Con la entrada de la borrasca Gerard este lunes, precediendo al temporal Fien, da comienzo una semana invernal que traerá fuertes vientos, lluvia, frío y nieve, que afectarán a buena parte del país, dejando la cota de nieve muy baja en el norte de la Península.
Estos fenómenos atmosféricos se denominan 'vórtice polar' y aunque provocan una considerable bajada de temperaturas, se trata de un fenómeno meteorológico completamente normal. Estas son las claves para entender en qué consiste un vórtice polar, qué inclemencias climáticas causa y qué consecuencias traería una posible ruptura del mismo.
¿Qué es un vórtice polar?
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lo define como una estructura de escala planetaria de circulación atmosférica circumpolar, que se ubica en latitudes medias o altas. Estrictamente, hay que distinguir el vórtice polar troposférico del estratosférico.
El primero es una estructura permanente de vientos intensos que separan la masa de aire frío polar de la templada de latitudes medias. Este vórtice existe todo el año, pero suele ser más intenso en invierno, cuando el aire encerrado por dicho vórtice está más frío. Cuando el vórtice troposférico se debilita, la circulación se hace más ondulada, con irrupciones de aire frío en latitudes bajas y de aire templado en latitudes altas.
Por el contrario, el vórtice polar estratosférico existe solamente entre otoño y primavera, mientras que en verano se rompe y la circulación de latitudes altas en la estratosfera se invierte.
Causa de ruptura
Según el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, en ocasiones la configuración atmosférica de la troposfera de la capa atmosférica que está por debajo de la estratosfera puede dar lugar a una serie de distorsiones en la atmósfera y en la troposfera, que se propagan hacia arriba hacia la estratosfera. Y estas distorsiones provocan un calentamiento súbito estratosférico que pueden provocar roturas en el vórtice polar.
Consecuencias
La rotura del vórtice polar se traduce en la bajada de aire frío del ártico a latitudes más bajas y pueden dar lugar a fenómenos atmosféricos extremos. El temporal Elliot que congeló EE.UU. el pasado mes de diciembre o la borrasca Filomena que cubrió de nieve gran parte de España hace 2 años tuvieron lugar después de una rotura del vórtice polar.
Sin embargo, tal como recuerdan los expertos, se tratan de casos excepcionales y resulta altamente improbable que haya una nueva Filomena este año.
Probabilidades de rotura
Los expertos detallan que, aunque en estos momentos exista la posibilidad de ruptura, las probabilidades de que se produzca son bajas. Un calentamiento súbito estratosférico no siempre tiene por qué provocar una rotura del vórtice polar.
Además, las últimas estimaciones están disminuyendo las probabilidades de que ocurra dicho fenómeno atmosférico. Incluso de llegar a suceder, ni siquiera tendría que darse en España ya que el aire frío confinado del ártico dirigirse a otros lugares del hemisferio norte.
Cómo protegerse del frío extremo
Ante un episodio de frío extremo, lo aconsejable es intentar mantenerse en lugares cerrados que nos permitan protegernos de las bajas temperaturas. Además se recomienda el uso de fuentes de calor como estufas, radiadores o chimeneas (en este último caso es necesario tener una buena ventilación). También hay que tener bien cerradas las ventanas y bajar las persianas para evitar que corrientes de aire o agua.
Si hay que salir a la calle, es preferible vestirse con varias capas de ropa para mantener nuestro calor corporal que llevar una sola de tejido grueso. Las prendas de lana o la ropa térmica son las más adecuadas para resistir el frío extremo. Es importante mantener abrigadas las extremidades y el rostro para evitar que entre aire extremadamente frío en los pulmones.
En caso de viajar, no hay que olvidar tener el depósito lleno, llevar las cadenas para la nieve y revisar que la batería del teléfono móvil está cargada.
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