La ausencia de Chávez

Ha sido sorpresivo el cambio en el proyecto que tenía el presidente Hugo Chávez de asistir a la Cumbre Iberoamericana que se realiza en Portugal.  Además, hace apenas cuatro días, el mandatario también suspendió una visita que tenía prevista a la ciudad de Manaos en Brasil, donde acudirían otros jefes de Estado de Suramérica para analizar la situación hemisférica.

    El argumento de Chávez es que habían “demasiados viajes” en su agenda y que debía atender asuntos en Venezuela. Medios periodísticos han especulado que la ausencia de Chávez en Estoril obedece a tres causas: la primera es que coincidía con las elecciones presidenciales en Honduras, un proceso electoral que el gobierno venezolano ha seguido muy de cerca - luego del derrocamiento de Manuel Zelaya - y cuyos resultados ha dicho que no reconocerá.

    La segunda causa es la tensión que existe entre los gobiernos de Venezuela y Colombia desde hace varios meses. En teoría, Chávez podría haber pensado que el escenario de la Cumbre no le iba a resultar propicio para su retórica bélica contra el presidente Álvaro Uribe, ya que el marco podría ser disonante. Estas cumbres buscan la unión y el consenso en determinados temas, por lo que no sería bien visto acudir a ella para profundizar más el impasse con el país neogranadino.
 
    El tercer motivo, y quizás el más importante, es que Chávez parece darse cuenta -al fin- de que se han unido muchos problemas en Venezuela que pueden explotarle en cualquier momento. La inflación sigue indetenible, el colapso de los servicios básicos (agua, luz, aseo) es notorio y la creciente inseguridad en las calles ya ha desbordado a los cuerpos policiales.

    El sábado pasado, el jefe de Estado, a quien se le critica que prácticamente no toca el tema del índice delictivo, reconoció que el problema es “preocupante”. En un acto con miembros de su partido sostuvo que el crimen afecta principalmente "a los pobres, al pueblo", porque "los ricos tienen vallas, muros, sistemas propios de seguridad en sus distintas manifestaciones".

Asimismo, admitió que ante el auge delictivo hay que pensar que ya es un grave flagelo. Sin embargo, volvió a prometer una lucha frontal contra la delincuencia.

    Cifras extraoficiales publicadas por la prensa señalan que cada fin de semana mueren asesinadas unas 50 personas en Caracas, donde se registran unos 100 homicidios por cada 100.000 habitantes, según la organización Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV). Este año, se calcula que en Venezuela 19.400 personas habrán sido asesinadas.

    Quizás todos estos problemas fueron suficientes como para que el presidente Chávez decidiera no asistir a la Cumbre de Estoril y esperar encuentro del próximo año.

Luis Herrera, corresponsal en Venezuela