El cantante colombiano Juanes se reconcilió este martes con el Festival de Viña del Mar tras su último paso por el certamen, y convenció al público de la ciudad jardín con su pop rock latino.
El compositor fue el encargado de abrir la segunda noche de espectáculos del festival, mientras que la veterana banda estadounidense "KC and the Sunshine Band" transformó el escenario en una discoteca ochentera.
"Esta noche no tuvo ni punto de comparación con la vez pasada", dijo Juanes al final del espectáculo en alusión a su última visita a Viña del Mar, en 2005, cuando quedó insatisfecho del "show".
"A Dios le pido" fue el primer tema que sonó y las pancartas y banderas colombianas ondearon por encima del mar de 15.000 personas que ocupaba la Quinta Vergara, el recinto que alberga el Festival de Viña del Mar.
Junto a seis músicos, el intérprete logró despertar las entrañas del "monstruo", tal y como es conocido el público del festival, y a pesar de ser su tercera actuación en la historia del certamen, cumplió con todas las expectativas.
Ataviado con unos pantalones grises, camiseta plateada y una cazadora negra, el colombiano dio el toque de salida a la segunda noche con una selección de sus canciones más conocidas.
Lo que en un principio tenía que ser un espectáculo de 45 minutos, se alargó más de una hora, en un concierto sin descanso marcado por una fuerte conexión con el público, hacia el cual Juanes manifestó todo su respeto y gratitud.
Ya con su camiseta plateada empapada de sudor, Juanes dejó el plato fuerte, su populares temas "La camisa negra" y "Odio por amor", para decir el último adiós a su gira y despedirse de sus seguidores durante por lo menos un año, en el que preparará su próximo álbum.