Parece que todos los años, en el Día de la Fiesta Nacional y su desfile militar en Madrid, estamos abonados a la polémica o a la anécdota mayúscula. En esta ocasión lo más sonado ha sido el retraso en la llegada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que hizo esperar a los monarcas para incorporarse al evento.
Sin embargo, tras las críticas a Sánchez, parece que todo habría sido un pequeño error de sincronización y una polémica sobredimensionada por quienes buscaban atacar la imagen del presidente socialista.
Apenas unos 50 segundos, menos de un minuto, supusieron para muchos una humillación al rey Felipe VI y un desplante del mandario. Y además, parece que tiene una explicación que no se debió ni a buscarlo premeditamente ni a una mala organización del despliegue monclovita.
Todo se habría tratado de un simple fallo de protocolo y error de cálculo y sincronización, que además no fue muy importante. "He salido a menos cuarto, cuando me han dicho", defendió el propio Sánchez al llegarse las primeras quejas, refiriéndose a la salida exacta desde el Palacio de la Moncloa.
Que Sánchez llegara ligeramente tarde al inicio del desfile provocó que los Reyes tuvieran también que retrasar su salida del coche oficial, ya que el protocolo manda que el presidente del Gobierno debe acudir hasta ese vehículo para recibirlos, en calidad de jefe de Estado y consorte.
"¡No abráis la puerta todavía!", se escuchó perfectamente decir en alto a un miembro del personal de la Casa Real, para indicar que había que esperar a Sánchez, que como decimos, tardó menos de un minuto en llegar.
Resultado de las explicaciones
Pese a estas excusas, hay quienes sostienen que el presidente provocó el retraso por su deseo de ajustar los tiempos y querer coincidir con los reyes, y así evitar tener que esperar en la calle y no ser objeto de abucheos y gritos de los habituales ciudadanos que le critican en cada desfile de este tipo, además de otros eventos públicos.
Hay que decir que incluso su máximo rival político, Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, evitó polemizar y dijo que no fue un retraso "intencionado".
De momento la polémica no pasó a mayores y no constan quejas oficiales de Zarzuela hacia la presunta actitud de Sánchez de provocar un retraso en su llegada. Tampoco se espera que las haya, en ningún caso, por motivos de su política de comunicación y neutralidad política.
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