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Carmelo Angulo, presidente de Unicef Comité Español: "Por muchas vallas y alambradas que se levanten, los refugiados encontrarán nuevas rutas"

viernes 04 de marzo de 2016, 12:21h
Carmelo Angulo, presidente de Unicef Comité Español: 'Por muchas vallas y alambradas que se levanten, los refugiados encontrarán nuevas rutas'
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Miedo, desesperación, frío, agresiones, cierre de fronteras, mafias, condiciones climatológicas adversas, violaciones de los derechos humanos o la muerte, son algunos de los obstáculos a los que se enfrentan cada día quienes salen huyendo del horror de la guerra en sus países de origen: los refugiados. “Es una crisis humanitaria de envergadura desconocida y de un alcance muy grande en cuanto a velocidad y duración”. Así define el presidente de Unicef Comité Español, Carmelo Angulo, el drama que viven quienes se ven obligados a hacer el viaje más difícil de su vida. Diariocrítico ha charlado con él para conocer la situación actual de esta crisis o los principales retos que debe afrontar la Unión Europea y los 28 estados miembros para buscar una solución efectiva.

- Asistimos desde hace varios años, y de forma más acuciante desde principios de 2015, a una crisis humanitaria dentro de las fronteras de la Unión Europea, pero no se ha producido ninguna acción efectiva para dar solución a esta crisis. ¿Por qué?

Creo que es una crisis humanitaria de una envergadura desconocida y de alcance muy grande, en cuanto a velocidad a la que se producen los acontecimientos y a la duración, ya que no se trata de una oleada migratoria sino más bien de un movimiento estructural de personas. Sólo en el mes de enero de 2016 se produjeron 83.000 nuevas llegadas a Europa, lo que vaticina que este año se superará la cifra de 1.100.000 refugiados que entraron en 2015. Si revisamos el espíritu europeo que la UE ‘lleva por bandera’, veremos que hay que buscar una solución cuanto antes, aunque es cierto que los países se han visto absolutamente desbordados en lo humano, lo político y lo social. Suecia y Alemania, que se han convertido en los principales países de destino, han sufrido un choque muy fuerte. Aun así, se echa en falta un discurso contundente, una reacción contundente acompañada de políticas públicas, y que todos los países muestren voluntad para coordinar y mejorar los mecanismos de acogida.

- Este miércoles, la Comisión Europea aprobó un fondo de 700 millones de euros que se repartirán hasta 2018 para hacer frente a esta crisis humanitaria en Grecia. ¿Por qué no se ha aprobado antes?

Nos hemos enterado de que se ha puesto en marcha este presupuesto y nos parece estupendo que la Comisión reaccione y se ponga las pilas. No quiero entrar en dinámicas políticas, pero está claro, que además de otros problemas como la burocracia o la opinión pública, hay una falta de voluntad política por parte de algunos países, que curiosamente han sido emisores de emigrantes durante muchos años. Se acordó repartir a los más de 60.000 refugiados que están atrapados en Grecia, y hasta ahora, han sido reubicados unos 300, y en el caso de España, la cifra es muy baja. Quiero apelar a la inteligencia humanitaria de Europa, hay que responder con rapidez y más en un momento como ahora, en el que las condiciones son aún peores por el invierno. Pensamos que la respuesta de la UE debería haber sido más coordinada y rápida, pero ha habido un intenso debate político entre los países más reticentes y los menos, y es que poner de acuerdo a tanta gente no es tarea fácil. Creo que debemos recuperar el tiempo perdido, distribuir la partida que corresponde a este año cuanto antes para poder atender a las zonas más sensibles y vulnerables.

- Este fondo de 700 millones de euros, de los que 300 se movilizarían este año, es un plan de ayuda humanitaria pero no contempla medidas sobre la gestión de fronteras y la reubicación de demandantes de asilo.

Este presupuesto responde a medidas paliativas, pero estamos ante un fenómeno de consecuencias y necesidades muy superiores. Está claro que este dinero no cubre todas las necesidades, pero servirá para ayudar a los sitios donde la emergencia es mayor. Este fondo ya estaba previsto y, en cuanto se ponga en marcha, se destinará a sanidad, educación o servicios de apoyo logístico, entre otras cosas.

- Desde que comenzó el año 2015, vemos, casi a diario en las noticias, episodios de agresiones, levantamiento de muros, cierre de fronteras y un trato vejatorio en múltiples ocasiones por parte de las autoridades de diferentes países, ¿qué se puede hacer para poner fin a estos lamentables episodios?

