La candidatura estadounidense se ha centrado en el plato fuerte de su presidente. Si eligen hacer "este camino juntos, Chicago y Estados Unidos enorgullecerán al mundo", clamaba
Obama.
"Sé que se enfrentan a una difícil elección entre cuatro ciudades y naciones enormes. Vengo a pedirles que elijan Chicago por lo mismo que yo la elegí hace 25 años, la razón por la que me enamoré de la ciudad que llamo mi casa. No sólo porque conocí a mi mujer, que ya habrán visto que es un gran punto para vender la ciudad; sino porque nunca he tenido raíces en ningún lugar, cultura o grupo étnico, y en las calles de Chiago trabajé con mucha gente diferente y vi que es la ciudad americana más americana", aseguró el presidente.
Así, Obama destacó que la celebración de los Juegos en la ciudad a orillas del lago Michigan "no es sólo un sueño de América; es el espíritu olímpico, lo esencial", apostilló.
Mientras, en la ciudad norteamericana ha habido multitud de disturbios en las calles por las posiciones contrarias de muchos ciudadanos a albergar los JJOO, ya que creen que hay otras prioridades. Si a eso se le suma las
duras críticas de los republicanos a Obama por luchar por las opciones de 'su' ciudad, la imagen de Chicago ha quedado claramente tocada ante el Comité Olímpico.
Lula apuesta por Sudamérica
El presidente de Brasil eclipsó a su comitiva defendiendo la candidatura de Río de Janeiro. Dejó claro que el resto de ciudades pertenecen a países que ya han acogido unos Juegos. "Para ellos es una edición más. De las 10 grandes economías del mundo, Brasil es la única que no ha tenido unos Juegos. Río está lista".
Pero su argumento clave era otro. El presidente brasileño advirtió que "es el momento de poner fin a ese desequilibrio" que ha significado excluir históricamente a Sudamérica de la celebración de unos Juegos. "Los Juegos pertenecen a todos los pueblos, a todos los continentes...", argumentó.
Lula ofreció un apasionado discurso pronunciado íntegramente en portugués y dedicado a 'los desheredados'. Río de Janeiro pisó fuerte en la presentación de su proyecto. Mantuvo como línea argumental la exclusión de Suramérica, la necesidad de que el espíritu olímpico llegue al subcontinente. Y remarcó una y otra vez que Japón (Tokio 1964), España (Barcelona 1992) y Estados Unidos (Los Ángeles, Atlanta...) han tenido ya unos JJOO.
Y un detalle, la revista Forbes ha dicho que Río es la ciudad más feliz del mundo, recordó en su intervención Sergio Cabral, gobernador del Estado de Río.
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