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El Gobierno no baja la guardia: se prevé una importante operación contra ETA

Los 'abertzales' tienen un 'plan de paz' para volver a las instituciones

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viernes 30 de abril de 2010, 14:43h
Declaración de Bruselas de supuestos mediadores internacionales comandados por Brian Currin, Declaración de Pamplona del entramado abertzale, libertad para el etarra Iñaki de Rentería, fianza para Díez Usabiaga para que salga de prisión… son simples eslabones de una compleja cadena que debería conducir, según las fuentes manejadas por Diariocrítico, a un proceso de paz muy distinto al que se vivió entre 2004 y 2007. No se va a negociar con ETA -se prevé, además, una inminente operación policial contra su estructura-, sino que deberá ser la ilegalizada Batasuna la que 'convenza' a ETA para dejar las armas. El siguiente paso debería ser una declaración abertzale condenando la violencia, lo que les abriría las puertas a las elecciones municipales de 2011.
Desde que se rompió definitivamente el anterior proceso de paz en una tumultuosa reunión en Bruselas en mayo de 2007 (como se narra con todo lujo de detalles en el libro "El Zapaterato. La negociación: el final de ETA", del que son autores Fernando Jáuregui y Manuel Ángel Menéndez), la acción policial contra ETA tomó un impulso inusitado. Tanto, que en medios policiales se habla en estos días de una 'inminente' operación contra la banda armada.

Pero no todo quedó frenado en Bruselas: el mundo abertzale, ilegalizados PCTV y ANV, despojado de su representación en las instituciones democráticas y asfixiado económicamente por el oportuno cambio en la Lehendakaritza vasca tras las elecciones de 2009, mantuvo sus contactos internacionales en busca de una solución al mal llamado 'conflicto vasco' que le permitiera su vuelta al ruedo político… y a la financiación por la vía municipal.

Lo que sigue a continuación es un análisis político realizado por medios conectados con la lucha antiterrorista; un análisis que no es refrendado oficialmente por el Ministerio del Interior, que, como decimos, va a golpear nuevamente a ETA en una operación que se plantea como 'inminente'.



Sin embargo y pese a todo, los primeros pasos para un proceso de paz ya se están dando. Del resto de pasos… el tiempo lo dirá. He aquí el esquema de planning que barajan los abertzales y determinados 'mediadores internacionales' para resolver el mal llamado 'conflicto vasco'. Un esquema que no acaba de creerse el Gobierno de Zapatero, escaldado por el fiasco del anterior proceso negociador.

El primer paso: tirar la piedra en Bruselas

A finales de marzo pasado, el abogado y mediador internacional Brian Currin (Pretoria, 1950) presentó un documento en el Parlamento Europeo que fue recibido con silencio por el Gobierno socialista y con expreso rechazo por el PP vasco. Luego, en rueda de prensa junto a la eurodiputada flamenca Frieda Brepoels (N-VA, independentista), el experto sudafricano hizo público un texto en el que exigía a ETA un alto el fuego supervisado internacionalmente y reclamaba al Gobierno de Rodríguez Zapatero que respondiera con un nuevo proceso de paz si la banda terrorista daba ese paso.

El documento estaba avalado por 21 personalidades internacionales del ámbito de la resolución de conflictos, como La Fundación Nelson Mandela, Desmond Tutu, Frederick De Klerk, John Hume, Albert Reynolds o Jonathan Powell.

La declaración subrayaba que el planteamiento de la izquierda abertzale contenida en la resolución "Zutik Euskal Herria" (el resultado de un proceso de debate llevado a cabo en más de 270 asambleas locales abertzales) "puede ser un paso importante para acabar con el último conflicto violento que queda en Europa". Se trataba de la primera piedra: Currin pedía a ETA que dejara las armas y al Estado español que abriera un nuevo proceso negociador.





Hay a quien no le parece ajeno a este proceso el hecho de que el ex Mr. PESC Javier Solana, con excelentes contactos con la Comunidad de San Egidio, fuera nombrado el pasado mes de marzo presidente honorario del Centro Henry Dunant para el Diálogo Humanitario, una ONG dedicada a la mediación en conflictos internacionales que intervino en la última negociación del Gobierno con ETA.


La Declaración de Pamplona

El sábado 24 de abril, la resolución "Zutik Euskal Herria", de los radicales vascos, y la Declaración de Bruselas, de los mediadores internacionales, confluían en Pamplona en un documento, "Un primer paso para el Proceso Democrático: principios y voluntad de la Izquierda Abertzale", presentado por el grupo nucleado en torno a Ezker Abertzalea, en el que aceptaban los principios del senador Mitchell para la "superación eficaz de los obstáculos" utilizando "en exclusividad las vías políticas y democráticas".

Un importante documento, porque, entre otras cosas, avisaba a ETA que "el proceso de liberación nacional y social debe basarse en la actividad exclusivamente política, y tomar como únicos instrumentos la lucha de masas, la lucha institucional y la lucha ideológica, la modificación de la correlación de fuerzas y la búsqueda del apoyo internacional. La organización, acumulación y activación de fuerzas deben de canalizarse a través de esos métodos de lucha".


