Ejecutiva Federal -el órgano que más manda, para entendernos- han entrado como vocales el secretario de Organización del PSE, Rodolfo Ares -que sigue- y el diputado Eduardo Madina.

Pero en el Comité Federal, Patxi López ha conseguido la inclusión de nada menos que cuatro representantes: Javier Rojo -presidente del Senado-, Jesús Eguiguren, Isabel Celaá Diéguez y José María Benegas.


Cándido y Fidalgo asistieron al acontecimiento

Entre los invitados a la clausura del Congreso figuraban los secretario generales del Comisiones Obreras y de UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, respectivamente. Y ninguno de los dos faltó al acontecimiento. Sentados en primera fila, muy cerca de González y de Zapatero, ambos dirigentes sindicales escenificaron la buena sintonía que hay entre ellos y con el líder socialista, al que felicitaron efusivamente por su tercera reelección al frente del PSOE...y sin contrincantes.


¿Pero hay crisis económica?

La habilidad de Zapatero para sortear la crisis económica en la que está inmersa España es realmente asombrosa. Este fin de semana, durante la celebración del 37º Congreso del PSOE, el líder del PSOE logró que toda la atención se centrara en la gran renovación de caras que sufre la Ejecutiva de su partido y en dos o tres asuntos de fuerte calado social -el aborto, la laicidad, la inmigración y en menor medida la eutanasia- en los que se centraron los debates, olvidando uno de los problemas que más preocupa en estos momentos a los ciudadanos, las dificultades económicas que traviesan las familia a consecuencia de la crisis.

Pero en el cónclave no se habló apenas o nada de economía. “¿Pero qué crisis?”, ironizaban por los pasillos del Palacio Municipal de Congresos algunos dirigentes socialistas y muchos delegados que estos días han protagonizado el cónclave del PSOE. Un mundo feliz, vamos.

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