Los pros y contras del posible acuerdo electoral Podemos-IU

Desde hace meses -se podría ya hablar de año pese al pequeño recorrido histórico de Podemos- que estas dos formaciones libran un debate interno y externo sobre la conveniencia de unir fuerzas en las urnas. Dos formaciones de izquierdas que en realidad representan dos momentos históricos de la realidad política española. Izquierda Unida representa la vieja forma de defender la izquierda, la de los Anguita y compañía. La herencia del Partido Comunista y Carrillo que hace muchísimo que se fueron de todo lo que rodea a IU, pero que siguen como fantasmas que a veces inquietan a los que quieren echar a volar por sí solos, como es el caso de Pablo Iglesias y su cuadrilla.

Pero aquí que llegó el 11-M en 2011 y con él dos vertientes: los partidos llamados ‘ciudadanos’, plataformas sociales y de activistas que querían un cambio en la política nacional y lo consiguieron. Se formaron varios partidos, uno de ellos de especial éxito: Podemos, la criatura política de Pablo Iglesias y su equipo de confianza. Monedero, Bescansa, Errejón, Tania Sánchez... todo un equipo que supo dinamitar la vieja IU y llevarse a buena parte de sus votantes.

Pero no todos los planes le iban a salir perfectos a Iglesias. Del mismo 11-M surgió otra figura igualmente mediática, de éxito y de alto reconocimiento social: Alberto Garzón, que comenzó en las plazas públicas en Málaga, pero que asaltó la política nacional con acierto y rapidez, llegando a liderar IU sin darse cuenta del poco tiempo que había necesitado para ello. Las malas lenguas opinan que la vieja guardia de IU se echó a sus brazos para ser rescatados de un desastre e incluso de la desaparición, con todo lo que ello conllevaba. Otros piensan también que buscaron un líder de urgencia y de circunstancias, pero que el joven Garzón, de tan sólo 30 años, no era en realidad un líder a largo plazo.

El tiempo pasó y quitó y dio razones a unos y a otros. La realidad es que desde 2014 Podemos supo quitarle los escaños a IU, primero en el Parlamento Europeo, después en las comunidades y municipios de las elecciones de mayo de 2015 donde eran fuertes. Cuando se aproximaban los comicios generales de diciembre, el terror se apoderaba de IU. Pero Garzón demostró cómo, guste o no decirlo, una persona puede salvar todo un proyecto y una ideología política que defiende detrás un gran equipo de personas. Su buen resultado electoral, salvando los muebles, le hizo fuerte a Alberto, y está a punto de asaltar definitivamente IU, aunque la Asamblea Federal será en junio.

Lo que toca antes, sin embargo, es labrar la estrategia electoral de cara a las inevitables –creen todos- elecciones de junio. Garzón ya ganó un primer asalto en el comité de IU y podrá llevar a cabo la idea que tenga en mente, que seguramente se parezca a lo que desde ayer se pudo entrever: Podemos e IU ampliarán su alianza electoral aunque sin determinar del todo hasta dónde llegará.

Hay varios pros y contras que valora Podemos:

- Ambas formaciones no quieren en ningún momento una fusión orgánica. La deuda histórica de IU es inviable para el proyecto de ‘crowdfunding’ de Podemos, con financiación de su militancia. Una ausencia de sentimiento de solidaridad de izquierdas para salvar al partido que lleva décadas defendiendo este sector ideológico en las urnas.

- Garzón no aceptará ser diputado por Málaga, dejando problemas a Iglesias para hacer su lista para Madrid. Tendría que hacer renunciar a escaños a sus primeros espadas, lo que le provocará problemas internos y dolores de cabeza, ya que todos quieren ir por la gran lista central.

- No se acaban de determinar las regiones por las que acudir en coalición. Está casi decidido hacerlo en Galicia y Comunidad Valenciana. Pero están en el aire Cataluña y otras como Euskadi, Asturias o Andalucía. Sí sería más viable y fácil en el resto de autonomías, como Madrid, las castillas, Extremadura…

- IU también tiene voto en esto claro, está, ya que no todo lo impondrá la formación política ahora mismo mayoritaria en la izquierda. Los de Garzón exigen cierta autonomía en las urnas, dejando claro al votante que deposita su papeleta para el partido de siempre, sólo que en coalición con Podemos, algo que va en contra de los intereses de Iglesias, al que le interesa reforzar su marca personal para captar votos.

- A favor de la alianza está la matemática electoral. Ambos saben que han perdido muchísimos escaños por no labrar esta coalición en diciembre. Los expertos hablan de más o menos 14 escaños más, con lo que habrían sumado un total de 85, provocando que otros partidos perdieran por ese intercambio de plazas en el Congreso. Hablamos sobre todo del PSOE, ‘rival’ en el sector de la izquierda, o más bien el centro-izquierda. El caso es que los socialistas habrían perdido en torno a otros 2 escaños, quedándose en 88, dejando las cosas en un empate simbólico que hubiera facilitado mucho las negociaciones, ya que PP y Ciudadanos se habrían visto muy perjudicados, perdiendo más o menos 7 el PP y 4 Ciudadanos, siendo minoría respecto a la suma PSOE+Podemos+IU, algo que en estos momentos no sucede.