La ONU dictamina que Israel ha cometido crímenes de guerra en su respuesta a Hamás

Naciones Unidas ha concluido que todas las partes en el conflicto en Israel y Palestina no han tomado medidas de precaución efectivas para evitar víctimas civiles, lo que ha exacerbado la crisis, las divisiones y el odio en todos los frentes, explica.

La Comisión de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado, ha elaborado un nuevo informe que examina el uso de la fuerza por parte de Israel y también de las autoridades que dominan Gaza, así como las operaciones militares y policiales israelíes en Cisjordania.

La sudafricana Navi Pillay, presidenta de la Comisión, tacha el informe de "doloroso" y enfatiza que "el único camino para poner fin a la violencia y lograr una paz sostenible es mediante la estricta observancia del derecho internacional en todo el territorio palestino ocupado e Israel". Insiste en que se debe terminar la ocupación israelí del territorio palestino y "permitir a los palestinos ejercer su derecho a la autodeterminación".

Sobre los últimos acontecimientos, concluye que tras "las atrocidades presenciadas" desde los ataques de Hamás del 7 de octubre, "siempre se debe proteger a los civiles y los bienes de carácter civil". "Nunca son un objetivo legítimo. Todas las partes deben cumplir con su deber de protegerlos según el derecho internacional humanitario”, enfatizó.

Por ello, esta comisión de la ONU informa que ha comenzado a recopilar pruebas de crímenes de guerra cometidos tanto por Hamás y otros grupos armados palestinos como por las fuerzas de seguridad israelíes.

La Comisión subrayó la urgencia de que las partes involucradas "cesen todas las formas de violencia y garanticen la protección de los civiles".

Conclusiones: crímenes de guerra

El informe considera que el lanzamiento de cohetes y morteros por parte de grupos armados palestinos contra centros de población civil israelí es "inherentemente indiscriminado por naturaleza" y, por lo tanto, "constituye claramente un crimen de guerra".

Después, también encuentra que "los daños y las víctimas causados ​​por los ataques israelíes no eran proporcionales a la ventaja militar y, por lo tanto, las acciones constituyen un crimen de guerra".

Además, señala que impedir la entrada de alimentos y suministros médicos a Gaza es una "violación del derecho internacional humanitario".

También concluyó que la historia de incursiones militares y ataques aéreos de Israel contra Gaza debe verse dentro del contexto más amplio de la ocupación de Israel, a la que no tiene intención de poner fin.

Critica estas operaciones militares porque impiden "el establecimiento y funcionamiento de un Estado palestino libre".

El informe concluye que las fuerzas de seguridad israelíes "utilizaron fuerza excesiva y medios indiscriminados" para dispersar a los manifestantes en Israel y Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, lo que provocó graves daños a las personas, incluidas muertes y lesiones permanentes.

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