El incremento en la guerra comercial de EEUU a China todavía no ha alcanzado su máximo. El Gobierno de Donald Trump ha decidido que las exportaciones chinas a la primera potencia mundial vayan a estar sujetas a aranceles de hasta el 245%.
Dentro de una directiva dedicada a medidas para lograr el acceso de EEUU a minerales raros, la pieza más codiciada de la industria tecnológica, la Casa Blanca ha asegurado que ese 245% es el nivel máximo al que van a estar gravados los bienes y servicios que llegan desde el gigante asiático "como resultado de sus acciones de represalia".
En el mensaje, la Administración estadounidense afirma que esa cifra es la suma de 3 conceptos: el 125% viene por los llamados 'aranceles recíprocos' que Trump había anunciado el pasado 2 de abril y que entraron en vigor una semana después, el 20% es una penalización por la entrada de fentanilo chino a EEUU, además de un gravamen adicional de entre el 7,5% y el 100% establecido por el presidente en su primer mandato en base a la Sección 301 de la Ley de Comercio.
Un poco más tarde de la publicación de este documento de la oficina presidencial, el Ministerio de Comercio de Pekín ha indicado en un comunicado que había "observado que los aranceles acumulados sobre algunas exportaciones chinas individuales a EEUU han alcanzado el 245% bajo varias designaciones", sin entrar en detalles sobre el alcance de los productos afectados.
Han convertido los aranceles en armas
"Estados Unidos ha instrumentalizado y convertido en armas los aranceles hasta un nivel completamente irracional", ha criticado el Ministerio asiático, que ha dejado claro que China "ignoraría el juego de cifras arancelarias completamente sin sentido de Estados Unidos".
Trump impuso al principio aranceles del 20% a las importaciones procedentes de China por su supuesto papel en la cadena de suministro de fentanilo, además de los gravámenes de administraciones anteriores, y luego puso un 125% por prácticas comerciales que Washington piensa que son injustas. Aun así, su Administración ha puesto una prórroga temporal a determinados productos tecnológicos, como teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles.
Además, China ha solicitado a Washington que "deje de amenazar y chantajear" después de que el presidente estadounidense afirmara que era Pekín quien tenía que sentarse a la mesa de negociaciones para poner fin a su guerra comercial.
"Si Estados Unidos quiere realmente resolver la cuestión mediante el diálogo y la negociación, debería dejar de ejercer una presión extrema, dejar de amenazar y chantajear, y hablar con China sobre la base de la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo", ha manifestado Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.