La crisis de la inmigración vuelve a tener un capítulo en las fronteras de la Unión Europea (UE). En esta ocasión, los migrantes se concentran desde hace semanas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia para intentar entrar en territorio europeo.
Entre otras nacionalidades, abundan especialmente los migrantes de
Siria, Yemen, Afganistán e Irak. Según reprochan las autoridades europeas, muchos de ellos
habrían llegado a Bielorrusia en vuelos comerciales procedentes de Emiratos Árabes, Turquía o Líbano.
Bruselas ha acusado a Bielorrusia de promocionar estos viajes para que los migrantes acudan en masa a Minsk y desde ahí llegar a la frontera con Polonia, país que ya es de la Unión Europea y en el que los migrantes que logran cruzar piden asilo. Una situación que la UE ha calificado como "ataque híbrido" en su contra.
Emiratos Árabes y Turquía prohibirán a varias nacionalidades tomar vuelos hacia Minsk
Tras la crisis, que ha ido en aumento, y después de las reuniones del vicepresidente de la Comisión Europea,
Margaritis Schinas, con varios gobiernos de los países en tránsito de la mayoría de migrantes,
se ha prohibido a varias nacionalidades embarcar hacia Minsk.
Turquía prohibió la semana pasada tomar vuelos a Bielorrusia a las personas con nacionalidad afgana, siria, iraquí o yemení. Una decisión que también ha tomado Emiratos y prohibirá a las mismas nacionalidades embarcar en vuelos de la compañía bielorrusa Belavia con destino Minsk.
Por su parte, Belavia, la aerolínea estatal bielorrusa, ha admitido que dichas rutas son muy utilizadas, pero ha asegurado que siempre en materia de turismo, no de inmigración ilegal.
La UE plantea más sanciones a Bielorrusia
La UE se ha visto envuelta en otra crisis de inmigración en uno de los peores momentos. Además, al producirse en pleno invierno las condiciones de los que llegan a las fronteras son extremas.
Los líderes europeos plantean nuevas sanciones al Gobierno de Alexandr Lukashenko y se han reunido para aprobarlas lo antes posible. El líder bielorruso, por su parte, ha asegurado que no quiere "ningún conflicto" con la UE y ha señalado que está dispuesto a repatriar a los migrantes que deseen volver a sus países de origen.
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