Hay una masa de población europea que, no sólo entiende el ‘fenómeno refugiado’ sino que apoya la búsqueda de soluciones para esta crisis, aunque no cabe duda, de que también hay grupos desconsiderados y despreciables. Desde Unicef lanzamos campañas de sensibilización para que la opinión pública europea entienda que hay 10,5 millones de personas viviendo en condiciones penosas en zonas de conflicto, donde viven con miedo y se ven obligados a huir a la desesperada. No es una huida en busca de una vida mejor, es una salida desesperada en condiciones pésimas. Una Europa basada en la solidaridad tiene que dar una respuesta clara, contundente y coordinada, y eso es lo que intentamos. No es de recibo la actitud de rechazo a gente que llega en circunstancias casi mortales. Unicef trabaja de la mano de los gobiernos europeos, y aunque en principio no teníamos previsto operar en la UE, nos hemos puesto a trabajar por el desborde y la falta de respuesta. Confío en que la UE, que cuenta con organismos como Europol, los ministerios de Interior, Frontex y las misiones de vigilancia marítima para parar a las mafias, consiga dar esa respuesta eficiente y coordinada ante un fenómeno que ha superado todas las previsiones y expectativas.

- El COI ha decido que los refugiados participen en los Juegos Olímpicos (JJOO) de Río de Janeiro como el país 207. ¿Crees que es un mero gesto simbólico o que servirá para sensibilizar a la sociedad ante esta crisis?

Además del esfuerzo operativo, financiero y logístico, estamos llevando a cabo una batalla de comunicación pública global. Si bien los Derechos Humanos y los diferentes tratados en favor de los refugiados suponen un avance fundamente, creo que la comunicación y el ejemplo son también muy importantes. Lamentablemente, la imagen del niño Aylan Kurdi, cuyo cadáver fue recogido por un policía en una playa de Turquía, ha logrado más que las campañas, y con la participación de los refugiados en los JJOO pasa igual, una imagen vale más que mil palabras. Este gesto generará impactos, y es que la gente tiene que darse cuenta de que se trata de una crisis humanitaria cuya solución pasa por la resolución del conflicto sirio. Hay que decirle a la comunidad internacional que hay países como Turquía, Líbano, Jordania, Iraq y Egipto, cuyas rentas per cápita e índices de desarrollo son muy inferiores a los de otros países de la UE, y sin embargo, su atención humanitaria es ejemplar y muy superior a la que pueden soportar, habiendo países que podrían hacer mucho más. Estamos hablando de un problema global que afecta a toda la humanidad, y en particular a Europa, por lo que hay que hablar de responsabilidad directa de los gobiernos y la sociedad europeos.

- ¿Qué le parece la decisión del gobierno francés de desmantelar el campamento de refugiados de La Jungla (Calais)?

No me corresponde juzgar lo que hagan los gobiernos, ellos tendrán sus presiones y lógicas. Quiero pensar que el gobierno ha pensado en una solución de salida y reubicación para esos refugiados. Creo que ni los cuerpos de seguridad ni protección civil estaban preparados ni formados para atender a esta crisis, y desde Unicef también estamos formando a militares y civiles en Derechos Humanos y trato a la infancia, que es el sector más vulnerable y que nos tiene muy preocupados. Nuestro trabajo está orientado a la acción directa, trabajamos con los gobiernos para mejorar los mecanismos de acogida.

- La Comisión Europea estableció, el pasado mes de septiembre, el reparto de 120.000 refugiados, de los que este año deberían ser reubicados 60.000, que están ahora atrapados en Grecia. No se ha cumplido el compromiso y no ha pasado nada, ¿por qué?

Se había decidido repartir a 60.000 personas que se encontraban en Grecia, pero sólo se ha reubicado a 300 refugiados. El proceso de reubicación es complejo porque las autoridades tienen que identificar a las personas y llevarlas a un sitio y otro. Es un proceso muy delicado en lo humano, pero muy complejo, y con muy pobres resultados hasta ahora, por lo que hay que acelerar ese procedimiento. Hay flujos de refugiados que habían entrado antes de esta avalancha, por llamarlo así, pero la intensidad y la velocidad de las llegadas han pillado desprevenida a Europa, aunque sabemos que estamos obligados a tomar decisiones. Los datos de enero y febrero de este año vaticinan cifras iguales o superiores a 2015, por lo que quizás haya que buscar soluciones intermedias de acogida, y lo fundamental es poner fin a la guerra en Siria, ya que si la situación de Oriente Medio mejora, los refugiados podrán regresar a su país de origen. Entre Europa y Oriente Medio hay 15 países implicados directamente en la crisis de refugiados y 12 países, implicados de forma indirecta, por lo que estamos ante una crisis global que no sólo afecta al Mediterráneo. Entre todos, medios de comunicación, gobiernos y sociedad, hay que hacer un esfuerzo. Además hay que tener una cosa muy clara, por muchas vallas y alambradas que encuentren a su paso, los refugiados seguirán buscando nuevas rutas. Estamos muy preocupados porque con el cierre de algunas rutas se crean otras nuevas, que pueden ser difíciles, y más ahora en las condiciones del invierno. Nos preocupa que ante el taponamiento de Grecia, busquen un camino a través de Kosovo, Albania o Bulgaria, cuyas condiciones son aún más adversas. Tenemos que entender que estamos ante un fenómeno global al que ningún país por sí solo puede dar respuesta, y lo que no se puede es que Grecia soporte una situación a la que no puede hacer frente.

