Las fuerzas de Seguridad del Estado y la Ertzaintza están en alerta máxima: existe un fundado temor a que ETA vaya a intentar hacerse presente antes del 1 de marzo. Salvo en los casos en que ha coincido la celebración de elecciones con alguna de las treguas decretadas por la banda, ETA siempre ha cometido atentados en elecciones. Sin ir más lejos, la última vez está aún reciente. Fue el asesinato del ex concejal del PSE en Mondragón, Isaías Carrasco, durante las generales de 2008.
Por si cabe alguna duda de esta voluntad de seguir matando o atemorizando a la sociedad, la semana pasada, en su último comunicado con motivo del 50 aniversario de su nacimiento, ETA volvía a insistir en que seguirá actuando hasta conseguir el objetivo de la independencia de Euska Herria.
De igual manera, si como se prevé, o Baltasar Garzón o el Tribunal Supremo impiden que las listas presuntamente sometidas a ETA puedan concurrir a estas elecciones autonómicas del 1 de marzo e impedir que representantes bajo la obediencia de la banda puedan sentarse en el nuevo Parlamento vasco, sin lugar a dudas aumentará el riesgo de que la banda intente visualizar su presencia con un atentado.
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