El 20 de agosto de 2008 tuvo lugar uno de los mayores accidentes aéreos de la historia de España: un avión de Spanair se estrelló durante el despegue dejando 154 víctimas mortales y 18 heridos. El avión despegó del aeropuerto de Madrid rumbo a Gran Canaria a las 14:24 horas, pero minutos después se estrelló debido a una cadena de fallos humanos y técnicos.
Como cada año, la Asociación de Afectados ha celebrado actos de homenaje para recordar a los fallecidos y a sus familias, que siguen luchando para hacer justicia y que se depuren responsabilidades.
Una serie de fallos "sistémicos" provocó el fatal accidente, así se recoge en el dictamen sobre el vuelo JK5022 de Spanair que el Congreso de los Diputados aprobó en mayo del año pasado. El dictamen responsabiliza a una serie de cargos del Ejecutivo del Ministerio de Fomento en el año 2008. Pero hasta la fecha nadie ha sido condenado por lo ocurrido ni se han asumido responsabilidades.
El texto señala a varios "factores causantes que concluyen en el trágico accidente". Por un lado recoge la compleja situación que estaba atravesando la compañía Spanair, motivo por el cual los pilotos y el personal de mantenimiento actuaron "presionados" para cumplir los compromisos de puntualidad y no realizaron las comprobaciones de seguridad necesarias antes del despegue. Además, se recoge también como factor importante en la forma de actuación de la tripulación el ERE que días antes había presentado la empresa.
Otro dato importante es que la compañía recibió "sin mediar inspección" la prórroga del Certificado de Aeronavegabilidad del avión siniestrado por parte de la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC). A todo ello hay que sumar el fallo en la alarma TOWS, un sistema que avisa de errores potencialmente peligrosos en la configuración del despegue.
Por último, el informe aprobado en el Congreso certifica también la activación tardía por parte de AENA del plan de emergencia. Un cúmulo de factores que provocaron que fallasen "todas las barreras de seguridad" dando lugar al segundo accidente más mortífero de la aviación española.
Mejoras en la seguridad aérea que se implementaron tras el accidente
Por desgracia en muchas ocasiones hasta que no pasa una tragedia no se mejoran ciertos aspectos relativos a la seguridad, como todos los protocolos que cambiaron tras el fatídico 11-S. y eso es lo que ocurrió tras el accidente de Spanair. Después de este suceso, la seguridad aérea española cambió para siempre.
Uno de los cambios fue la Red Europea de Autoridades de Investigación sobre la Seguridad de la Aviación Civil, que se creó tras el siniestro y emitió 31 recomendaciones a raíz del informe final de la investigación del siniestro. España ya se puso al día con todas e incluso AENA, desde entonces, invirtió más de 100 millones de euros en mejoras de seguridad en Barajas.
Otro cambio importante, logrado en parte gracias a la Asociación de Afectados, fue la obligatoriedad de las aerolíneas a facilitar la lista de pasajeros en un plazo máximo de 2 horas. Una reivindicación que partió de España y que se aprobó en el Parlamento Europeo en el año 2010. También se creó el Programa Estatal de Seguridad Operacional para la Aviación Civil (PESO) y se desarrolló un protocolo para la asistencia de las familias de víctimas de accidentes aéreos.
Desde entonces determinados protocolos son revisados de forma obligada antes de cada vuelo para evitar que se puedan volver a pasar por alto fallos de seguridad o de configuración de la aeronave de gran relevancia.
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