Racismo: clasismo para pobres

Como una tribu del neolítico que saliera de la caverna para excitarse unos a otros, se retroalimentaron en el orangutanismo de manada, quienes jalearon consignas racistas contra Vinicius en Mestalla.

El racismo, como la LGTBIfobia, son el clasismo de siempre, adaptado para pobres. Es como el triciclo para quien no llega a la bicicleta. No importa que no llegues a rico, siempre puedes buscar a quien humillar usando la excusa del color de la piel, de su sexualidad, de su género.

La tribu del neolítico que se daba cita en el campo, decidió esta vez sentirse fuerte insultando a un jugador por el color de su piel. Hay mucho de esto en la extrema derecha. De clasismo, quiero decir. De ricos defendiendo sus privilegios de clase y de pobres que se piensan mejores porque siempre habrá un inmigrante (normalmente más pobre) a quien culpar de todos los males.

Un discurso que bebe de fuentes no tan distintas al nazi-onanismo de casi toda índole, que usando la excusa de la reivindicación cultural viene a señalar quien es mejor y quien peor, en función del lado de la línea imaginaria (llamada frontera) en que se haya nacido.

El discurso de buscar falsos culpables fáciles de señalar para resarcirse de los problemas originados por personas difíciles (por sus consecuencias) de acusar, ha tenido cobijo histórico en el mundo del fútbol, siempre dispuesto a dar sombra y agua al macho orangután. Un espacio liberador donde sentirse superior a la mujer, gritar con fuerza "maricón" y poder soltar todo tu racismo a un jugador por el color de su piel.

Hay mucho de esta necesidad de falso culpable sobre quien abusar, en una sociedad que se empeña en el "tú puedes" y el "coaching" y toda la industria de autoayuda (cuya proliferación debería darnos qué pensar) que siempre comparte la trastienda común de hacerte responsable único a ti de saltar todas y cada una de las barreras que encuentras en el camino a desarrollarte como te dijeron de niño que te podías desarrollar.

Hay un trabajo emocional lento pero constante de larvado de autoestima. No es casual tampoco la proliferación de problemas de salud mental expresados en el aumento de consumo de psicofármacos.

Lo vemos en populares concursos de cocina (que no solo) emitidos en prime time por televisión. Retorcer los límites para llevarlo todo a la dañina simplificación de "ganadores" o "perdedores"

La sociedad va cambiando para prevenir el racismo, el machismo, la LGTBIfobia, la aporofobia, etc, que durante tantos años han sido la forma emocional de construir niveles de privilegio social.

El domingo hay elecciones. No permitamos que quienes animan con su publicidad a los gritos racistas puedan gobernar.