Rita Maestre: "En Madrid hoy viven 50.000 personas menos desde que llegó Almeida"

Este mandato no se ha soterrado la A-5 y el PP cree que "no compensa" derribar el scalextric de Vallecas, pero promete cubrir la Castellana. ¿Cómo lo valora?

Me parece una broma de propuesta. En 4 años no ha movido ni una piedra ni un papel en la A-5 y no tiene ninguna legitimidad ni credibilidad para proponer ninguna gran reforma después de una legislatura vacía de proyectos. Se nota en ese desprecio con el que hablan de Vallecas que el PP que no tienen ningún interés por el sur.

¿Usted intervendría ahora en la Castellana o puede esperar?

La prioridad de las obras al principio del siguiente mandato son las del puente de Vallecas, la A-42 desde Orcasitas a Embajadores, la reforma de Bravo Murillo y la de la A-5. Son deudas históricas y merecen que se les pongan la atención y los recursos.

Si gobierna, ¿supeditará el soterramiento de la A-5 al inicio de la Operación Campamento como propone Almeida o lo ejecutará sin esperar?

No voy a esperar a que el Estado y la Comunidad pongan en marcha esa operación para empezar la reforma drástica que requiere la A-5. Será prioridad de mi Gobierno y es independiente de lo que suceda en los terrenos de la Operación Campamento. La idea es soterrar la mayor parte de tráfico, especialmente los autobuses de fuera de la ciudad, que tienen que entrar de forma rápida. Acondicionaremos la superficie dejando una vía que no tenga más de un carril en cada dirección. Habrá carriles bici, más espacio peatonal, ensanchamiento de aceras y un gran parque.

Asistimos a un baile de cifras de vivienda pública que prometen los candidatos. ¿Cuál es la de Más Madrid? ¿Apuesta por otras medidas alternativas a la nueva construcción?

Hay un candidato que puede prometer menos que ninguno, que es el alcalde, que ha tenido cuatro años para demostrar la eficacia de su política de vivienda y podemos decir ya que es el gran fracaso de su gestión. Duranto los últimos cuatro años en Madrid no solo no ha hecho más que aumentar el precio de la vivienda, sino que estamos perdiendo población. En Madrid hoy viven 50.000 personas menos de las que vivían cuando llegó Almeida al Gobierno. Es un dato muy dramático. La gente se tiene que ir a vivir fuera aunque trabaje en Madrid porque no puede pagar ni las hipotecas ni los alquileres. Prometer soluciones milagrosas es vender humo y yo no lo voy a hacer. Lo que sí se tiene hacer es muchas cosas a la vez. Nos comprometemos a construir 15.000 viviendas públicas en dos mandatos, una propuesta realista con los tiempos reales de la administración pública. Hay que incentivar fiscalmente que las casas vacías se pongan en el mercado, hay que declarar Madrid como zona tensionada para poder topar los precios de los alquileres y hay que facilitar cesiones de suelo público para que las cooperativas de vivienda puedan desarrollar sus promociones. Yo no prometo que se vaya a solucionar en un año el problema. Lo que sí prometo es que, a diferencia del Gobierno de Almeida, voy a empezar a trabajar en la vivienda desde el día uno que llegue a Cibeles.

¿Cuánta incidencia tienen las políticas del PP en esa pérdida de población?

El Ayuntamiento y la Comunidad no han hecho absolutamente nada para garantizar el derecho constitucional a la vivienda. Son responsables de que Madrid tenga la capacidad de atraer talento, pero no de mantenerlo.

¿Reclamará como PP y CS más competencias para el Ayuntamiento? ¿Son partidarios de asumir más autoridad en el ámbito educativo como pide Begoña Villacís?

Teniendo en cuenta la completa ineficacia de la Comunidad de Madrid, con lugares como Valdebebas que llevan décadas esperando un instituto, y ante la realidad de que la ciudad tiene un enorme protagonismo en la vida de toda la región es un sinsentido que el Ayuntamiento no tenga capacidad de incidir, por ejemplo, sobre el Metro. Cibeles debe tener muchas más competencias de las que tiene ahora y es la Comunidad quien tiene que compartirlas. Y sí, creo que deberíamos tener más competencias educativas. No solo en la construcción de colegios e institutos, que por supuesto, sino también sería muy bueno tener un papel en la mejora de la calidad educativa, especialmente en la educación pública. Bajo el gobierno de Manuela Carmena le dimos un vuelco completo a la red de escuelas infantiles, construyendo más de diez y cambiando los criterios fundamentales bajando las ratios, poniendo dos educadoras por cada aula y mejorando la alimentación. Espero poder hacerlo también a nivel de institutos y colegios.

