En mayo no sólo hay elecciones municipales y autonómicas, sino también para el Consejo de la Policía, en el que tienen que elegirse 14 vocales entre todos los sindicatos policiales -hasta la fecha eran 12 representantes, pero a partir de mayo se eleva la cifra a esos 14-.
Esas elecciones en la Policía, que son más importantes de lo que parece dado que marcan con exactitud la correlación de fuerzas, está ya provocando 'pactos antinatura', como el acuerdo entre la Unión Federal de Policía (UFP) y la Confederación Española de Policías (CEP). Decimos 'antinatura' porque la UFP es de tendencia ugetista, mientras que la CEP representa los intereses de la derecha policial más dura.
La razón de este pacto es desbancar al mayoritario Sindicato Unificado de Policía (SUP), de tendencia progresista. Lo que no se sabe aún es que la UFP y el SUP tenían firmado un preacuerdo electoral, el cual lo ha roto el máximo dirigente de la UFP, Carlos Fernando Vázquez Romay, por dos cuestiones que vamos a revelar: primero, no estar de acuerdo con el reparto de cargos elegibles (José Manuel Sánchez Fornet, secretario general del SUP, proponía que el número 1 en la lista fuera de este sindicato, el 2 para la UFP, el 3 y 4 para el SUP, el 5 para la UFP y así sucesivamente), y, segundo y más importante, porque Vázquez Romay exigía al SUP que para unirse, una vez celebradas las elecciones, se subiera la cuota mensual a los policías afiliados a ambas fuerzas de 6 a 10 euros.
Algo que el SUP ha considerado 'claramente inmoral' dado el bajo salario policial. El actual Consejo de la Policía está formado por 12 consejeros, repartidos de esta manera: en la escala básica, el SUP tiene 4 representantes frente a dos que tienen cada uno UFP y CEP; en subinspectores, hay 1 del SUP; en la escala ejecutiva hay dos del Sindicato Profesional de la Policía, y en la escala superior hay uno del sindicato de comisarios.