La frustración de Puigdemont: el objetivo independentista catalán vive sus horas más bajas

Puigdemont, que se encontró con el cargo por sorpresa, cuando Artur Mas encontró esta única salida para conseguir el apoyo de la CUP y desatascar una investidura para los nacionalistas de Junts Pel Sí, no tiene buenas noticias. Acaba de recibir malas noticias de la Unión Europea, que en privado le han dejado claro que nunca apoyarán la independencia de Cataluña fuera de la legalidad y sin el acuerdo de España. Sobre todo, jamás entraría en la Unión como Estado miembro de derecho por las formas en las que conseguiría esa independencia forzosa.

Pero además la reunión en Londres con el líder independentista escocés, Alex Salmond, ya ex primer ministro de su nación, fue un fiasco internacional que se ha intentado silenciar, pero que en realidad no se puede disfrazar como otra cosa que no sea un gran fracaso. Puigdemont acudió con la esperanza de encontrar un apoyo firme en Europa por la independencia vía referéndum, pero el escocés aclaró, en privado y en público, ante los medios, que él apoya esta independencia siempre que sea por la vía legal, con el acuerdo del Estado español. Es lo que sucedió con el referéndum en Reino Unido para Escocia, y por tanto no tendrá cabida en España ni en Europa una nueva 'consulta ilegal' de los catalanes.

Por todo ello, Puigdemont ha roto el silencio. Ha lamentado este viernes que desde la UE se "amenace" con echar a Cataluña si se declara independiente, y lo ha contrastado con la actitud que se tiene con el Reino Unido. En una entrevista de la cadena estadounidense 'CNBC', ha destacado "la paradoja de que la UE haga grandes esfuerzos para que el Reino Unido no marche, mientras amenaza a Cataluña con salir si se declara independiente".

También ha mostrado su preocupación por que el Reino Unido decida si sale de la UE en el referéndum previsto para junio, pero ha subrayado que, como en el caso de Cataluña, respetará "enormemente el derecho a decidir de los británicos".

El presidente catalán ha recordado que el referéndum se celebrará el 23 de junio, a tres días de las elecciones generales en España: "Veremos qué influencia puede tener en el resultado final" de los comicios.

Puigdemont ha lamentado que se tengan que repetir las elecciones generales, algo que ve como "la incapacidad de gobernar la complejidad y de encontrar soluciones inteligentes" por parte de los grandes partidos españoles.

No ha previsto cambios sustanciales en la relaciones de Cataluña con el resto de España tras los comicios: "Quedará exactamente igual y habrá un gobierno que no ofrecerá ninguna propuesta de solución".

"He hablado con los líderes políticos españoles y ninguno de ellos me ha transmitido la intención de moverse", ha añadido en alusión a las reuniones que mantuvo entre marzo y abril con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Mariano Rajoy.

Puigdemont ve a Rajoy como "un problema" y cree que los electores deberán decidir el 26J si continúa o tiene que apartarse para dejar paso a un gobierno de coalición.

También ha reiterado que el proceso soberanista seguirá al margen de lo que suceda el 26J: "En estos momentos la política catalana ya toma sus decisiones de forma soberana, independientemente de lo que pase en el Govern y en los partidos españoles".