Zapatero, como Aznar, designará a su sucesor a dedo, saltándose las primarias

         Cuatro periódicos se han apuntado este jueves a la tesis de que Zapatero comunicará después del verano -una vez finalizada su etapa de tijera, introduciendo en España los más duros recortes sociales de toda la historia de la democracia- que no se presenta a la reelección como presidente del Gobierno. Al igual que Aznar, nombrará como su sucesor a Alfredo Pérez Rubalcaba, de forma digital e inapelable.

         Lo anterior quiere decir que, en principio y hoy por hoy, no hay ninguna previsión de convocar unas elecciones primarias dentro del Partido Socialista; dejar que Rubalcaba sea el 'sucesor digital' -como lo fue Rajoy, por designación a dedo de Aznar- y que posteriormente sea el Congreso ordinario del partido -porque ya tocaría realizarlo- el que designase nuevo secretario general y candidato a la Presidencia del Gobierno a las elecciones de… 2016.

         Según dirigentes socialistas conocedores de la cocina de este partido y, sobre todo, de los intríngulis de sus estatutos y reglamentos, no hay forma de convocar elecciones primarias dentro del partido si no es por convocatoria expresa del Comité Federal, una vez que se lo comunique así la Ejecutiva Federal. No vale la recolección de firmas ni otros argumentos parecidos. Los estatutos y los reglamentos lo dicen: la convocatoria ha de partir del Comité Federal una vez lo decida la Comisión Ejecutiva Federal. Ambos órganos, hoy por hoy, los domina Zapatero y sus fontaneros mayores.

         Ésa es la previsión en la actualidad: que se 'queme' Rubalcaba, después de que Zapatero haya arrasado -legalmente hablando- con los derechos conquistados en este país. Después de la presumible debacle socialista en las generales de 2012, que se abra un Congreso en el que se presenten los candidatos que quieran. Y ése será el momento de José Blanco, de Carme Chacón y de algún otro emboscado-emboscada para la Secretaría General socialista y para la candidatura a la Presidencia del Gobierno en 2016.

         Esos son los planes actuales de Zapatero. La única incógnita es si tras la debacle de las elecciones autonómicas y municipales de mayo algunos 'barones' o 'baronías' con 'posibles' consiguen dar la vuelta a la tortilla y obligar -democráticamente hablando- a Zapatero y a sus incondicionales a convocar primarias. Pero es difícil, porque en el partido aún se recuerda como Almunia convocó esas elecciones internas y fue el primer sorprendido cuando se presentó un candidato, Borrell, y quedó aún más sorprendido cuando Borrell ganó de forma inopinada, obligando a determinados fontaneros a la apertura de una campaña no muy limpia que, a la postre, obligó a Borrell a tirar la toalla en plena carrera electoral.


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