Macron asume la impopularidad de la reforma de las pensiones pero asegura que "seguirá su camino democrático"

Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha asegurado que la reforma de las pensiones "seguirá su camino democrático", a pesar de su "impopularidad", y espera que ésta entre en vigor antes de que termine 2023. Las declaraciones del mandatario francés llegan en medio de la crisis que ha provocado esta reforma, con protestas multitudinarias en las calles y después de superar por la mínima dos mociones de censura.

Según varias encuestas en medios nacionales, cerca del 70% de la población francesa no apoya la discutida reforma de Macron. El presidente ha dicho que asume la "impopularidad" de esta reforma que este jueves volverá a tener huelgas y manifestaciones en contra.

El gabinete liderado por la primera ministra, Élisabeth Borne, superó el lunes dos mociones de censura en contra de una reforma que prevé retrasar la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años.

Además de las manifestaciones espontáneas y de las huelgas que se prolongan en algunos sectores desde hace casi dos semanas, los sindicatos han organizado para este jueves la 9ª jornada de paros y manifestaciones contra la reforma de las pensiones porque siguen intentando pararla a pesar de su adopción formal.

La polémica ha pasado factura a la popularidad de Macron, quien registra su nivel más bajo desde las marchas de los 'chalecos amarillos' a principios del año 2019. Según un sondeo publicado por 'Le Journal de Dimanche', solo el 28% de los franceses respalda al presidente.

"No se va a tolerar un desbordamiento"

Aun así, el presidente francés ha defendido la reforma como necesaria en una entrevista a las dos principales cadenas de televisión del país. Macron afrima que el hecho de que entrara en vigor este año "sería bueno para que 1,8 millones de personas vean aumentada su pensión unos 600 euros por año".

En esa misma entrevista, Macron ha dicho que la reforma depende del dictamen del Consejo Constitucional y no de las protestas en la calle. Sobre estas ha comentado que "hay que respetar cuando son pacíficas, pero no cuando acuden a la extrema violencia". En este sentido, el presidente ha afirmado que "hay que escuchar la cólera" de los ciudadanos, pero ha señalado que "no se va a tolerar un desbordamiento", porque "la cólera legítima" contra la reforma no justifica la violencia.