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Marta Ferrusola: tanto monta, monta tanto

jueves 25 de julio de 2024, 11:56h

Desde que el mundo es mundo los cenagales del poder se han surcado siempre con mayor facilidad cuando ha habido liderazgos compartidos entre un hombre y una mujer. Famosos son los tándems entre Marco Antonio y Cleopatra o Isabel y Fernando y, ya en nuestros días, los de Pedro y Begoña o Jordi y Marta. A este último quiero referirme ahora, el de Jordi Pujol, president de la Generalitat de Cataluña entre 1980 y 2003 y líder del nacionalismo catalán, y su esposa, Marta Ferrusola, que ha dejado este mundo hace sólo unos días , a la edad de 89 años y que arrastraba la enfermedad de alzhéimer desde 2018. Marta fue el pilar clave en el que se apoyó durante todo su mandato Jordi Pujol, y eso que nunca tuvo cargo político efectivo alguno. De su complicidad permanente hablan, al menos, dos hechos: sus 68 añoss de matrimonio bien avenido (los escarceos de Jordi fuera del lecho conyugal eran pecata minuta, porque nunca afectaron a la patria catalana…) , y el fruto de esa unión, sus 7 hijos.

A Ferrusola sus compatriotas nunca la llamaron doña Marta . El doña sobraba cuando un catalán o una catalana se refería a ella porque era vista como la encarnación del ama de casa de clase media en la que se veían reflejadas buena parte de las mujeres catalanas. Y seguramente más aún a partir de la creación de Hidroplant, una empresa de jardinería fundada con dos amigas que muy pronto se convertiría, primero, en la suministradora habitual de varios departamentos de la Generalitat, y muy poco después en la responsable del estado del césped del Camp Nou, y ya se sabe que eso en Cataluña son palabras mayores. Y, aunque luego adoptaría el papel de «primera dama», con numerosos cargos simbólicos en varias fundaciones y entidades, nunca dejó de tener el beneplácito de la población nacionalista.

Católica hasta la médula y ahorradora ejemplar, su obsesión permanente era acumular para no estar expuesta a los vientos racheados del futuro. Otros, como Albert Boadella , llegaron más allá y se atrevieron a denunciar públicamente esa fachada aparente, hasta el punto de llegar a presentarla como la verdadera matriarca del clan Pujol y una tacaña de libro que , además, se fue cobrando poco a poco esa entrega en cuerpo y alma que su marido había tenido con Cataluña desde siempre. Así hasta el punto de ser la mamma, es decir, la gestora principal de varios millones en Andorra que ella gestionaba junto a sus hijos con el nombre en clave de "madre superiora".

Hamlet – El héroe shakespeariano–, le decía a Polonio que” ..Más os valdría un mal epitafio después de la muerte que los maliciosos epítetos de los comediantes durante vuestra vida…”. No le faltaba razón al Príncipe de Dinamarca porque nadie como Boadella y Els Joglars desenmascararon las figuras de Pujol y, sobre todo, de Ferrusola, en Ubú President, a partir de 1995. Decía la compañía catalana en la presentación de su espectáculo que el president, “amparado por su cargo, reprende, aconseja, amenaza, moraliza y pontifica a todo un pueblo de “seny” (sensatez). En una palabra; nos explica cómo tenemos que orinar los catalanes”. Y en esa cínica descripción de la más íntima voluntad de Pujol incluía también a su mujer, Marta, la sombra constante del dirigente catalán que movía los hilos para que la familia nunca tuviera que verse desamparada si las cosas cambiaban en el impredecible discurrir de la cosa pública.

El sarcasmo, la burla, la avaricia y la megalomanía de la pareja catalana que Boadella retrató magistralmente en aquella farsa política nunca le fue perdonada por los Pujol, en primer lugar, y por la casta nacionalista después. Treinta años más tarde Els Joglars siguen padeciendo la exclusión de los teatros públicos catalanes y la persona de Boadella es más que non grata tanto para autoridades como para los nacionalistas más furibundos que no han dejado de insultarle a través de pintadas, asedio y escraches cuando saben que está pasando algunos días en su casa de Jafre, en Girona.

Los últimos años de Marta Ferrusola, sin embargo, han estado marcados por los escándalos judiciales de su familia, la entrada y salida en prisión de varios de sus hijos y la investigación sobre su participación en la trama de fraude fiscal denunciado inicialmente a través de una demanda de Manos Limpias, que fue admitida y que llegó después de que la propia familia Pujol se viera forzada a reconocer a través de un comunicado haber ocultado a la Hacienda Pública cifras millonarias.

Cómplice, encubridora y cooperadora necesaria de todos esos delitos fiscales por los que la familia Pujol se llevaba crudo un dinero que correspondía a todos los españoles, el hecho cierto es que seguimos esperando un juicio y una sentencia que, sin embargo, mucho nos tememos que nunca vayan a producirse y, en caso contrario, ya verán la forma de acogerse a la nueva legislación que perdona y olvida los delitos de malversación y corrupción , sobre todo si formas parte de un partido que sostiene a Pedro Sánchez en la Moncloa.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023) LInkedIn: https://www.linkedin.com/in/josé-miguel-vila-8642271a/

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