Controlados los incendios en Asturias, provocados por "una acción coordinada de terroristas ambientales"

La mayoría de los incendios forestales que permanecen activos en Asturias están, por el momento, "controlados y estabilizados", a excepción de un fuego registrado en Parres y otro en Belmonte de Miranda, por lo que se ha comenzado a retirar efectivos de apoyo que se habían desplegado durante los últimos días en la comunidad.

Ahora llega el momento de ver los daños y buscar responsables, pero el presidente del Principado, Adrián Barbón, tiene claro que se trata de incendios que han sido "premeditados y organizados", ya que "hay claramente una acción coordinada de terroristas ambientales". "Lo hemos visto de muchas maneras. Llegó a haber 12 focos diferentes en el monte Naranco, y algo similar pasó en Cabo Noval", ha señalado.

La importancia de la lluvia

En una rueda de prensa conjunta, con el gerente del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), Óscar Rodríguez, Barbón ha confirmado que las precipitaciones y la bajada de temperaturas "ya están favoreciendo el control de la situación". Por su parte, Rodríguez ha hecho balance de la oleada de incendios que afectó con especial virulencia a la zona occidental y han obligado a evacuar a cerca de 400 personas.

En estos momentos, continúa habiendo 71 incendios "abiertos", pero están "controlados", y únicamente dos, en Aballe (Parres) y Cutiellos (Belmonte de Miranda), todavía no están estabilizados, si bien la llegada de la lluvia va a yudar en los trabajos, como ha recalcado el gerente del SEPA. Tras insistir en que los 2 fuegos tienen una "evolución favorable", ha estimado en unas 11.000 las hectáreas afectadas, especialmente en la zona occidental, aunque aún hay que evaluar con precisión los daños.

Los incendios registrados a lo largo de los últimos días en Asturias han obligado a la evacuación de 375 personas, además de al corte de carreteras, entre ellas la A-8 durante doce horas, provocando la quema de construcciones, como hórreos y cuadras, si bien no se ha llegado a quemar ninguna casa habitada. Óscar Rodríguez, que ha remarcado la "velocidad extrema" con la que ha actuado el fuego, ha indicado que han sido jornadas "muy duras de trabajo "con mucho peligro" en las que, afortunadamente, no ha habido heridos.