El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió ayer viernes desplegar 2 submarinos nucleares en respuesta a las declaraciones que consideró "provocadoras" por parte del vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev.
A través de su red social Truth Social, Trump declaró: "Ante las provocaciones de Medvédev, he ordenado posicionar 2 submarinos nucleares en las regiones correspondientes, por si esas declaraciones insensatas resultan más que palabras". El mandatario añadió que "las palabras cuentan y pueden tener consecuencias imprevistas", esperando que "no sea el caso esta vez".
Medvédev dijo en redes sociales que los ultimátums lanzados por Trump sobre el fin de la guerra en Ucrania no son una advertencia dirigida solo a ese país, sino también a Estados Unidos.
Según el funcionario ruso, cada nuevo plazo impuesto por Trump para resolver el conflicto incrementa el riesgo de una escalada bélica. Estas afirmaciones han generado un notable malestar en Washington, especialmente porque Trump había prometido una solución rápida al conflicto tras asumir la presidencia, basándose en su supuesta cercanía con el líder ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, esa expectativa ha quedado truncada en las últimas semanas.
Un mensaje de poder atómico estadounidense
El despliegue de estos submarinos nucleares no es meramente simbólico; también constituye una demostración del poderío atómico de EEUU. Aunque la Casa Blanca no ha revelado detalles sobre la ubicación exacta ni la identidad de los buques, todo indica que pertenecen a la clase Ohio, una pieza clave dentro de la tríada nuclear estadounidense. Estos submarinos destacan por ser los terceros más grandes del mundo, superados únicamente por los gigantes rusos de la clase Typhoon. Con casi 171 metros de longitud y un peso superior a las 19.000 toneladas, son verdaderos colosos del mar.
Su capacidad ofensiva es abrumadora gracias a su sistema de lanzamiento de misiles balísticos Trident II D5. Cada uno de estos proyectiles puede transportar hasta 14 ojivas nucleares independientes y tiene un alcance de 11.000 km, lo que les permite atacar múltiples objetivos simultáneamente. Además, impulsados por reactores nucleares, los submarinos de la clase Ohio poseen autonomía para operar hasta 15 años sin necesidad de repostar. Su diseño prioriza el sigilo absoluto, haciéndolos prácticamente indetectables mientras navegan por cualquier océano del planeta.
Versatilidad militar y actividad reciente
En superficie, estos submarinos también cuentan con 4 tubos lanzatorpedos capaces de disparar misiles de crucero convencionales. Algunas versiones modificadas, como el USS Ohio (SSGN-726), han sido adaptadas para llevar hasta 154 misiles Tomahawk, ideales para misiones de ataque de precisión contra objetivos terrestres. Este buque, en particular, ha estado muy activo en el Pacífico durante este año. Esta misma semana atracó en Brisbane (Australia) como parte de una estrategia para reforzar la presencia militar estadounidense en la región.
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