Más Madrid y Podemos colisionan en Sumar: encaje de bolillos para abrazar la unidad el 23-J

El terremoto político originado tras la aplastante victoria conservadora del 28M tuvo su eco a escala nacional con el anuncio de disolución de las cámaras -Congreso de los Diputados y Senado- y la convocatoria anticipada de elecciones generales, fijadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para el próximo 23 de julio. Una maniobra política cuanto menos arriesgada y que pilló de improviso a propios y extraños. Por supuesto, a un Partido Popular que aún festejaba el éxito cosechado y que veía la próxima cita con las urnas todavía lejana, pero también a las formaciones ubicadas a la izquierda del PSOE.

Comenzaba entonces una carrera a contrarreloj por alcanzar un acuerdo que permitiese aglutinar a las distintas fuerzas progresistas bajo las siglas de Sumar y el paraguas de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. El objetivo inicial no era otro que hacer frente a la ola conservadora reflejada en las municipales y autonómicas y evitar, al mismo tiempo, la pérdida de votos fruto de la atomización. Tal consenso, sin embargo, aún no ha tenido lugar y el proceso de diálogo iniciado jornadas atrás ha virado, al menos de puertas para afuera, hacia la polémica y el cruce de acusaciones, fiel reflejo de la siempre compleja unidad en el seno izquierda. En juego, a escasas horas de que venza el plazo dado por la Junta Electoral Central para la presentación de candidaturas (viernes a las 23:59 horas), el devenir político del país. Todo un órdago a la grande y cuyo resultado es, todavía hoy, impredecible.

"Apoyaremos cualquier átomo progresista y transformador"

Cualquiera podría pensar, a tenor de lo expuesto por las primeras espadas de Más Madrid en sus últimas apariciones públicas, que la decisión acerca de integrarse en Sumar estaba ya tomada de antemano. Una suposición que, al menos con anterioridad al plenario celebrado en la tarde del miércoles, desde la formación que encabezan Mónica García y Rita Maestre se empeñaban en contradecir: “No se trata de refrendar un acuerdo político, sino de establecer un diálogo político con las asambleas locales y sectoriales, exponer las conclusiones del mismo y, con ello, obtener la legitimidad para cerrar el acuerdo”. Dicho y hecho. Con ambas lideresas al mando de las operaciones y bajo el citado pretexto, la militancia ha aprobado con su voto la participación estatal en la tan demandanda coalición. Lo ha hecho, además, con un “consenso claro en las 21 asambleas de la capital”: 96,11 por ciento a favor y solo 3,89 en contra a la pregunta de '¿Estás de acuerdo con que Más Madrid apoye a Sumar y que desde el equipo coordinador se negocien las mejores condiciones de cara a las próximas elecciones generales?'. La práctica unanimidad prueba la predisposición del partido y sus bases a “apoyar cualquier átomo progresista que transforme nuestra ciudad, nuestra región y nuestro país”. Para ello, no obstante, toca “remangarse de nuevo” y empezar a trabajar para que “Yolanda Díaz se convierta en la primera presidenta de España”.

Una vez expuesto el predecible consenso, García y Maestre han querido matizar, eso sí, las condiciones expuestas por la militancia para abrazar la pretendida unidad. O lo que es lo mismo, el precio del apoyo por parte de "la única fuerza progresista que ha sido capaz de crecer", algo que "de alguna manera tiene que verse reflejado". Entre ellas destaca la importancia de participar en el proceso de elaboración del programa electoral porque “no estamos aquí para hablar de caras ni de nombres, sino de ideas”. También la necesidad de preservar la “marca de Más Madrid, que puede y debe unirse a esta candidatura estatal conservando su identidad”. Una afirmación que bien se podría traducir en torno a la siempre controvertida conjugación de cargos y siglas en el seno de la candidatura.

Podemos y los errores del pasado

Mismo fondo, aunque con distinta forma, en la filial regional de Podemos. Inmersos en pleno proceso de reestructuración tras el batacazo del 28M, desde la formación morada rehúsan avanzar información alguna acerca de las novedades en cuanto a su potencial incursión en Sumar. El objetivo que subyace la prudencia reflejada, confiesan fuentes del partido en conversaciones con Madridiario, no es otro que “respetar los tiempos”.

Quien fuera su candidata a los últimos comicios regionales también ha querido dejar pasar un margen prudencial antes de pronunciarse en torno al futuro del partido, marcado, sin duda, por el aprendizaje tras el reciente fracaso electoral. Aunque con “muchas más dudas que certezas”, Alejandra Jacinto desempolva la bola de cristal y, dispuesta a evitar la repetición de errores pasados, aboga del mismo modo por sumarse a la potencial unidad: “El futuro no está escrito y debemos ponernos a escribirlo juntos, en colectivo, desde los partidos del cambio y los colectivos sociales, desde el respeto y la diversidad como valor en sí mismo, contando con todo aquel que tenga la convicción de querer avanzar para transformar a mejor nuestro país (...), con todas las personas, organizaciones y colectivos que compartamos la agenda que nos marcan los Derechos Humanos, el feminismo y la justicia social”. Así lo ha transmitido a través de una carta abierta dirigida a sus de 160.694 votantes en la región.

