La foto final ha sido significativa: los 27 ediles del PSOE y Más Madrid en pie aplaudiendo a Ciudadanos, que este miércoles se ha sumado a su proposición para reprobar a Javier Ortega Smith, líder de Vox, por su comportamiento el pasado lunes en el acto municipal que conmemoraba el Día Internacional contra la Violencia de Género. Todo, pese a que eso le ha valido una ruptura más -quizá la más sonada hasta ahora- con su socio de Gobierno, el PP, que ha decidido votar en contra de la urgencia de la proposición y de la misma en sí.
El alcalde, que ha cerrado el debate, ha querido señalar que las palabras de Ortega Smith fueron “desafortunadas”, pero apenas ha opinado sobre ellas tras ratificarse en la bronca pública que le dedicó en el atril entonces. Sin embargo, en los cinco minutos en los que ha subido al atril este miércoles se ha dedicado, en gran medida, a cargar contra el PSOE y contra Más Madrid.
Mientras Pepu Hernández hacía gestos y se revolvía en su silla, José Luis Martínez-Almeida ha señalado que los socialistas no han llevado al Pleno una discrepancia política, sino un castigo “por el ejercicio de un derecho como es la libertad de opinión”. “A partir de ahora, cualquiera que opine de una manera diferente se verá sometido a la amenaza de una reprobación”, ha declarado para provocar los aplausos de su bancada y de los cuatro concejales de Vox mientras que los de Cs callaban, puesto que es un argumento que también ha utilizado Ortega Smith en su defensa.
El portavoz de la formación de ultraderecha ha asegurado que tanto Ciudadanos como el PSOE y Más Madrid no han ido a reprobarle, sino “a amordazar a todos aquellos que no aceptan a pies juntillas un único discurso”: “Vienen a amordazar a quienes queremos dar voz a esa España silenciada a la que han amordazado durante décadas”.
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