El president de la Generalitat, Quim Torra, ha reivindicado el objetivo de alcanzar una república catalana tras la toma de posesión de su equipo de gobierno. Unos consellers que han prometido su "lealtad" al president sin citar expresamente a la Constitución o al Estatut. Eso sí, si bien hubo prolongados homenajes a los políticos presos o huidos -especialmente a los que no pudieron entrar en el Govern-, la sombra del ex president Carles Puigdemont quedó más bien apartada y se apeló al diálogo con el nuevo inquilino de la Moncloa, el presidente Pedro Sánchez.
El president de la Generalitat, Quim Torra, reivindicó el mandato del referéndum secesionista del 1-O para constituir una república catalana y anunció que entre sus primeras medidas al frente del Govern estará el "plan para recuperar las leyes y medidas de carácter social que fueron suspendidas por el Tribunal Constitucional a instancias del gobierno español".
Una recuperación normativa que podría suponer el primer punto de inflexión en las relaciones con la Moncloa que llegará de forma paralela a la reclamación de diálogo. Torra pidió expresamente al nuevo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se sentara a hablar para encontrar una salida política para Cataluña.
"Hablemos. Tomemos riesgos ustedes y nosotros y negociemos de gobierno a gobierno. Porque esta situación no puede alargarse más", solicitó Torra a Sánchez en su primer discurso oficial como president de la Generalitat.
Un discurso que se pospuso hasta el día de hoy por el retraso en la composición de su Govern. Tras retirar los nombres de consellers propuestos presos y huidos, Moncloa accedió a publicar la composición del ejecutivo autonómico en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC), paso previo indispensable para el acto de toma de posesión que tuvo lugar este sábado y que le ha valido una querella al ya ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
Los nuevos consellers del Govern prometieron ante Torra cumplir "de conformidad con la ley" con el mandato de sus cargos, sin aludir expresamente a la Constitución o al Estatut. También se obvió la inclusión del jefe del Estado, el rey Felipe VI, en la fórmula escogida para el nombramiento, tal y como sucedió anteriormente en los gobiernos de Artur Mas o Carles Puigdemont. Eso sí, expresaron su "lealtad al president de la Generalitat".
Torra agradeció la "valentía" y "determinación" de los nuevos miembros del Govern al aceptar el encargo en medio de la judicialización del procés y prometió un avance constante hacia la constitución de la república en medio de grandes homenajes a los ex miembros del Govern presos y huidos.
Con este acto de toma de posesión queda configurado oficialmente en nuevo Govern de la Generalitat, un hecho que de forma automática hace decaer la aplicación de la intervención catalana en virtud del artículo 155 de la Constitución. "Hoy se acaba el 155 sin euforia, porque estamos muy lejos de donde queremos estar", lamentó Torra aludiendo a este acontecimiento.
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