Así queda el PSOE en crisis tras la salida de Lastra, envuelto entre guerras internas y desorganización

Preocupación en las filas socialistas por cómo queda el PSOE en plena recta final de la legislatura tras la salida de Adriana Lastra.

La renuncia de la vicesecretaria general por motivos de salud ha tenido muchas vertientes. Por un lado, lógicamente, el partido se ha solidarizado por cuestiones personales con ella, de baja médica por un embarazo de riesgo.

Pero este motivo más humano no despeja problemas internos y tensiones que estaban a punto de estallar, explican algunos medios citando fuentes internas socialistas.

Por un lado, Pedro Sánchez llevaba tiempo con la mosca detrás de la oreja. Ya en su día 'jubiló' a casi todo el equipo con el que había llegado a Ferraz y después a Moncloa, con Carmen Calvo, José Luis Ábalos y la propia Lastra en cabeza.

El ascenso de la asturiana a número 2 socialista tras ser portavoz parlamentaria en su momento ilusionó al partido por dentro, pero poco a poco creció una insatisfacción interna y cierta decepción por su forma de hacer las cosas. Sánchez, al parecer, entre ellos, con el cabreo definitivo por el resultado de las elecciones andaluzas.

Cambios y tensiones

Dicen las malas lenguas que, por todo ello, Lastra ciertamente se va por una cuestión médica, pero podría haberse quedado perfectamente porque los motivos son temporales. Sin embargo, habría preferido una salida honrosa e irse antes de la que echasen, ya que se barruntaba un cambio de rumbo en el PSOE que suponía también apartarla a ella de su importante cargo en el partido de Ferraz.

También se habla de guerras internas que llenan de tensión al PSOE a nivel de dirección. El navarro Santos Cerdán, Secretario de Organización del PSOE justo desde hace un año, era al parecer su gran rival a la hora de discutir por el rumbo del partido.

A Sánchez le llegaban continuamente estos enfrentamientos y estaba a punto, se asegura, de tomar una decisión drástica que ahora se suaviza con la salida voluntaria de Lastra por cuestiones de salud.

El caso es que el PSOE queda en claro estado de desorganización a menos de año y medio de las próximas elecciones, a finales de 2023, pero con las autonómicas y municipales marcadas en la agenda en la próxima primavera.

Y ahora, ¿qué?

Y es que lo peor es que parece que no hay una clara alternativa ya marcada para dirigir el partido. Sánchez, como es lógico, dedica casi todo su tiempo al Gobierno de la nación, y sus personas de confianza ya cada vez son menos en el PSOE.

Algunos esperan que ascienda a Santos Cerdán de número 3 a número, 2, el puesto que ocupaba Lastra. Otros creen que Sánchez podría apostar por Patxi López, una figura que elogia siempre que puede, aunque presentara su propia candidatura rival en las primarias en las que el secretario general se enfrentó, sobre todo, a Susana Díaz.

Y poco más: se habla de que hay poca cantera y faltan figuras de peso en las que confiar el futuro del partido por parte de Sánchez. Hay preocupación en Ferraz por qué será del partido en estos próximos tiempos.