Las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez han entrado en su recta final, después de que el líder socialista afrontara el elefante en la habitación y reconociera que la amnistía es un trago necesario que tienen que tomar si quieren conseguir repetir el Gobierno de coalición. El sábado Sánchez reconocía que la amnistía no entraba en sus planes en estos momentos pero que es una condición necesaria para evitar los "peligros" que supondría un pacto PP y Vox en el Gobierno. Tras el Comité Federal del sábado tiene el apoyo de todo el PSOE salvo la conocida voz crítica que supone Emiliano García-Page.
Sánchez defendió la medida ante el máximo órgano de decisión del PSOE y logró salir de la reunión del Comité Federal dispuesto a contraatacar la ofensiva por los acuerdos con los independentistas y con un claro cierre de filas, salvo la voz crítica desde Castilla La Mancha. A estas alturas, es lo que el partido socialista esperaba. "Ha sido muy franco y muy claro, teníamos que ir por ese camino", ha comentado una secretaria general mientras que otro de los altos cargos resumía a la perfección el sentir general, "era muy importante acabar con los eufemismos, mejor ir de frente".
El presidente en funciones ha enseñado las cartas antes de que comience la consulta a los 172.600 militantes con derecho al voto, que comenzará este lunes y llegará hasta el próximo sábado. Los estatutos del PSOE solo obligaban a Sánzhez a preguntar a las bases por los acuerdos de coalición, pero el candidato a repetir como presidente del Gobierno ha querido contar con el aval de los votos de su militancia en sus futuros pactos con ERC y Junts. Los que presumiblemente van a incluir la amnistía, lo que supondrá un importante apoyo cuando comience la lluvia de críticas desde la derecha si se adopta esa medida.
En un discurso bastante largo, Sánchez ha solicitado a los socialistas que imaginen un "juego de contrastes" entre lo que supone un Gobierno de PSOE y Sumar y los pactos del PP y Vox. Ha señalado que los indultos, tan criticados cuando se concedieron, lograron la normalización en Cataluña y también que entonces ya admitió que ese era solo un primer paso, que no iban a lograr la resolución total de la crisis. Ha admitido con sinceridad que en sus planes no estaba dar ese paso más en este momento, pero que las elecciones han cambiado el escenario: la amnistía es una condición para lograr el Gobierno y evitar los "retrocesos" que suponen un gobierno de Feijóo y Abascal. Y frente a quienes piensan que la amnistía se abre paso solo para lograr los votos para la investidura, Sánchez ha decidido sacar eso de hacer "de la necesidad virtud", de la extraña aritmética del 23-J conseguir una oportunidad para el "reencuentro total".
"Él mide los tiempos y este era el momento", decía a la salida un miembro del máximo órgano de dirección del partido. "Es muy valiente y rompedor en las estrategias políticas", añadía tras una reunión a puerta cerrada con una treintena de intervenciones y casi todas de respaldo al secretario general.
La voz discordante manchega
En Ferraz ya se esperaban las críticas de Emiliano García-Page y su federación a la amnistía, sobre todo después de las muchas declaraciones en contra en los medios de comunicación. También lo ha hecho en el máximo órgano del partido, donde ha indicado que "el debate no es solo que quepa en la Constitución (en la Constitución también entra Vox), sino el choque con nuestro proyecto político", ha manifestado, además de asegurar que "hay garantías de que el independentismo renuncie a volver al punto de partida". El presidente de Castilla la Mancha ha dado su apoyo al acuerdo con Sumar, pero piensa que la negociación para lograr los apoyos está mal enfocada: debería haberse focalizado en hacer elegir a los partidos entre un Gobierno del PSOE y otro del PP y Vox.
García Page y la delegación de Castilla-La Mancha no aplaudieron en pie a Sánchez y fueron criticados por otros dirigentes socialistas. "El partido no necesita quijotes", le comentó a puerta cerrada José Vélez, líder de los socialistas murcianos. Valentín Formoso, secretario general del partido en Galicia, fue más duro y le aseguró que quizá necesite una aministía del PSOE después de todo lo que está diciendo contra la ejecutiva. La federación de Castilla-La Mancha ha contraatacado diciendo que ya sabía que iban a estar solos en el Comité, "también estamos solos con la mayoría absoluta". Eso sí, los diputados de Castilla-La Mancha, a pesar de todo, han garantizado su voto positivo a lo que salga de la consulta a la militancia, asegurando que no romperán la disciplina voto.
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