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Balcones con el color amarillo en protesta por los narcopisos en Lavapiés
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Balcones con el color amarillo en protesta por los narcopisos en Lavapiés (Foto: Antonio Castro)

Lavapiés: nueva protesta contra la delincuencia

viernes 10 de noviembre de 2023, 10:03h

Hace justo un año, en noviembre de 2022, un grupo de vecinos de Lavapiés, sobre todo del entorno de la plaza Nelson Mandela, inició un movimiento popular de protesta contra el narcotráfico. En las primeras concentraciones se acordó colocar lienzos amarillos en ventanas y balcones del barrio como protesta por la proliferación de los narcopisos y de la delincuencia en general.

Un año después, las protestas se reactivan ante la nula mejora de la situación. El amarillo vuelve a ondear en muchos balcones y la zona ha aparecido plagada de carteles llamando a una manifestación. Se ha convocado para el viernes 17 de noviembre, a las seis de la tarde, en las inmediaciones del edificio de Tabacalera. El lema: ‘Protesta ciudadana por la dejadez institucional contra la delincuencia, drogas y narcopisos’. La protesta dicen que va dirigida contra el Ayuntamiento, la Comunidad y la Delegación del Gobierno en Madrid. La seguridad ciudadana y el orden público en la Comunidad es competencia del Ministerio del Interior, o sea, del Gobierno Central. Nadie firma esta convocatoria por lo que, se supone, son los vecinos más afectados quien encauzan la protesta. La asociación La Corrala no quiso sumarse al movimiento de protesta hace un año.

En un primer momento se achacó el aumento de la delincuencia callejera al desalojo del edificio ocupado en la plaza de Nelson Mandela, que era conocido como La Quimera. Antes de su cierre, los vecinos de la plaza también denunciaban que en él se traficaba con drogas. En septiembre de 2022 se desalojó ese edificio y, desde entonces, la situación no ha hecho más que empeorar. En mayo y en octubre de este año, se anunció el desalojo de dos narcopisos localizados en el barrio.

El asesinato de una comerciante en la plaza de Tirso de Molina el pasado mes de julio volvió a activar la alarma sobre la situación de todo el barrio. Es cierto que se aprecia más presencia policial, tanto en esta plaza como en las de Nelson Mandela, Lavapiés y Arturo Barea. Pero no parece que desaparezcan o disminuyan los problemas.

Hay una zona especialmente conflictiva que es la delimitada por la plaza Mandela, Cabestreros, Mesón de Paredes, Amparo, Tribulete y el Casino de la Reina. Dentro de ella el menudeo de la droga está a la vista y las peleas son continuas. Tirso de Molina es el centro de operaciones preferido por quienes ven a los turistas a sus víctimas más indefensas. El intrincado laberinto de calles de Lavapiés permite huidas rápidas cuando se acercan los coches de patrulla. La delincuencia en el interior de las viviendas, los narcopisos, parece que es más difícil de erradicar aunque los vecinos que la sufren aporten todo tipo de pruebas sobre las actividades ilegales y sus consecuencias. Los toxicómanos que acuden a comprar al barrio, acaban drogándose en cualquier rincón, sea dentro de los edificios o en las calles.

Muchos vecinos recomiendan ya -vuelta a los terribles años 1980- tener muchísima precaución en esta zona cuando la noche ya es cerrada, aunque tampoco son raros los tirones y atracos a plena luz del día. Y los camellos se mueven a sus anchas a cualquier hora.

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