Los aspectos más criticados al PSOE por su reunión-claudicación con Puigdemont

Ayer lunes, por sorpresa, conocíamos que el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, número 3 del partido, había estado en Bruselas con el ex president Carles Puigdemont.

Una cita que rompía con el pasado de años de distanciamiento, suponía ver al PSOE totalmente volcado en conseguir la investidura, ofreciendo este gesto tan simbólico.

Los aspectos más criticados

Para empezar, este gesto de acudir a Bruselas para reunirse con Puigdemont suponía romper con el discurso del pasado: Pedro Sánchez prometió en la campaña electoral de 2019 "traer de vuelta" al ex president para que fuera juzgado y, por extensión lógica, encarcelado.

El PSOE ha dado el viaje más largo posible, pasando de aplicar con el PP el artículo 155 para suspender la autonomía catalana tras la declaración unilateral catalana de independencia de 2017 a reunirse con Puigdemont.

Otro aspecto criticado es que lo haga aceptando las normas y condiciones de Junts: para dar el paso de llegar a un posible acuerdo de investidura, el PSOE ha tenido que desplazarse, con un dirigente de primer orden, además de aceptar 'hacerse la foto', una expresión y un concepto nada baladíes.

En otro momento, los socialistas podrían haber aceptado reuniones secretas y sin fotos ni cámaras de por medio, pero en la negociación de esta complicada investidura ha tenido que pasar por el aro tanto de EH Bildu como de Junts y ver a Sánchez o a algún importante dirigente, como es el caso de Cerdán, apareciendo en la imagen del momento.

El secretario de Organización del PSOE, @santicl, se ha reunido esta tarde con el president Carles Puigdemont.

Las negociaciones avanzan en la buena dirección y por ello se han emplazado a seguir hablando en los próximos días.#SiempreAdelante pic.twitter.com/r6mfvpvt9H

— PSOE (@PSOE) October 30, 2023

Reunión en Bruselas

El lugar de la reunión era una de las dependencias que los eurodiputados de Junts per Catalunya/Lliures per Europa tienen en el Parlamento de Bruselas, y en una de las paredes aparece una gran fotografía de la votación del referéndum del 1 de octubre de 2017. Otro otro elemento cargadísimo de valor y simbología políticos que ha tenido que asumir el PSOE.

Y encima el nuevo jefe del socialismo español, Puigdemont, sienta al emisario de Sánchez debajo de una foto reivindicando las ilegalidades del 1-O.

No cabe más humillación pic.twitter.com/zneXUABnB1

— Eduardo Carazo (@educarazo) October 30, 2023

Viajar a Bruselas no sólo ha supuesto aceptar que Puigdemont es un interlocutor válido pese a ser oficialmente un prófugo de la Justicia, declarado en rebeldía frente a los tribunales, sino que se valida a él y a su partido como la pieza clave para la próxima legislatura. Justamente sobre lo que las derechas alertaban y sobre lo que el PSOE quería restar importancia.

Tampoco ha pasado desapercibido el detalle por el cual ambas partes han negociado el tratamiento de Puigdemont como "president", no ex president ni antiguo president, por lo que supone reconocer simbólicamente el discurso soberanista: es el legítimo president antes de tener que marcharse para evitar su arresto.

Tras la reunión, ambos frentes se "han emplazado a seguir hablando en los próximos días", según un comunicado emitido tanto por los socialistas como por Junts.

Después de la foto con Bildu, la foto en Bruselas con un huido de la Justicia.

Dejen de jugar a espaldas de los ciudadanos, digan qué negocian y acepten que los españoles sean consultados en unas elecciones porque no merecen un Gobierno nacido de una mentira.

— Alberto Núñez Feijóo (@NunezFeijoo) October 30, 2023

Investidura y Junts

Algunos rumores apuntan a que la fecha para el debate de investidura de Sánchez está así más cercana. El límite legal para ser investido es el 27 de noviembre, pero podría llegar en la primera o segunda semana de este mes que se aproxima.

Nadie olvida, sobre todo en el ámbito político catalán, que Junts ya no es la primera fuerza en esa comunidad: ERC lleva años conservando la primera posición y reclamará su peso en esta negociación, pese a ser totalmente barrido y superado por su rival en el voto independentista. Aunque Puigdemont figuró como el president exiliado y una imagen icónoca para la lucha soberanista, la realidad es que el president es Pere Aragonès porque ERC ganó las últimas elecciones y que ahora mismo no hay perspectivas de que eso pueda cambiar en un futuro cercano.

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