Las declaraciones de Tomás Gómez, que se suman a una posición similar manifestada hace unos días por el presidente castellano-manchego, José María Barreda, aunque luego la matizó, han sembrado desconcierto en las filas socialistas, sobre todo en el apparatchik, que ve cómo la cacería del 'zapaterato' aumenta. Pero, en realidad, lo que hace Gómez es llevar al extremo lo que estipulan los propios Estatutos del Partido Socialista, en cuya “Disposición adicional quinta” se establece que “ningún cargo orgánico ejecutivo podrá ser ocupado por la misma persona durante más de tres mandatos consecutivos”, tal y como Diariocrítico informó en su momento, abriendo así un debate interno.
Esos Estatutos, claro, se refieren a los cargos del partido; ahora bien, según lo mismo, Zapatero debería dejar de ser secretario general socialista en el próximo Congreso, a celebrar como muy tarde en 2012. Pero no se estipula nada de los cargos en el Gobierno. Gómez, sumándose a Barreda, ha explicitado su deseo de que España se regenere políticamente y que se haga un acuerdo entre todos los partidos para limitar los cargos públicos a un máximo de dos mandatos.
Tomás Gómez es secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM) y figura ya -por fin- como candidato socialista para presidir la Comunidad autónoma después de haber derrotado en elecciones primarias a la candidata oficial de Rodríguez Zapatero, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, una derrota que, interna y externamente, se le ha aplicado directamente al propio Zapatero.
Ahora, fuerte en sí mismo y en sus apoyos, Gómez considera "muy razonable" abrir el debate sobre la limitación de mandatos para los políticos, y lo ha hecho cuando todo parece indicar que se ha abierto la veda contra el 'zapaterato', una forma cesarista de aplicar el poder. Ha reconocido Gómez, sin embargo, que la suya es una "opinión minoritaria" y que el debate no se ha abierto ni en su partido ni en la vida política española, pero que cree que "debería instalarse en el acerbo de la cultura política" del país.
Como decimos, en estas declaraciones -explosivas, por llegar en el momento más bajo del 'zapaterato' y cuando el hasta líder incuestionable ha decjado de serlo- Gómez rebasa incluso la posición del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que hace una semana en Onda Cero se mostró "partidario de la limitación de mandatos", aunque aseguró que "en el PSOE hay mucha gente que no lo comparte". Según Barreda, dicha limitación es "conveniente, saludable y razonable", y debería ser "aplicable" por "filosofía política" a "Felipe González, a Aznar, a Rodríguez Zapatero, a Suárez, o al que sea mañana o pasado mañana".
Al día siguiente, y después de una gran bronca interna en la que actuó, incluso, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, mandando 'a callar' a los crítico, Barreda concretó que su reflexión no iba "con Zapatero", sino que tenía "un carácter general". Pero, este jueves, Gómez también ha hablado de "un ideal" al que habría que tender. Lo que hace presuponer que se ha llegado ya al inicio del camino del post-zapaterismo.
Por otra parte, uno de los nombres que se barajan como sucesores de ZP, el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, tampoco ha querido perder la oportunidad de dar su opinión, asegurando que "ni está ni se le debe esperar", y ha añadido que "no tiene ningún sentido" que se abra "ficticiamente una sucesión que no está abierta". "El PSOE no es una monarquía y aquí no nos sucedemos como un monarca a otro. Ahora no hay elecciones. Ahora hay un presidente que es el presidente Zapatero y es el que yo apoyo cuando vienen bien dadas y cuando vienen mal dadas".
Esas declaraciones parecen un galimatías, pero no lo son tanto: Bono, que habla de forma esotérica -asequible sólo a los iniciados- parece querer decir que si Zapatero ha pensado en designar a dedo a Carme Chacón como su sucesora y heredera, que se lo piense dos veces y que recuerde qué le ha pasado en Madrid con su protegida Trinidad Jiménez.
Culebrón socialista:
Si (
No(