Construir la red de 11 líneas de autobuses de alta velocidad que han diseñado excede un mandato. ¿Cuáles priorizarán?

La revolución del transporte público es necesaria en todo Madrid, pero hay zonas mucho peor paradas que otras como el Cañaveral, Montecarmelo o el PAU de Carabanchel. También hay agujeros en la malla del transporte público en la ciudad consolidada, como en Orcasitas o Entrevías, que llevan años esperando una estación de Metro. Muchos barrios necesitan la red de autobuses de alta velocidad que queremos poner en marcha. La primera línea será lo que llamamos la M-35 del transporte público y unirá circularmente Vicálvaro y el sur de la ciudad, pasando por Villaverde y Carabanchel hasta llegar a Latina.

Esta campaña se habla mucho de fomento del transporte público, pero no tanto de medidas que pueden ser menos populares en términos electorales como nuevas zonas de bajas emisiones (ZBE). ¿Ustedes crearían más?

La Zona de Bajas Emisiones del distrito Centro permitió reducir la contaminación un 17 por ciento en el entorno y un 10 por ciento en la ciudad. Contra las promesas electorales de Almeida, esas políticas que comenzaron con Manuela Carmena se han mantenido y han permitido bajar los niveles de contaminación. La siguiente gran revolución no tiene tanto que ver con la limitación del transporte privado, sino con potenciar el transporte público.

¿No impulsarán más zonas de bajas emisiones entonces? ¿Y peatonalizaciones?

Hemos planteado la peatonalización, aunque no tenga que ser completa, de algunas zonas, especialmente de los cascos históricos de lo que antes eran los municipios de Madrid y que ahora son barrios fuera de la M-30, como las grandes plazas de Barajas y Vicálvaro.

Repite que sus primeras medidas si llega al Gobierno serán demoler el puente de Vallecas y ondear la bandera del Orgullo en Cibeles. ¿Cuáles serían las segundas medidas en clave simbólica y de ejecución?

El Ayuntamiento, tiene que volver a recorrer los barrios de la ciudad no solo en elecciones. Almeida paseaba el otro día por Carabanchel y parecía que era el hombre pisando la luna por primera vez. La agenda y la presencia de la Alcaldía va a cambiar de forma radical cuando llegue al gobierno y vamos a dejar de estar en los despachos, no solo de Cibeles, sino de Génova, que es donde ha estado metido Almeida estos cuatro años. Como segunda medida de política activa, la puesta en marcha de la segunda fase de la construcción de las escuelas infantiles que empezamos durante el gobierno de Carmena. Nos hemos comprometido a que en ocho años haya una escuela infantil en cada barrio.

Si los madrileños la eligen alcaldesa encontrará una caja municipal con 236 millones de déficit de este último año. ¿Qué política fiscal aplicarán para remediarlo?

La caja se ha quedado vacía durante los años de Almeida. Quedó llena con Manuela Carmena. Yo no sé cómo se han gastado tanto dinero si no han sido capaces de limpiar ni de poner en marcha ninguna gran obra. Lo afronto con un principio de doble prudencia. Por un lado, porque no sé qué me voy a encontrar. Tengo que evaluar el estado real de las cuentas, ver en qué se ha gastado el dinero y cómo podemos recuperar la senda de sostenibilidad. En el tema fiscal, estamos en un contexto económico inflacionario y seguimos en una guerra. Hay que ser prudentes y proponer las reformas que sean necesarias sabiendo que es un momento complicado para el bolsillo de empresas y familias.

¿Esa prudencia se traduce en que los impuestos no se van a tocar?

Vamos a evaluarlo. No queremos complicar más la vida a familias y empresas.

