Estados Unidos ha interceptado un tercer petrolero en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela, solo 10 días después de que el Pentágono dicidiera intensificar la campaña de presión contra Nicolás Maduro al capturar una embarcación de transporte de crudo.
El petrolero Bella 1, un buque que llevaba bandera panameña sancionado por Estados Unidos, estaba dirigiéndose a Venezuela para cargar, de acuerdo a lo que ha declarado una de las personas, que solicitó no ser identificada. La interdicción se ha producido después del abordaje del superpetrolero 'Centuries' la madrugada del sábado y del Skipper el 10 de diciembre.
Trump sigue subiendo la presión sobre Maduro tratando de cortar la principal fuente de ingresos del régimen. Si Venezuela no puede exportar su petróleo, sus tanques de almacenamiento se van a llenar con el suministro estancado y la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) va a tener que empezar a cerrar pozos petroleros, de acuerdo con diversos expertos de la industria.
Por su parte, el Ejecutivo chavista ha rechazado lo que ha llamado como "robo y secuestro" por parte de EEUU de "un nuevo buque privado" que transportaba crudo venezolano. Además, ha querido denunciar la "desaparición forzada" de la tripulación.
Bloqueo "total"
La operación, que han avanzado algunas agencias de noticias, llega después del anuncio del presidente Trump, quien afirmó que Venezuela se enfrentaba a un bloqueo "total" de todos los petroleros sancionados que entran y salen del país presidido por Maduro.
A la vez, diversas embarcaciones que recogen petróleo en Venezuela, así como empresas como la estadounidense Chevron, llevan petróleo venezolano en sus propios buques autorizados. Para los petroleros que transportan petróleo del país y crudo de Irán y Rusia, pero que no están metidos en la lista de barcos sancionados, el presidente venezolano decidió mandar este jueves a la Armada Bolivariana que los escoltara.
Esta operación, de la cual Washington ha dicho que se encuentra al tanto y que llevaría a distintas líneas de actuación, fue vista como arriesgada y un posible preludio de un conflicto directo en alta mar. La campaña de presión de Trump sobre Maduro ha escalado en más de dos docenas de ataques contra buques en el océano Atlántico y el mar Caribe, lo que ha provocado al menos 100 víctimas.
Con las recientes incautaciones, Trump está intentando recortar todavía más los ingresos de la industria petrolera venezolana, buscando evitar que su "flota fantasma" de petroleros pueda eludir las sanciones energéticas impuestas por Estados Unidos desde el 2019.