Tras las presiones recibidas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecerá en el Congreso de los Diputados para dar cuentas de la posición sobre el Sáhara y las grandes cuestiones de la crisis internacional por la guerra en Ucrania.
El asunto más candente es, por supuesto, el primero, el del acuerdo que parece que se ha alcanzado con el país vecino para permitir que la autonomía del Sáhara, no su derecho de autodeterminación, sea la solución para el futuro.
Mientras que Sánchez comparezca -aún no tiene fecha esa cita parlamentaria, pero será la semana que viene- y que lo haga también el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, este martes, tras el Consejo de Ministros, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha explicado que el acuerdo está pendiente de Naciones Unidas.
Aseguró que el Gobierno, para rebajar las críticas, a las que se han sumado incluso sus socios de Ejecutivo, Unidas Podemos, simplemente quiere que en el seno de Naciones Unidas se llegue a una solución para este asunto "enquistado" en el tiempo.
Rodríguez explicó que la autonomía del territorio saharaui podría ser una salida "realista" a una crisis que se extiende demasiado en el tiempo sin respuesta. Pero recalcó que siempre será una solución que tenga que validarse y acordarse en el seno de las Naciones Unidas, y que ésa es la postura del Gobierno y del presidente Sánchez, rechazando otras interpretaciones que se han hecho estos días.
Relaciones con Marruecos
Sin embargo, reconoció en varias ocasiones que este acuerdo es "para mejorar las relaciones con el país vecino", dando a entender que daba la razón a la oposición, que cree este pacto con Marruecos tenía la intención de buscar contrapartidas beneficiosas para España, como en el campo de la inmigración.
"Se recomponen las relaciones diplomáticas con Marruecos", insistió Rodríguez, sin recordar que estaban rotas precismente desde que España acogió al líder de Frente Polisario en plena pandemia sin comunicárselo.
Rodríguez también expuso que se quiere "asegurar la integridad del territorio nacional", dando pábulo a esas sospechas que apuntan a que habría amenazas algo poco esperado sobre Ceuta y Melilla por parte de Marruecos.
Además, pregunta por las relaciones con Argelia, cuarto agente en discordia en este conflicto, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Rivera, insistió en varias respuestas en que este asunto no interferirá en el suministro del gas desde Argelia y que tampoco lo hará en los precios.