Definió la lista electoral de Almeida como una "humillación" de Isabel Díaz Ayuso al alcalde por sus imposiciones. Cuando la revisa, ¿lo ve a él o a ella como rival?

Ayuso ha demostrado su enorme poder en Madrid con recochineo. No ha evitado esa humillación pública de Almeida en la que el nombre de quien iba a ser su número tres se conocía a través de una filtración a medios. Es un político completamente subyugado y muy sumiso a Ayuso y ha estado tan preocupado primero en espiarla y después en hacerse perdonar que ha dedicado poco tiempo a Madrid. Mi rival es Almeida, pero sobre todo son los problemas de Madrid a los que no ha puesto ninguna solución.

Manuela Carmena la acompañó en un acto el miércoles y pidió el voto para usted. ¿Es el espaldarazo que necesitaban para acercarse a los votos que obtuvieron en 2019 y que las encuestas merman?

Para mí Manuela Carmena es una referencia, un ejemplo de cómo hacer política de otra manera, de gobierno eficiente, de gobierno activo y su apoyo no es tanto un espaldarazo, sino toda una alegría contar con ella.

Las expectativas electorales son más bajas que con ella al frente, ¿cuánto la necesitan para remontarlas?

Las expectativas electorales las tenemos muy altas, tanto como que una vez más unos pocos miles de votos pueden mover las elecciones.

¿Cómo de ajustados ve los bloques? ¿Cómo se consiguen los votos marquen diferencia para poder gobernar?

Almeida está mucho más cerca de perder el Gobierno que de la mayoría y es la razón por la que está tan preocupado, por la que suelta tantas promesas electorales de última hora y por la que los ataques contra mi van a ir in crescendo. La diferencia entre que suceda una cosa y otra, como dicen todas las encuestas y como sucedió en 2019 y 2015, son unos pocos miles de votos y solo Más Madrid puede conseguir ese concejal, dos o tres de diferencia que hay ahora mismo entre los dos grandes bloques políticos.

¿Se echa encima toda la responsabilidad de sumar para la izquierda?

Yo trabajo para ensanchar una mayoría política, una mayoría electoral. Acceder a una escuela infantil, tener un mejor transporte público, respirar un aire menos contaminando o que haya más árboles en Madrid son beneficios muy evidentes para cualquiera vote lo que vote en otras elecciones y tenga las convicciones morales que tenga. Yo salgo a conseguir todos los votos posibles de las ideologías que sean. Es el reto que nos ponemos y asumimos la responsabilidad de generar y dirigir un bloque social muy amplio donde quepa gente muy distinta que tenga como prioridad los problemas de Madrid.

¿Qué le preocupa más: la reelección de José Luis Martínez-Almeida como alcalde o que el candidato de Vox, Javier Ortega Smith, sea vicealcalde?

La extrema derecha reaparece en campaña con espectáculos circenses después de cuatro años de una pasividad absoluta con los problemas de Madrid, de ser el socio más barato que ha tenido nunca ningún gobierno municipal. Me preocupa esta extrema derecha gritona, pero me preocupa mucho más un Partido Popular que llega al Gobierno no ya para no hacer nada con los problemas que existían, sino a crear problemas nuevos que se han empeorado muchísimo durante su mandato. Pero no vamos a sufrir cuatro años más de desgobierno. Estoy no solo muy esperanzada, sino muy convencida de que ese cambio de gobierno se va a producir.

Almeida sembraba la duda esta semana sobre sí Begoña Villacís sumaría sus votos a los de la izquierda si logra representación ¿Contemplan esta posibilidad?

Ciudadanos ha elegido de forma sistemática formar gobiernos con el Partido Popular más corrupto de la historia de España y con la extrema derecha en este último mandato así que no creo que vayan a cambiar de rumbo en absoluto si llegan a obtener representación.

¿Si los concelales que obtenga CS fuesen decisivos para formar gobierno buscaría atraerlos o es una línea roja?

He demostrado que tengo una gran capacidad para llegar a acuerdos. Yo propuse los Acuerdos de la Villa, pero creo que es difícil que se produzca porque está lejos de la trayectoria de lo que ha hecho Ciudadanos durante ocho años y no tengo indicios de que vaya a cambiar.