A su entender, la “unidad de acción” alcanzada con Más Madrid en cuestiones tan variadas como “la lucha por la verdad y la dignidad en las residencias de personas mayores, el derecho a la vivienda, en la defensa de la sanidad pública y nuestros centros de salud, de la escuela pública y la construcción de centros educativos, en la defensa de los vecinos de San Fernando de Henares, de la Cañada Real, del sector del Taxi, del colectivo LGTBI o de nuestros árboles” no es suficiente si no se materializa en una “opción electoral”. Razón que, añade, ha impedido superar la actual “etapa trumpista” de Isabel Díaz Ayuso. Es por ello que “si sabemos leer lo sucedido, tenemos ante nosotros las pistas para escribir el futuro”. A buen entendedor, pocas palabras bastan, y es que Jacinto lanza un mensaje claro, conciso y que, sin ser explícito, supone una llamada tácita al entendimiento.

IU lo tiene claro: feminismo para Sumar

Otra de las fuerzas madrileñas que parece tener claro su apoyo al proyecto Sumar es Izquierda Unida. Tanto es así que, este mismo martes, su coordinadora regional aprobaba con un 87 por ciento de los votos que "una mujer" fuese su cabeza de cartel para la candidatura unitaria a las elecciones generales. La apuesta feminista da continuidad a “la postura política de esta federación de que dos mujeres como Carolina Cordero y Yolanda Rodríguez -sin representación final- hayan sido las candidatas del pasado 28M”.

El cónclave rojo sirvió además para rechazar, con un 90 por ciento de los apoyos, la renuncia de la dirección tras la derrota autonómica y municipal, así como para aprobar por unanimidad el reglamento de primarias abiertas tanto a la militancia como a los simpatizantes. "Se abre ahora un proceso de reflexión general en la izquierda más allá de las elecciones generales. Izquierda Unida tiene la cultura, la propuesta y, sobre todo, la militancia para ser actor trascendental de este proceso", subraya el coordinador general de IU Madrid, Álvaro Aguilera.

Las listas se enquistan

El quorum progresista expuesto en torno a la necesidad de una candidatura unitaria no se ha traducido, sin embargo, en un acuerdo madrugador, tal y como se pretendía desde Sumar. Nada más lejos de la realidad. Mientras el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, apuntaba a posibles vetos hacia la formación que él mismo engendró, el número 2 de Más Madrid en la capital, Félix López-Rey, se empeñaba en darle la razón al abogar públicamente por la exclusión de las máximas exponentes moradas, Irene Montero e Ione Belarra, en las futuras listas. “Imponer a Montero y Belarra, las Ministras peor valoradas del Gobierno, es un error que pone en peligro la construcción de una alternativa de progreso. Es tiempo de generosidad y altura de miras. Garzón marcó el camino. ¡Piensen en la gente!”, exponía la mano derecha de Rita Maestra en sus redes sociales. Toda una declaración de intenciones de la que, sin embargo, Más Madrid no ha tardado en desvincularse. “López-Rey no está en la dirección del partido. Se trata de un tuit a título personal y no representa la línea del partido. En Más Madrid no hay vetos ni líneas rojas”, aclaran con contundencia fuentes próximas a Mónica García.

"Más Madrid no ha vetado a nadie"

Menos vehemente, aunque en la misma tónica, se ha mostrado la propia líder regional de Más Madrid. Primero en la Cadena Ser, donde llegó incluso a acusar a Iglesias de “mentir” con la intención de “hacer daño” a un posible acuerdo para la confección de Sumar. Ya en los pasillos de la Asamblea de Madrid y valiéndose del altavoz mediático que trae consigo la foto oficial del grupo parlamentario, García ha insistido en la idea de que “Más Madrid no ha vetado a ningún partido”. Queda así patente que, a su entender, el partido se ha puesto a "remar en la misma dirección", sin ir en contra del resto "de fuerzas progresistas" y sin "insultar" para que las negociaciones, aunque “discretas, complejas y muy delicadas”, lleguen “a buen puerto”. "Estamos cosiendo con un hilo fino y no queremos ni que el hilo se rompa, ni dar puntadas sin hilo. Queremos que salga adelante y que podamos ponernos a hablar cuanto antes de lo que supone este reto", ha zanjado.

Tras las tensiones subyacen los intereses partidistas, y es que el juego de la silla en la configuración de la lista para la circunscripción madrileña a las generales promete dar todavía mucho que hablar. Tomando como referencia el resultado obtenido por Podemos -formación más próxima al espectro ideológico de Sumar- en los pasados comicios nacionales, los de Yolanda Díaz obtendrían cinco escaños por Madrid, a repartir entre los rostros más destacados de la órbita de Podemos y Más Madrid, aunque también entre otras fuerzas con menor calado como Izquierda Unida o Verdes Equo. Salen a así a la palestra los nombres Irene Montero, Ione Belarra, Llilith Vestrynge, íñigo Errejón, Javier Padilla o Manuela Bergerot, entre muchos otros. Por si esto fuera poco, al puzle habría que añadir también los cargos de confianza elegidos por la propia Yolanda Díaz, como es el ya oficializado Pablo Bustinduy. Así, dotar de sentido al rompecabezas parece, al menos a priori, una tarea harto compleja. Más aún teniendo en cuenta que el equilibrio de fuerzas -es decir, que las diversas sensibilidades se sientan correctamente representadas- se antoja básico para la firma de todas aquellas formaciones llamadas a filas para la ocasión.