Extraños episodios judiciales
 
Siguiendo la línea cronológica, el lunes 26 de abril, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón -con excelente sintonía con el Gobierno de Zapatero y amigo íntimo de José Manuel Gómez Benítez, actual vocal del CGPJ y negociador con ETA en el pasado proceso de paz- excarcelaba al ex secretario general de LAB (Langile Abertzaleen Batzordeak) Rafael Díez Usabiaga, en prisión desde octubre de 2009. Su puesta en libertad bajo fianza de 30.000 euros se interpretó en un doble sentido: por un lado, porque excarcelar a Arnaldo Otegi -artífice, con el socialista Jesús Eguiguren, del pasado episodio negociador con ETA- hubiera 'cantado' demasiado; por otro, porque se cree que ETA 'confía' ahora más en Díez Usabiaga que en Otegi.



Este viernes, 30 de abril, se ha sabido que la decisión de Garzón pudo tratarse de una simple excusa, dado que, además de lo insólito de la medida, la madre de Díez Usabiaga, al parecer, ni siquiera tenía un certificado oficial que avalara su dependencia.

Pero a la extrañeza por la decisión de Garzón se unió la decisión de la Audiencia Nacional de dejar en libertad a Iñaki Gracia Arregi, "Iñaki de Rentería", uno de los máximos dirigentes de ETA en los años noventa, que salió el miércoles de prisión tras pasar diez años entre rejas, los ocho primeros en Francia y los dos últimos en la cárcel Puerto I (Cádiz). Se afirma que "Iñaki de Rentería" ya ha cumplido su condena y no tiene procesos pendientes.

 
Operaciones policiales de 'limpieza'

Entre cada uno de los episodios, la labor policial no ha descansado. No es sólo que se haya descabezado hasta en cuatro o cinco ocasiones a ETA desde mayo de 2007, sino que han ido cayendo los realmente 'duros' de la organización; aquellos que en definitiva rompieron el anterior proceso de paz y que son considerados como 'irreductibles' de cara a un abandono de las armas.

Un episodio reciente, y realmente importante, ha sido la detención del núcleo de abogados de los etarras que, supuestamente y por orden de ETA, mantenían la 'cohesión' entre los presos en cárceles españolas con los designios de la banda. Qué duda cabe -nos dicen medios policiales- que esta operación está directamente conectada con la actual política penitenciaria que está aplicando el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para aislar a los 'duros' y facilitar las condiciones para producir importantes fisuras en el hasta hace poco monolítico colectivo de presos etarras.



Que el Gobierno no baja la guardia es una evidencia. Es más, se plantea como inminente una operación policial contra ETA, cuyos datos y pormenores, como es natural, deben quedar en secreto en tanto se produzca. Estas operaciones debilitan cada vez más al entramado de la banda, pero sobre todo en su sector más duro y violento.
 

Declaración de ETA

 La izquierda abertzale -y también los analistas en la lucha antiterrorista- esperan un comunicado de ETA a lo largo de mayo o de junio a más tardar. Un comunicado en el que la banda 'responda' oficialmente tanto a la Declaración de Bruselas como al documento de Pamplona, fijando así posiciones.

Si se siguiera el esquema fijado por el abertzalismo, ETA debería anunciar una tregua permanente y unilateral. Sería lo ideal para ese proceso que quieren abrir los radicales para su vuelta a la política activa, pero nadie sabe en realidad cómo está la relación de fuerzas en estos momentos entre los antiguos -más partidarios, al parecer, de una salida negociada- y los junior, radicalizados y proclives a la 'lucha armada'.


Los siguientes pasos de los abertzales

Sea lo que sea que ocurra con el comunicado de ETA, parece que los abertzales se han decantado ya mayoritariamente por la exclusividad de la vía política. Lo que se estaría intentando en este momento es 'convencer' a los más radicalizados, de manera que no se den las circunstancias para que se produzca una ruptura interna -en ETA o en el propio entramado batasuno- que daría al traste con todo el proceso.

Si se avanza según las perspectivas, medios conectados con la lucha antiterrorista no dudan de que el mundo batasuno emitiría luego un comunicado rechazando ya explícitamente la violencia, lo que abriría la vía de la ventanilla del Registro del Ministerio del Interior a una nueva fuerza política, completamente legal, con la que presentarse a las elecciones municipales y autonómicas de 2011… y después a las autonómicas vascas de 2013.



No sería el fin del proceso, sino el inicio del camino. Porque ese planning abertzale establece que en una situación de "normalidad democrática" se abriría una mesa política para debatir el futuro de Euskadi. Algo parecido a lo que socialistas, peneuvistas y batasunos hablaron en la mesa de Loyola durante el pasado proceso negociador, aunque no se llegara a un acuerdo porque los duros de ETA forzaron su ruptura.

En todo este proceso, ETA ya no pintaría nada. Es decir, el Gobierno no se volverá a sentar con la banda, como hizo entre 2005 y 2007. Sólo al final del proceso se abriría un diálogo para hablar exclusivamente de presos y de reinserciones.

 
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