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Diario de los Juegos Paralímpicos

Un día cualquiera en la Villa Paralímpica

Un día cualquiera en la Villa Paralímpica

domingo 14 de septiembre de 2008, 16:17h
La Secretaria de Políticas Sociales del PSM, concejala del Ayuntamiento de Madrid, Carmen Sánchez Carazo, nos cuenta su experiencia y particular visión de la vida de los atletas del equipo paralímpico español en Pekín.
Hemos visitado la Villa Paralímpica: la Secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, Amparo Valcarce, el Director General de discapacidad, Juan Carlos Ramiro, y la Directora General de Infraestructuras Deportivas, María Dolores Molina, los patrocinadores y los miembros del Comité Paralímpico Español. La visita duro casi seis horas y almorzamos en el comedor de los deportistas.

Para entrar tuvimos que pasar unos importantes controles de seguridad, todos estamos acreditados y hemos tenido que pasar importantes medidas de seguridad, dar nuestro pasaporte, foto, datos personales, y no nos quitamos nunca la acreditación  pues es tan importante que en China sirve como pasaporte.

En la Villa nos la quitaron y nos dieron una temporal para controlar que nadie se quedaba, o cualquier otra cosa, pues si nos quedamos sin nuestra acreditación es como quedarse sin pasaporte.


Marco incomparable

Al pasar a la Villa se respira una gran tranquilidad, todo está diseñado para que los deportistas puedan estar relajados y concentrados. Se puede decir que no circulan coches, solamente los de cuestiones internas e imprescindibles.

Fuimos andando por el gran paseo Villa para llegar al gran comedor. Unos metros antes, donde se encuentra la mascota Fu Niu Lele, que representa la igualdad la trascendencia y la integración, nos hicimos una foto de todo el grupo. Cuando llegamos al comedor, justo en los edificios de enfrente vimos nuestra bandera pues es la zona donde viven nuestros deportistas. Los apartamentos que se han construido para este evento se han revalorizado mucho. Ahora el metro cuadrado en la Villa está a unos 3.000 euros, y el sueldo medio es de 300-400 euros.

El comedor es inmenso, hay que pensar que puede albergar a varios miles de deportistas. La comida es de autoservicio, con distintos tipos de comidas. En una zona hay comida de McDonald´s, luego comida, árabe, asiática, china, internacional y mediterránea, y una zona solamente para ensaladas y fruta. La comida es muy buena, yo probé un poco de la asiática, de la china y de la mediterránea. Y en cada plato pone las calorías y la cantidad de hidratos de carbono, proteínas y grasa que contienen. Como nos podemos imaginar es muy importante la dieta en los deportistas.

 Y lo que es significativo es que en la Olimpiadas se comía mucha más comida de McDonald´s que en las Paralimpiadas, el coordinador de nuestra expedición deportiva, Alberto Jofre, que vive en la Villa, nos comentaba que los deportistas paralímpicos tienen un gran control y cuidado de su preparación.


Con los atletas

Conocimos a Ricardo Ten, medalla de oro de 100 metros braza, Abderraman Ait Khanouch, que llegó a España en patera y ha conseguido medalla de plata en 1.500 metros,  David, Casinos, nuestro abanderado y otros muchos otros. Tuvimos con ellos una charla muy agradable, además de ser grandes deportistas son muy simpáticos. Hay un magnífico ambiente no solo entre nuestros deportistas, también con los deportistas de otros países. También ocurrió este ambiente de grupo tan importante y positivo  en las Olimpiadas. Por poner un ejemplo, nos contaban que Nadal se lo pasó fenomenal y era un gran compañero de todos.

Visitamos nuestra Villa, llena de banderas por fuera y de alegría por dentro. Se divide en apartamentos donde conviven unos cuatro deportistas. Tuenen los cuartos de baño perfectamente adaptados y todo es accesible. Hay una sala de fisioterapia con las últimas tecnologías pues es muy importante para el rendimiento en las distintas pruebas. Tenemos como 8 traductores en la expedición son chicos y chicas chinas que hablan muy bien español y solamente han estado tres semanas en España, en Granada, en el Instituto Cervantes, es admirable como han aprendido nuestro idioma. Nos saludaron y realmente ayudan muchísimo a los deportistas y a toda la expedición pues la mayoría de los chinos no saben inglés.

Luego fuimos a ver, una de las cosas que me fascinó, la sala de recreo. Hay cuatro edificios en la Villa con salas de juegos de todo tipo; consolas, videojuegos, billares, canastas para encestar, yo enceste muy poco, y otra gran sala de ordenadores en cada uno de los edificios.

En la Villa hay banco, supermercado, lavandería y zona de plancha. Alberto Jofre nos contaba que hay deportistas que se lavan su propia ropa pero que otros lo mandan a lavar, y también tienen una zona para la reparación de prótesis. Y lo que es fascinante el policlínico. Un edificio grande en una gran pantalla, como las de cine, en la sala de espera donde se puede ver el desarrollo de las Paralimpiadas, y con los mejores profesionales. Se han traído tanto para las Olimpiadas como para las Paralimpiadas  a los mejores médicos de todo el país, Alberto Jofre nos decía que si alguno nos ponemos enfermo estamos en buenas manos.
La limpieza es completa y los jardines son fascinantes. Contaban que todos los días quitan las piedrecitas cortan las pequeñas hiervas que puedan crecer, ponen otra vez las piedrecitas, todo cuidado al milímetro y con una paciencia inigualable.

A la salida hay una tienda de recuerdos con logos, yo compré unos lápices, y terminó la visita con la sensación de haber estado en un pequeño pueblo lleno de par, alegría y solidaridad.
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