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Vacas gordas y vacas flacas

Vacas gordas y vacas flacas

martes 18 de noviembre de 2008, 18:26h

En el 2009 dispondremos de unos 25.000 millones de dólares. ¿Estamos blindados?

No hay mayor fuente de sabiduría que la Biblia. Allí se narra el sueño de las vacas gordas y las vacas flacas que atormentaba al faraón de Egipto, quien manda a llamar a José para pedirle una interpretación. En el Antiguo Testamento (Génesis 41), podemos leer la explicación de José:

"En los próximos 7 años habrá en todo Egipto gran abundancia. Pero inmediatamente después, sobrevendrán 7 años de hambre, durante los cuales no quedará ni el recuerdo de aquella abundancia, porque el hambre asolará al país. Entonces nadie sabrá lo que es la abundancia a causa del hambre que será muy intensa".

Y procede José a recomendarle al Faraón que durante de los años abundancia se deben llenar los silos con víveres: "& así el país tendrá una reserva de alimentos para los años de hambre que vendrán".

En términos modernos, lo que José recomendaba era un Fondo de Estabilización Macroeconómica. Lamentablemente nuestro actual faraón tropical ni entiende de economía ni leyó la Biblia. Creyó que las vacas gordas -producto de los precios altos del petróleo- engordarían para siempre.

Tristemente, llegó el momento de las vacas flacas y resulta que el faraón no sólo desmanteló el Fondo de Estabilización Macroeconómica sino que para colmo ordenó transferir cerca de 40.000 millones de dólares al Fonden, donde según sus propias palabras apenas quedan unos 5 mil millones de dólares "no asignados".

Creyó el faraón de Sabaneta que eso no importaría, porque los precios del petróleo alcanzarían los 200 dólares por barril. Pero sus experiencias oníricas no se están cumpliendo. Después de haber alcanzado 147,30 dólares a mediados de julio, el barril del crudo marcador WTI se ha derrumbado, rondando los 55 dólares. Peor aún, la cesta petrolera venezolana es en promedio 10 dólares menor que el del WTI, con lo cual oscila en torno a los 45 dólares por barril y nadie sabe hasta dónde podría desplomarse.

La razón por la cual los precios caen es porque el mundo está atravesando por lo que probablemente sea la mayor crisis desde la Gran Depresión de 1929 y, como consecuencia de ello, se está desacelerando la demanda de petróleo.

Pero el faraón, sumido en sus fantasías, nos dice que estamos "blindados" frente a la crisis, mientras su ministro Alí (en el país de las maravillas) propone un presupuesto basado en una producción de 3.660.000 barriles diarios a ser vendidos a un precio promedio de 60 dólares por barril.

Sin embargo, la realidad luce bien diferente. Según la Agencia Internacional de la Energía, Venezuela apenas produjo 2.360.000 b/d en agosto y, de acuerdo con la OPEP, la producción para el mes de septiembre fue de sólo 2.326.000 barriles por día, en tanto que el Energy Information Administration (fuente oficial de estadísticas energéticas del "imperio") le atribuye a Venezuela para el tercer trimestre del 2008 una producción de 2.390.000 barriles diarios (monto algo mayor, porque incluye condensados).

Para ser generosos, asumamos que nuestra producción es de 2,4 millones de barriles. Restémosle a esa cifra unos 700.000 b/d de consumo interno que por estar fuertemente subsidiados sólo aportan pérdidas al Fisco; restémosle también unos 400.000 b/d correspondientes a la "diplomacia petrolera" que tampoco nada aportan (Cuba, Nicaragua, Bolivia, Petrocaribe, Argentina, Paraguay, etc., que no hacen otra cosa que chulear a Venezuela) y quitemos después 129.000 b/d adicionales correspondientes al recorte de la OPEP.

La conclusión es dramática. El remanente exportable del cual vive Venezuela es de apenas 1.171.000 barriles por día, a lo cual todavía hay que deducir la monstruosa deuda asumida por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) para ser pagada con crudo. Pero aún olvidándonos de lo último, si multiplicamos esa cifra por unos 60 dólares por barril -aunque sea para concederle algo a Alí- llegaremos a la triste conclusión de que al país le quedarán el año que viene unos 25.600 millones de dólares, a los que aún habría que rebajar el costo de producción.

En el 2008 las importaciones venezolanas cerrarán en unos 55.000 millones de dólares. A esos mismos fines y con un aparato productivo duramente golpeado, en el 2009 dispondremos -siendo optimistas- de unos 25.000 millones de dólares. ¿Estamos blindados frente a la crisis?

¿Y las reservas del BCV y el Fonden? Eso lo trataré en un próximo artículo.

Mucho me temo que los sueños del faraón se trasformarán en una pesadilla en medio de la cual nos despertaremos los venezolanos el año que viene.

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