El vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030 en el Gobierno, Pablo Iglesias, ha agradecido con unos mensajes en las redes sociales el apoyo recibido tras sufrir el acoso de la ultraderecha en Asturias donde pasaba unos días con su familia, la ministra de Igualdad, Irene Montero, y sus tres hijos hasta que se vieron obligados a volver a su domiciliio en la Comunidad de Madrid.
"Lo que hace a nuestra familia la extrema derecha y ciertos medios es grave, pero hay que poner cada cosa en su contexto. Hay gente que ha pagado con su libertad, con su vida o con torturas defender sus ideas y hacer política. No es nuestro caso", sostuvo Iglesias.
"No hay derecho a que mis hijos tengan sufrir las consecuencias del compromiso y las tareas políticas de sus padres, pero hay millares de niños en situaciones mucho más vulnerables. No va conmigo el victimismo", añadió.
A continuación, agradeció el apoyo de Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista Español, que les prestó la casa en el Valle de Lena, así como al minero Ramón que enseñó a sus hijos gallinas, patos, ocas y caballos o a Casa María por llevarles "la mejor fabada" que han probado.
Iglesias también tuvo unas palabras para todos los que les han escrito solidarizándose con su situación y unas palabras de agradecimiento a los policías que les acompañan "con la mayor profesionalidad y el mejor trato humano".
"Gracias a todos los que no se dejan intimidar por la ultraderecha y sus medios", resumió Iglesias. "Su odio y sus amenazas no frenarán nuestro trabajo. El ejemplo de la gente corriente, honesta y valiente que no tiene miedo al fascismo, es para nosotros la mayor motivación para continuar", concluyó.
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