- ¿Cuáles son los principales retos y el futuro inmediato de esta crisis de refugiados?

Los Objetivos del Milenio de la ONU nos marcaron una ruta preocupante, pero que podría mejorar nuestras vidas si se termina con la pobreza extrema, las desigualdades y se frena el cambio climático. Creo que lo primero que debemos hacer es lograr sensibilizar y educar a la sociedad, y por supuesto dar respuestas eficaces y gestionar los conflictos y tensiones para que puedan ser absorbidas local o regionalmente. Hacen falta estadistas y dirigentes que piensen en el lago plazo. Sabemos que el medio plazo no cotiza en bolsa, y el largo, mucho menos, pero si vivimos pensando sólo en ‘mañana’, crearemos un mundo invivible, por eso apelo a los partidos y empresas a que no olviden que no todo lo importante es financiero, sino que hay agendas que deben ser más humanas que financieras, o el problema será peor. Sólo he visto al Papa Francisco hablar de la situación global a largo plazo, y es el que recuerda que el mundo vive una serie de situaciones acumulativas que pueden resultar fatales. Además, tal y como va el mundo, los flujos migratorios seguirán siendo importantes. Que nadie piense que los flujos caerán a cero porque estamos hablando de 60 o 70 millones de desplazados que se mueven por el mundo, por lo que no podemos pensar en un futuro sin grandes desplazamientos humanos, y debemos estar preparados para las avalanchas que se irán produciendo. Para Unicef, nuestro principal reto son los bebés y los niños pequeños, los niños discapacitados, aquellos separados de sus familias, sin medios, los adolescentes no acompañados, y por supuesto, tenemos que proveer mecanismos de respuesta, con acogida, medicamentos, abrigo, calzado, kits de higiene y aseo, y agua, que no está el alcance de todos.

- ¿Habéis hablado con los principales partidos políticos de España sobre esta situación y la necesidad de respuesta?

Tuvimos contacto con la Secretaría general de Migraciones y con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Además, nos reunimos antes de las elecciones con todas las fuerzas políticas, incluso a nivel autonómico y local. Además, yo envíe una carta a todos los líderes hablando de la situación de los niños en esta crisis, antes y después de la campaña, y de hecho algunos ya recogen estas ideas en sus discursos. Sentimos que hay sensibilización hacia estos temas pero en España, los partidos viven una situación de ensimismamiento ante la tensión política, pero no podemos decir que no nos hayan atendido muy bien.

- ¿Cómo reaccionó el gobierno de España ante esta dramática crisis?. ¿Existe un plan de acción para la acogida?

En el caso de España, cuando esto ‘saltó’ hace un año, hemos trabajado bien y de la mano con el gobierno. Sabemos que algunos ministerios han incorporado a personas especializadas, y hay una especie de red de municipios y ciudades españolas que se han ofrecido a acoger refugiados. Creo que si lo hacemos bien, podremos contribuir y ayudar en todo lo que haga falta. En cuanto al plan de acción, no tengo el detalle, pero sé que la Presidencia del Gobierno tiene claro desde hace meses el aparataje de respuesta, y creo que estamos perfectamente preparados. No sé qué hubiera pasado si hubieran llegado de golpe las 16.000 personas que la Comisión Europea asignó a España, pero insisto, creo que estamos preparados para dar una respuesta colectiva a los que lleguen.

- ¿Crees que la situación de ‘stand by’ político de España está perjudicando y retrasando la acogida?

Yo creo que esto no afecta a la situación de los refugiados, porque considero que pase lo que pase, cualquier gobierno atacará y defenderá este tema. Hay que tener en cuenta, que el 70 u 80% de españoles creen que debemos dar una respuesta a esta crisis, por lo que creo que todos los partidos saben que se trata de una cuestión prioritaria. En mi opinión, no variará la respuesta en función del gobierno que salga, el ‘tirón’ solidario de nuestra sociedad es muy notable, y ninguna fuerza política lo desconoce. Es cierto que se podría esperar que los líderes políticos hubieran hablado de los refugiados, aunque esta crisis no sólo afecte a España, pero como no ha habido una intensidad de llegadas, el ensimismamiento en las cuestiones políticas se ha situado como prioritario y se ‘ha llevado el gato al agua’.
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